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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Trazos malditosTrazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Así, para los americanos, lametaforicidad del ámbito literario,les permitirá entreverel carácter no definitivo de sudependencia cultural y, finalmente,matar, acometer el parricidioe inaugurar nuevos horizontesinterpretativos al calor delos cuales consumar la osadía,como invención creadora.índole positiva, señalaría aparentementeuna batalla de importancia a librar. Pero,¿qué batalla, en qué campo?” 22 . Puesbien, la batalla deberá librarse en elcampo del espíritu, y la lucha será poruna nueva forma de la espiritualidad; porla posibilidad del trance en que la articulaciónde la propia palabra forje una másplena humanidad.Casi en diálogo con este último ensayodel libro, cuyo título da nombre a todoEl pecado original de América Latina,podríamos probablementecifrarla apropiacióncrítica que en Elsacrificio del intelectoMurena realizade la escriturade Roberto Arlt.Pues si el pecadoy la desposesiónson tantos otrosnombres para unllamamiento, el de América a gestarseun lugar en la historia espiritual de lahumanidad, el mismo Murena encontraráen Arlt un adalid de esta batalla.Porque el arte, desde lo cómico hasta lotrágico, es la alegría por el triunfo de lainvención sobre lo natural, por el desagotamientodel dolor del hombre a través de<strong>las</strong> formas que impone en el caos mecánicode <strong>las</strong> cosas en bruto. Y esa pruebade fuego de la alegría la pasa Arlt a cadamomento, porque sus patéticas y truculentashistorias están siempre aureoladas porel contagioso entusiasmo de una energíaen marcha, pero más que nada salva esaprueba porque él fue el extrañísimo hombrecapaz de exclamar entre nosotros a uncamarada, en un subterráneo atestado,con humilde maravilla: “¡Qué suerte lanuestra, hermano! Nosotros somos creadores,inventamos cosas”. 23A “golpe de mazo”, escribirá Murena,consuma Arlt ese impulso proféticocomo artesanía de la lengua. Golpeandosobre <strong>las</strong> viejas palabras, forjará el “lenguajede un nuevo espíritu”. Mezquinas,entonces, serán aquel<strong>las</strong> críticas por <strong>las</strong>cuales su escritura fue denostada. “Sonesos viriles errores los que constituirán enel futuro la base para los aciertos de otrosnovelistas.” 24 Pero no todos supieron verla novedad espiritual que entrañaban <strong>las</strong>páginas del escritor de Boedo. Y porque“un nuevo espíritu se paga caro”, RobertoArlt, dirá Murena, recogerá sobre su rostro“<strong>las</strong> flagelaciones de la duda respectode sí, los golpes, <strong>las</strong> bofetadas del fracaso,el intolerable desconcierto ante la tareade recomenzar; en fin, <strong>las</strong> graves enseñanzasdel silencio de los que deberíanentenderlo” 25 . Mártir, “héroe del fracaso”,Arlt logrará, justamente por eso, alcanzar“el sabor de cada calle de Buenos Aires, elgesto íntimo de cualquier porteño, el rostrode la ciudad entera, ese rostro secretoque la ciudad alza de noche en algunaparte para decir con palabras próximas aél: Señor, Dios, dame fuerzas para poderseguir sufriendo, haz que no evite conengaños el dolor, para que pueda ser más,para que pueda ser lo que debo” 26 .IV. Si la literatura fue en la obra deMurena el ámbito privilegiado para eldespliegue de una profunda vocacióndisruptiva, hacia el final de su obraensayística, en el contexto de una críticaal arte en general (La metáfora y losagrado), dicho impulso se consumarácomo irrupción de lo Divino. Pues elarte, mediante el transporte metafórico,disloca la osificación del ser, lo cuestionaponiéndolo ante la posibilidad de suser-otro, de su no-ser. “La metáfora dejaver que no existen ni la materia ni lametáfora, muestra la posibilidad generalde la no existencia, lo no existente, loinfinito, Dios.” 27 En Murena, lo sagradocomo sustracción, conjura la pretensiónaniquiladora de “encarnar