LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Es decir que <strong>las</strong> variantes enRayuela están predeterminadaspuesto que la invitación aldiseño de un itinerario “direccionado”permite sostener uncampo relativamente acotadode posibilidades para lossenderos de la narración. Los“muchos” posibles se predeterminancomo “dos”, y se habilitala pacificación de la lecturasin por ello disminuir el entusiasmolúdico del receptor.páginas, está configurado por los materialesmismos con que se construye la obra y por lareflexión del autor acerca de la novela en sí yde la relación del arte con la vida 21 .Es decir que <strong>las</strong> variantes en Rayuelaestán predeterminadas puesto que lainvitación al diseño de un itinerario“direccionado” permite sostener uncampo relativamente acotado de posibilidadespara los senderos de la narración.Los “muchos” posibles se predeterminancomo “dos”, y se habilitala pacificación dela lectura sin porello disminuir elentusiasmo lúdicodel receptor.A su manera estelibro es muchoslibros pero sobretodo es dos libros.El lector quedainvitado a elegiruna de <strong>las</strong> dosposibilidades ...el primer libro sedeja leer en la forma corriente, y terminaen el capítulo 56, al pie del cual hay tresvistosas estrellitas que equivalen a la palabrafin. Por consiguiente, el lector prescindirásin remordimientos de lo que sigue.El segundo libro se deja leer empezandopor el capítulo 73 y siguiendo luego en elorden que se indica al pie de cada capítulo.En caso de confusión u olvido bastaráconsultar la lista siguiente 22 .Junto con el desarrollo fragmentario ocontinuado de sendas historias, se discurresobre distintos aspectos de la teoríade la literatura, la narratividad misma, lafunción autor, la función lector, discursosde la cultura que duplican, en muchoscasos fantasmáticamente, <strong>las</strong> historias quese van contando hasta formar una telarañade indicios y huel<strong>las</strong> que son justamentelo que compone el tejido siempreactualizable de la memoria.Tejido que se arma con la inteligiblecreatividad de los actores del campo dela recepción, en tanto asumen su condiciónde buscadores-detectives en loslaberintos del texto.Es la condición de obra abierta constatadaya: en el caso de M. R. en tantoprecursora de la teoría de Eco, y en elcaso de Rayuela porque manifiesta el reclamocortazariano del lector cómplice,dispuesto a la interactividad. En amboscasos queda evidente la filiación borgeanay macedoniana, en la medida en quepor la vía del humor y de la discursividadparadójica la ficción se vuelve para el lectoruna práctica conjetural de interpretaciones,de confrontaciones y sorteoscon trampas que confunden, mezclan ytornan inciertos los límites entre verdady mentira, entre ficción y realidad, entreintra y extra textualidad.6. Tradición, linajes, descendenciasMarta Riquelme es el título de un relatode Guillermo Enrique Hudson. Yahemos visto antes cómo la existencia deun libro llamado Memorias de MartaRiquelme, editado por Tierra Purpúrea,descoloca el extravío de la obra, por unaparte, y por otra parte y al mismo tiempo,intertextualiza sus contenidos encuanto a la condición de cautiva que ladoncella-protagonista de nuestra nouvelle,remite a aquella Marta Riquelmehudsoniana, una muchacha que fueracautiva de los indios, y que murierapresa de la locura o de un hechizo, convertidaen el bicho monstruoso de cuyonombre, “kakué” según leyenda, derivaríael nombre de la provincia Jujuy 23 .Cabe recordar que Hudson fue una figuraseñera en la hospitalidad crítica del mismoMartínez Estrada, que lo inmortalizó enel clásico ensayo El mundo maravilloso deGuillermo Enrique Hudson (1941). Larepetición del nombre para dos historiasmuy diversas, aunque emparentadas, ratificael enunciado de Deleuze, de que elejercicio de la repetición genera la diferencia.La repetición idéntica rehace asimismoel gesto borgeano de “Pierre Menard,autor del Quijote”, personaje que ejecutaríala traducción de la obra de Cervantesmediante la repetición palabra por palabradel original 24 . En un mismo gesto M. E.reúne a un antepasado y a un contemporáneoen