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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006La imaginación críticaLa imaginación críticaLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006en esa actividad específica, consagradacon el nombre de “crítica” y que, a causade los objetos también específicos sobrelos que actúa, ha logrado el privilegiode recibir adjetivos que la distinguen.A uno de ellos, “crítica literaria”, quieroreferirme en adelante, en el entendidode que ha logrado tal grado de autonomíaque, a su vez, atrae otros adjetivosoriginados en los instrumentos de losque se vale para llevar a cabo su acción:“crítica histórica”, “crítica sociológica”,“crítica psicoanalítica”, “crítica paradigmática”,“crítica filosófica”, etcétera.Puedo, de igual modo, consignar, en undesplazamiento importante –la conversióndel sustantivo, “crítica”, en adjetivo,junto a un sustantivo que adquiriría poreso más relieve, “trabajo”–, un intentode rescatar lo esencial de la crítica literariacomo discurso para potenciarla yclarificar una función o una posiciónllena de ambigüedades, en permanentebúsqueda de una definición imposible.Si nos remitimos, así sea vagamente, alorigen, podríamos decir que la “críticaliteraria” se constituye a causa del interésque tienen en general los objetos simbólicosy, dentro de ellos, en un proceso,por más primitivo y embrionario quesea, de laicización de <strong>las</strong> sociedades, losque se sustentan en elementos sensiblesy logran encarnar representaciones significativasde imaginarios sedientos yhambrientos. Por eso, porque alcanzanesa dimensión, son enigmáticos y paraesclarecer ese enigma, toma forma yconsistencia un discurso que aspira antetodo a describirlos. Podemos llamar aese discurso “crítica literaria” o, puestoque se hace preguntas en general acercade la consistencia de esos objetos, “teoríaliteraria”. En una instancia posterior,pero muy cercana en el tiempo, y comohabiendo comprendido que describiractividad tan importante no garantiza laestabilidad de su desarrollo, al establecerpreceptivas que por supuesto se codificanen retóricas, se pierde algo de teoríay se gana en crítica, en la medida en quese debe considerar una obediencia y uncumplimiento de tales retóricas. La crítica,de este modo, adquiere una funciónde control que encarna el control que<strong>las</strong> sociedades intentan ejercer sobre elfluyente universo simbólico.En el proceso de configuración del conceptomoderno de crítica, ese cambioes importante y da lugar a una nuevaconversión: el cumplimiento de <strong>las</strong>normas por parte de <strong>las</strong> obras es consideradofuente de un “valor”; reconocerlodefine la posición del discurso de lacrítica y, en consecuencia, el poder delcrítico, sancionador, corrector, admonitorio,en la medida en que puede decirrespecto de un texto que es “sublime”o “nefasto”. Ha de ser obvio, sin duda,que la idea de valor tiene algo que vercon el predominio que va adquiriendoel discurso económico en la constituciónde la modernidad; ese “algo quever” no me parece que sea un efecto desobredeterminación sino que se sitúaen una red interdiscursiva que iluminaprocesos aparentemente alejados en susemiosis unos de otros.Apegado a <strong>las</strong> reg<strong>las</strong> y los códigos decomposición, a los que los textos seatienen, el crítico halla el valor en suobservancia pero ese campo de accióncrítica se modifica en el momentoen que los textos se rebelan contrael dominio de la retórica y sitúan suimaginación productora en otro uotros lugares, el referente y la personalidad.La virtud de los textos se desplaza,pues, hacia el llamado “creador”y hacia la realidad referenciada y en elmodo eficiente de presentarse uno yde presentar la otra, el crítico opera,juzga y consagra o jerarquiza. Se diríaque hay algo más, acaso tambiénevaluable, pero huidizo: el efecto delleno significante, también consideradocomo la trascendencia de un texto,respecto de lo cual la adjudicación devalor no puede sino ser adjetiva dadala índole misma de esta cualidad.Es muy posible que todas estas líneas deacción se hayan conjugado en <strong>las</strong> operacionescríticas más famosas; algunaspredominan y otras se oscurecen perosuelen no desaparecer: en lo que va dela crítica romántica a la estructuralista,si ese arco traza una evolución “moderna”,se puede ver de qué modo todasestas marcas se entretejen, resaltan depronto más algunas en detrimento deotras pero están todas, unas y otras, ylo que cambia son <strong>las</strong> vías de acceso,no los campos. Así, por ejemplo, si loque la crítica histórica o sociológica haayudado a buscar y a seguir buscandoes el referente, o sea lo que consideranla realidad en la representación, no otracosa persigue la crítica estructuralistaen su empeño por describir la organizaciónsemántica de los textos; quizá sedesplaza hacia la representación, dondeimplícitamente reconoce un valor, endetrimento de lo representado, pero elcampo es el mismo. ¿Y no es esto acasolo que ocurre entre la crítica romántica,que trata de hallar en los textos personalidadesexcepcionales, y la estilística queintenta encontrar rasgos personales en<strong>las</strong> inflexiones textuales? La diferenciaconsiste en que para una todo estáfuera del texto y el texto es un meroEl fantasma de Marx,por Juan Rearte20 2101. La imaginación crítica .in20-21 20-21 13/11/06 21:29:14

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