lo absolutoen fuerzas terrenales”. De este modo,la literatura, como arte de la palabra,“viene a cambiar todos los lugares y <strong>las</strong>criaturas del mundo, para que cada cosaviviente, al comprender que no es lo quecreía, pueda ser más, pueda ser cualquierotra cosa, todo lo que se debe. El arteviene a salvar al mundo” 28 . Así, para losamericanos, la metaforicidad del ámbitoliterario les permitirá entrever el carácterNOTASno definitivo de su dependencia culturaly, finalmente, matar, acometer elparricidio e inaugurar nuevos horizontesinterpretativos al calor de los cualesconsumar la osadía, como invencióncreadora, que Murena leía en la obra deRoberto Arlt. “Ser más, tener que ser loque se debe, comprender que no se es loque se creía”, son quizá <strong>las</strong> más preciosasenseñanzas e invalorables exhortacionesque, al cerrar <strong>las</strong> páginas de su obra ensayística,persisten como legado singularen la escritura de Héctor A. Murena.1. El juicio de los parricidas, Buenos Aires, Deucalión, 1956, p. 83.2. Murena, Héctor A., El pecado original de América Latina, Buenos Aires, Sur, 1954, p. 19.3. Cfr. Djament, Leonora, “El intelectual ultranihilista: H. A. Murena, antisociólogo”, en Historia crítica de <strong>las</strong>ociología argentina, Buenos Aires, Colihue, 2000, p. 473.4. Murena, Héctor A., El pecado, pp. 172-173.5. Murena, Héctor A., El pecado, p. 11.6. Editado recientemente por el Fondo de Cultura Económica.7. Murena, Héctor A., El pecado, p. 19.8. Murena, Héctor A., El pecado, p. 24.9. Murena, Héctor A., El pecado, p. 121.10. Murena, Héctor A., El pecado, pp. 122-123.11. Cristófalo, Américo, “Murena: un crítico en soledad”, en Historia crítica de la literatura argentina (Lairrupción de la crítica), vol. 10, Buenos Aires, Emecé, 1999, p. 114.12. Murena, Héctor A., El pecado, p. 125.13. Murena, Héctor A., El pecado, p. 126.14. Cf. Murena, Héctor A., Ensayos sobre subversión, Buenos Aires, Sur, 1962, p. 70. Permanecer en lo enfermoy hacerlo estallar desde sus adentros será aquello que Murena denominará, con inconfundible sabor nietzscheano,ultranihilismo: “asunción voluntaria del nihilismo ambiente para promover una reforma vertical de <strong>las</strong>ociedad”. Sobre <strong>las</strong> influencias nietzscheanas en la obra de H. A. Murena ver Galiazo, Evelyn, “Siempre en ellímite”, en Instantes y azares. Escrituras nietzscheanas 2, Buenos Aires, EUDEBA, 2003, pp. 199-212.15. Murena, Héctor A., El pecado, p. 128.16. Murena, Héctor A., El pecado, p. 100.17. Murena, Héctor A., El pecado, p. 100.18. Murena, Héctor A., El pecado, pp. 100-101.19. Murena, Héctor A., El pecado, p. 173.20. Cf. García, Luis Ignacio, Murena, el aguafiestas, 2005 (inédito). En esta indagación esclarecedora en tornoal vínculo entre violencia y política en la obra de H. A. Murena, García suma sus esfuerzos a aquellos que ennuestro país, y como él mismo afirmará, “reconducen el pensamiento a su vibrante dramatismo histórico”.21. Murena, Héctor A., El pecado, p. 178.22. Murena, Héctor A., El pecado, p. 178.23. Murena, Héctor A., El pecado, p. 102.24. Murena, Héctor A., El pecado, p. 102.25. Murena, Héctor A., El pecado, p. 103.26. Murena, Héctor A., El pecado, p. 103.27. Murena, Héctor A., “La metáfora y lo Sagrado”, en Visiones de Babel, México, 2002, p. 440.28. Murena, Héctor A., “La metáfora y lo Sagrado”, en Visiones de Babel, México, 2002, p. 441. Ver tambiénMurena, Héctor A. y Vogelmann, D. J., El secreto claro, Córdoba, Alción, 2005, p. 58. En estos entrañablesdiálogos, Murena ejemplifica el carácter redentor del arte con la escritura de Kafka: me parece que es la únicarespuesta (...) a la catástrofe religiosa de los seres humanos en el sentido de que procura que la figura de sus narracionessea polivalente, metafórica, tratando de abarcar al mundo y de salvarlo.232 23303. Trazos malditos.indd 232-233 13/11/06 21:39:34

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