un hospitalario recinto como esla novela. El mencionado estudio sobreHudson, si bien está referido al géneroensayo, hace visible el diseño de una escrituracuya estructura sería la digresión:(Hudson) siempre hace incursionesdigresivas... tal como al pensamiento sele ocurren aún en la labor más ceñida aun propósito concreto, y como acontecesin excepción al que camina de un lugara otro cuando no duerme en el trayectosino que procura observar cuanto hay deinteresante y de novedoso en la ruta (M.E., 1941, 307) 25 .7. El eterno novelista MacedonioVemos aquí la indiscutida filiación queliga a Hudson y M. E., articuladosambos en la genealogía establecida conMacedonio (y con Borges), especialmentecon respecto a la destitución del ordenclásico para el argumento, la dispositio,el continuum. El desvío arborescentede la digresión, propio de los discursosparadójicos ya apuntados, constituye elhilo de sangre que emparienta a estoshacedores de nuestra literatura.Para documentar la pertinencia de eseantecedente, cabe recordar que la antinovelade Macedonio, la de la Eterna, operasobre la incesante injerencia de la vozautorial, que se ocupa de la postergacióncontinua, a través de sus 56 prólogos, dela “verdadera” narración, así como de <strong>las</strong>reflexiones, antes mencionadas, metatextuales,metaficcionales. Vías por mediode <strong>las</strong> cuales quedan al descubierto losartificios, los dispositivos narrativos, abismados,desarticulados.Dice Macedonio:... tú lector, quepodrías ahora enterarteen mis páginas,perderte del sery librarte de la realidady de estos problema(...) –Autor:No debo decirle allector : “Éntrese a minovela”, sino indirectamentesalvarlode la vida. Yo buscoque cada lectorentre y se pierda a símismo en mi novela,ésta irá asilando,encantando lectores,vaciándolos. 268. Constelaciones psíquicas:mujeres, familias y memorias<strong>Las</strong> constelaciones psíquicas, en especial<strong>las</strong> referentes a la construcción de “lamujer”, evidencian la circulación de <strong>las</strong>tesis freudianas en el horizonte culturalargentino de la época, establecen losvínculos literarios legitimando los linajesy sus extensiones hacia los parentescos.Los personajes protagónicos femeninosson todos “cautivos”, particularmenteEzequiel Martínez Estrada254 25504. 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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006<strong>Las</strong> constelaciones psíquicas,en especial <strong>las</strong> referentes a laconstrucción de “la mujer”,evidencian la circulaciónde <strong>las</strong> tesis freudianas en elhorizonte cultural argentinode la época, establecen losvínculos literarios legitimandolos linajes y sus extensioneshacia los parentescos.Los personajes protagónicosfemeninos son todos “cautivos”,particularmente de susmundos psíquicos, expuestosal “diagnóstico” de la locura.de sus mundos psíquicos, expuestos al“diagnóstico” de la locura.He acatado <strong>las</strong> indicaciones detectivescasdel enunciador y reconstruyendo a partirde <strong>las</strong> pistas textuales que el narradornos proporciona, fui tras <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> deotra mujer de existencia histórica, MaríaBashkirtseff, introducida como “referente”en el relato. El narrador rebate unahipótesis del calígrafo Limperalta queayudó a establecer el manuscrito:Debo advertirque, a mi juicio,estaba equivocadoen su hipótesisarbitraria,al suponer quese trataba de uncaso de reencarnaciónde MaríaBashkirtseff. Unabsurdo descomunal.No lograráaclarar nada deeste misterio, estoyseguro (13).Según datos verificados, esta mujer, unajoven rusa nacida en la segunda mitaddel siglo XIX, escribió un diario íntimoa lo largo de doce años, cuya ediciónsufrió varias peripecias escandalosas, asícomo sus traducciones al francés en<strong>las</strong> que hubo supresiones, omisiones,disimulos, críticas negativas, denuncias.María Bashkirtseff fantaseó, como nuestraMarta Riquelme, en el destino quetendría su diario pensando en los lectores,y también como la primera MartaRiquelme de Hudson fue sospechada delocura, perversión