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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006...podríamos dar el ejemplo de ciertasnarraciones que, partiendo de unmismo elemento constructivo, por lainclusión de abundantes figuracionesparticulares, llegan a obtener ese estatutode objeto único que es el de la obra dearte, de narración-objeto que se bastaa sí misma y que, dentro de los límitesque se ha impuesto por sus principiosde construcción soberana, es un mundopropio, un verdadero cosmos dentro delotro (Saer, 1999, 26).La distinción que reclama en el ejerciciode la crítica arremete contra <strong>las</strong>etiquetas del mercado que promueven<strong>las</strong> serializaciones; así Saer puede decirque, según tal lógica, Juan CarlosOnetti e Isabel Allende son novelistas,pero además esta falta de valoraciónestética también es percibida en la actividadcrítica, digamos, especializada.Así refiere Saer (Saer, 1999, 125):A menudo he podido observar que unaestimación estética correcta no siempresugiere la elección de los textos estudiadosy que su valor específicamente literariono parece ser tenido en cuenta por quienesse interesan en ellos” (en “Borgescomo problema”, Saer, 1999, 115).Justamente este ensayo no sólo contiendecon afirmaciones de Borges,sino que también se dedica a hacer unexamen de esa escritura e ideología, sinel temor reverencial que precisamenteSaer critica. No es, claro, la actitudde un provocador ni de un iconoc<strong>las</strong>ta,esto último porque está tomandoaquello que analiza despojado de todoprejuicio, incluido el de una veneraciónincondicional, y tampoco loanterior, porque la argumentación vaajustando <strong>las</strong> distintas consideracionessobre la obra borgiana –señalando sumomento decisivo, más elevado y primordial,en comparación con otros, ynunca se trata de un parricidio ni nadapor el estilo– además de afinadas observacionesacerca de la ideología políticade Borges, manifiesta para Saermucho antes de que alcanzara mayordifusión y mayor oposición. La ve enun temprano escrito de Borges:La lógica de <strong>las</strong> declaraciones que treintaaños más tarde causarían tanto escándaloya estaba inscripta en la concepciónde Occidente que tenía en 1944 (Saer,1999, 123).La crítica en Saer suele ser perentoria,si bien hace algunos reparos en ocasiones,y que en general tienen el sentidode mostrar <strong>las</strong> diversas facetas intervinientesen una cuestión, predomina laforma asertiva por sobre el terreno másbien conjetural y vago de los subjuntivosy condicionales. Es precisamenteen ese mismo ensayo sobre el problemaBorges, que Saer, al tiempo que se ocupadel tema, asienta algunas distinciones–una de <strong>las</strong> condiciones de la crítica,sostiene– como la diferencia entreel crítico y el polemista: “Para el verdaderocrítico todo debe ser sometido aexamen, tanto los argumentos propioscomo los ajenos; para el polemista encambio, el asunto consiste únicamenteen ganar la discusión” (Saer, 1999,116). Al mismo tiempo que calificaa Borges de polemista, no deja de señalarque tal distinción es de “ordenmoral o intelectual y no estético”, bastaun ejemplo: “Kafka, que nunca sepeleó con nadie, es infinitamente mejorescritor que André Breton, que sinembargo escribió algunos magníficospanfletos”. La perspectiva que adoptaSaer es la del crítico y por tanto estáahí asentada la orientación que tiene eltexto, si por esto entendemos el tono ymodo de argumentar que presenta.El cuidado examen sobre Borges, puedecontrastarse con el texto dedicadoa Vladimir Nabokov, cuyo título esun indicio de lo que viene, “Sobre unpavo real” (Saer, 2005, 101), dondeSaer, muestra nuevamente que no haypara él vacas sagradas y desenmascarala campaña de autopromoción deNabokov, sus frivolidades, mezquindades,autoelogios, desprecio por lamejor literatura. Apela en este caso aotro tono, menos un paciente análisisque una suerte de desenmascaramientosevero. <strong>Las</strong> frases irónicas adquierena veces un cierto matiz cómico, <strong>las</strong>afirmaciones son palmarias y demostrativasde <strong>las</strong> zonas de la escritura ensayísticade Saer que, con vehemencia,declara su oposición a <strong>las</strong> imposturas,refiere así respecto de Nabokov:la primera afirmación de su libro es‘pienso como un genio’, sin que en <strong>las</strong>trescientas setenta páginas siguientes seobtenga la menor prueba que justifiqueesa afirmación (Saer, 2005,103).Para quien lleva a un grado extremoel cuidado en la palabra, cadamatiz que van asumiendo es cosafundamental, y la elección de tonos,consecuentemente se relaciona con eltipo de intervención que realiza. En lacomparación citada anteriormente elcontraste es palpable, contra la entronizaciónde la falsedad aguza el tono,incrementa la ironía. La ilación laprovee el apasionamiento por aquelloque, visto en el instante de peligro,desea preservar, y que no es otra cosaque la literatura como arte de la palabra,en sus mayores representantes ytextos (de ahí la reiterada mención deciertos nombres paradigmáticos). Elmodo en que vuelve una y otra vezsobre ciertos autores entraña, desdeluego, la valoración vinculada con ladefensa de la cualidad artística capazde ofrecer un ensanchamiento de laexperiencia humana, y una referencia.Como soportes, como ejemplos de loque sostiene, recurren en los ensayosCervantes, Borges, William Faulkner,Macedonio Fernández, Juan L. Ortiz,Kafka, Musil, Onetti, el NouveauRoman, Proust, Flaubert, entre losprincipales. El carácter de referencia,de modelos, si se quiere, de estos escritores,lo lleva a considerar tambiénel tema de <strong>las</strong> influencias, y lo hacecuando está refiriéndose a Faulkner(Saer, 1999, 17). El modo de abordarel tema, de introducirlo y desarrollarlotampoco es cuestión menor en la ensayística,y en el caso de Saer, el hechode apelar a diferentes recursos, comoel relato de la experiencia personal,lejos de quitarle lo que podría pensarse128 12902. Nombres, linajes y recorrido128-129 128-129 13/11/06 21:31:35

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