Descargar PDF - Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado
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CAPÍTULO 8<br />
LA CAÍDA DE KABUL Y LA FORMACIÓN DE LA<br />
OPOSICIÓN A LOS TALIBÁN<br />
En 1996, le tocaba el turno a Kabul. De hecho, la caída de<br />
Herat constituyó una pésima noticia para el gobierno de Burhanuddin<br />
Rabbani. Sabemos que en marzo de 1995 Kabul estaba siendo<br />
bombardeada por las huestes de Hekmatiar, aliado de hazaras y<br />
uzbekos como consecuencia de los constantes desencuentros con la<br />
elite tayika en el poder. Tras la conquista de Herat los talibán ya<br />
sabían que no se iban a encontrar con ningún camino de rosas en<br />
Kabul. Pero estaban decididos a entrar en la capital, a sangre y fuego,<br />
en caso necesario. En febrero de 1995 sus tropas ya se encontraron<br />
con las de Hekmatiar, en la base que éste tenía en Charasyab. En vez<br />
de buscar componendas con los pastún de Hekmatiar, los talibán los<br />
echaron del lugar. En realidad, ocuparon las mejores posiciones,<br />
estableciendo una especie de tregua con Kabul. No era definitiva.<br />
Simplemente les interesaba cerrar temporalmente ese frente para<br />
concentrarse en la ofensiva contra Herat que acabamos de relatar.<br />
Así que, tras algunas escaramuzas, las fuerzas de Hezb-e-<br />
Islami continuaron presionando a las fuerzas de Masud por su cuenta<br />
y riesgo, aunque muy debilitadas. Más allá de otras consideraciones<br />
estrictamente militares, la capacidad de liderazgo del mulá Omar era<br />
más fuerte que la de Hekmatiar, de manera que poco a poco miembros<br />
de los dos Hezb-e-Islami (Hekmatiar y Khalis) se fueron pasando a los<br />
talibán. Además, Hekmatiar estaba a punto de perder el apoyo de<br />
Pakistán. Su ineficacia a la hora de hacerse con el poder en Kabul<br />
estaba terminando con la paciencia de Islamabad. El empuje talibán<br />
fue tan fuerte que en la primavera de 1995 ya estaban en los arrabales<br />
de Kabul. De esta manera, quienes se encontraban en una difícil<br />
situación eran los hazaras de Ali Mazari. Como siempre. ¿Qué hacer?<br />
Sospechaban que no podían regresar con Masud, a quien temían por