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Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado

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208 ¿QUO VADIS AFGANISTÁN?<br />

la URSS, pues de otra manera se lo hubiera pensado dos veces antes<br />

de intervenir en Afganistán.<br />

Ni que decir tiene que las cosas cambian, subrepticiamente,<br />

tras la consumación de la invasión soviética. Y no sólo debido a ese<br />

hecho en sí mismo considerado, sino también porque llovía sobre<br />

mojado. Recordemos que pocos meses antes el Irán del Sha Reza<br />

Palevi había dejado de ser aliado de los Estados Unidos para<br />

convertirse, de la mano del Ayatollah Jomeini, en una de sus peores<br />

pesadillas. La sensación de pérdida de control sobre Asia Central y el<br />

Golfo Pérsico que debió atenazar a los responsables del departamento<br />

de Estado a finales de los años setenta fue enorme. Y la solución al<br />

entuerto, dada la imposibilidad de hacer nada en Irán, pasaba por<br />

salvar los muebles en Afganistán. De ahí la contribución a la causa de<br />

los muyahidin, esto es, a la yihad islámica.<br />

Sabemos que el apoyo estadounidense, canalizado sobre todo a<br />

través de Arabia Saudita y de Pakistán, fue importante para el devenir<br />

de los hechos. Pero tras la euforia inicial se han ido descubriendo<br />

flecos. Lentamente. Por ejemplo, una de las críticas de que ha sido<br />

objeto de forma recurrente la Casa Blanca es, paradójicamente, la falta<br />

de continuidad en su asistencia a Afganistán. El argumento deriva de<br />

que un país devastado tras una década de guerra continuada contra una<br />

potencia como la URSS hubiese requerido un esfuerzo final de cara a<br />

lograr su estabilización. Nótese bien, no se trata de altruismo. Sino de<br />

evitar males mayores que surjan de entre las ruinas del conflicto<br />

supuestamente finiquitado. Es decir que este argumento no critica a<br />

Washington por insolidario, sino por negligente. Porque con un plus<br />

como el indicado sí se podía recrear a tiempo ese Estado digno de tal<br />

nombre que a su vez fuese capaz de evitar la proliferación de<br />

conflictos, delincuencia común, mafias y radicalismos ideológicos y/o<br />

religiosos por doquier. Es decir, los problemas de hoy encuentran al<br />

menos una parte de su explicación en la dejadez experimentada hace<br />

20 años. Suele suceder así.<br />

En lugar de eso, Afganistán fue languideciendo y<br />

corrompiéndose hasta entrar en la espiral de violencia que hoy le<br />

caracteriza. Los fondos aportados por los Estados Unidos decrecen de<br />

forma significativa a partir de 1990 (Coll, 2005: 212-215). Pero los<br />

flecos derivados del tipo de apoyo que los Estados Unidos ofrecieron

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