Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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CAPÍTULO 13 201<br />
EL DILEMA NACIONAL. AFGANISTÁN, UNA NACIÓN… PERO ¿QUÉ NACIÓN?<br />
lo largo de estos años se han mostrado escasamente receptivos a<br />
comulgar con otras etnias. La inmensa mayoría de los talibán son<br />
pastún. Si acaso, han tenido la habilidad de combinar la presencia de<br />
la elite durrani con la presencia de los ghilzai. Pero eso no sirve para<br />
cambiar esta visión de las cosas. Por el contrario, la ratifica. No en<br />
vano, los talibán se habrían mostrado como un vehículo útil para<br />
lograr la reconciliación entre pastún. Lo cual no es poco. Pero los no<br />
pastún los han visto como extraños, y ese mismo sentimiento opera en<br />
sentido inverso. Algunas minorías lo tienen especialmente mal.<br />
Porque los talibán se niegan a aceptar a los chiítas. En este sentido, el<br />
aprovechamiento de su versión del Islam (del sunnismo, de hecho) en<br />
clave de construcción nacional plantea los mismos obstáculos que ya<br />
he referido en el apartado anterior.<br />
De hecho, con el paso del tiempo, la oferta política o políticoreligiosa<br />
de los talibán fue generando un rechazo creciente. Las<br />
grandes ciudades fueron las primeras en notar que en ese proyecto de<br />
Estado-Nación existe algo que no encaja con sus pretensiones. Si de<br />
defender un modus vivendi se trata, pues bien, el talibán no era de su<br />
agrado. Herat, Kabul, Mazar-e-Sharif son núcleos en los que los<br />
talibán fueron rechazados y sólo se impusieron coactivamente. Incluso<br />
violentamente. No se les quería. Así que parece poco plausible<br />
reconstruir una nación sin contar con estas gentes. El proyecto que los<br />
talibán defienden es medieval. El proyecto de la incipiente clase<br />
media urbana es moderno. No se trata de juzgar aquí las ventajas y las<br />
desventajas de cada uno de ellos. No es cuestión de juicios morales.<br />
No son necesarios a nuestro objetivo. Simplemente, se trata de<br />
constatar que esas dos versiones de Afganistán son inconciliables.<br />
Los escenarios restantes nos son muy familiares. Pastunistán<br />
afgano (más, en su caso, la anexión de la zona pakistaní, por ahora<br />
improbable) versus Afganistán multiétnico. Ahora bien, esta última<br />
opción sólo tiene sentido como molde de la nueva nación afgana en la<br />
medida que sea capaz de abrazar a los pastún. Me refiero a que éstos<br />
ingresen de buena gana en dicho proyecto. Un Afganistán de los<br />
pastún parece inviable. Es cierto -a la historia me remito- que siempre<br />
han gobernado los pastún. Pero no nos engañemos. El resultado de ese<br />
gobierno ha sido el caos, la reivindicación permanente y, finalmente,<br />
la guerra civil. En lo que respecta al gobierno de Kabul, cuanto más<br />
arreciaba en su empeño de pastunizar Afganistán, con repoblaciones