Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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162 ¿QUO VADIS AFGANISTÁN?<br />
anciano, las fuerzas vivas de Afganistán acuerdan que debe<br />
desempeñar un papel simbólico. Nada más. Pero nada menos. Un<br />
papel tendente a recabar la unidad de los afganos en la situación de<br />
emergencia en que de hecho se halla el país. Porque también se espera<br />
de él que traiga a las mentes del resto de asistentes esa nostalgia de<br />
tiempos mejores que su figura suele evocar. No en vano, ya hemos<br />
visto que Zahir Shah sí estuvo cerca de consolidar un Estado, o algo<br />
que se le parezca, en Afganistán. El programa funciona según lo<br />
previsto. Zahir Shah, proclamado in pectore “Padre de la Patria”, es<br />
homenajeado. No sé sabe muy bien qué es eso. Pero funciona. El es la<br />
imagen de la reconciliación nacional, porque lo es también del Estado,<br />
ese Estado que debería ser el instrumento de dicha reconciliación.<br />
La Loia Jirga de junio de 2002 consolida a Hamid Karzai en<br />
el poder, como era de esperar. El principal objetivo de la reunión es<br />
elegir presidente y a tal fin se presentan dos candidatos adicionales.<br />
Uno de ellos, por cierto, es una mujer, Massuda Jalal. Pero Karzai<br />
arrasa, con 1295 votos sobre un total de 1555 emitidos. Sin embargo,<br />
la sombra de los señores de la guerra también planea sobre el evento,<br />
ya que muchos de ellos son invitados a asistir a su celebración. Ahí<br />
están, con su mirada audaz. Como si, después de todo, tuviesen que<br />
dar su visto bueno al proceso en marcha. Cosas de Afganistán. Pero<br />
eso, lejos de amedrentar a Karzai, le demuestra que el reto pendiente<br />
sigue siendo acabar con su poder. ¿Cómo comenzar esta tarea?<br />
Con una legitimidad acrecentada, Hamid Karzai opta por crear<br />
un ejército nacional para Afganistán. Un ejército que no dependa de<br />
ningún señor de la guerra, que sea profesional, pagado por el Estado y<br />
leal sólo a las instrucciones dimanadas de los órganos de gobierno<br />
afganos. Así como por modernizar sus fuerzas de policía, de modo<br />
que se guíen a través de los anteriores criterios. Lejos de la corrupción,<br />
de los abusos de autoridad, de la complicidad con las redes de<br />
delincuentes en general y de narcotraficantes en particular. Sin apenas<br />
medios, grave inconveniente, Karzai lanza la propuesta en diciembre<br />
de 2002. Es un paso que, tarde o temprano, hay que dar. Además,<br />
como quiera que el compromiso internacional es sólo relativo, ésta<br />
puede ser su tabla de salvación. Pero se trata de una labor ingente.<br />
Habrá que esperar años hasta que eso sea una realidad.