sexual y otras patologías.La locura femenina, <strong>las</strong> histéricas deFreud están aquí representadas en el discursoestradiano, en el cual lleva al extremode la ironía el recurso psicologista deuna catalogación, tributaria también dela inestabilidad de la narración:Ya sé que ése es un tercer aspecto en quepuede abarcarse la obra, “una terceralectura” y hasta la más interesante; masello obligaría a representarnos a Martacomo a una histérica –o una pervertida–,lo cual es casi un sacrilegio frente asu luminosa figura angelical (44).Esta cita nos lleva irremediablementea los dichos que el narrador de laMarta Riquelme de Hudson enunciaen su relato; primero en relación consu propio manuscrito (memorias), yluego en relación con la figura equívocade su personaje Marta Riquelme.Y si yo asentara en esta relación cualquiercosa que pudiera perjudicar a nuestrasanta Religión, debido a nuestro pobreentendimiento y nuestra poca fe, ruegoque el pecado que cometo en ignoranciase me perdone, y que este manuscritoperezca milagrosamente sin que nadie lohaya leído (Hudson, Marta Riquelme,www.elaleph.com, 3-4).(Marta) a veces trataba de ayudar en losquehaceres de la casa… pero de repente,en medio de lo que estaba haciendo, dejabacaer el atado de leña y, arrojándose enel suelo, prorrumpía en los gritos y lamentosmás desgarradores... (Ibíd, 19).La sintomatología histérica, los dichosacerca del “método” interpretativo de lapsicología, circulan en el caso de la nouvellede M. E. con una explicitud extrema:Para juzgar del alma de Marta Riquelme,resulta un auxiliar útil el examen de susemociones tal como lo haría un psicólogo,siempre tan espontáneas y generosas. Todola conmueve y la inclina al amor. Trasla avalancha que a veces la hace girar yla recobra, vuelve a renacer en ella esatranquila bondad que todo lo iluminaa su arededor. Tampoco debemos pensaren nada freudiano. Es una hipótesis quedespués de obsesionarnos más de un año,todos desechamos avergonzados y resueltos.A no ser que pudiéramos admitirque, en conocimiento de <strong>las</strong> obras mismasde Freud, Marta hubiese construido unaformidable e inaudita fantasía de suvida, mistificando con alusiones de dobley hasta de triple sentido lo más sagrado ylo más vil. (M. E., M. R., 43-44).La descendencia en la estirpe literaria queestoy proponiendo podría llevarnos a unainterminable reticulación. Antes de caer enesa afiebrada tentación y salirme del espacio,hospitalario, que se me ha ofrecidoen esta publicación, extiendo la referenciaa otro monumento de la literatura, Cienaños de soledad. Esta vez, haciendo lugar ala palabra crítica de un “latinoamericanista”,Ernesto Volkening, de quien tomo enforma textual el siguiente comentario:Hay muchas luces que pueden iluminar<strong>las</strong> posibles genealogías o parentescos enlos que se inscriben obras excepcionales.Un conocedor de la cuentística de nuestroMartínez Estrada, ¿cómo se podríasustraer a la tentación de relacionarCien años de soledad con el relato quenos ocupa y del que se podría decir quees una variación anticipada? ¿No essu tema la historia de la familia (nonuclear) Riquelme; el ambiente sórdidode una casa que en sí misma conformaun pueblo llamado Bolívar; el símbolode una dinastía, un árbol centenario(la magnolia); el manuscrito donde secifra toda la estirpe con caracteres ilegibles,<strong>las</strong> relaciones sexuales situadas enla zona del incesto y la promiscuidad, elpeso específico de la gran familia dondela mujer constituye el eje vital? Todoello hace más que coincidencias, unapremonición y hasta un prototipo de laobra del colombiano? 27Y dejo al lector <strong>las</strong> pistas abiertas paraulteriores o anteriores parentescos, pues“Todo lo que sigue es sencillamente estupendo”(M. R., 45) 28 .9. Breve comentario-huésped-conclusiónConcluyo que Marta Riquelme deMartínez Estrada puede entendersecomo un homenaje múltiple a la líneagenealógica, a la estirpe que se inauguraríacon Hudson, pasando por suscontemporáneos, que son los nuestros,como Macedonio, Borges. Quiero pensarla nouvelle como una precursorabotella al mar desus descendientes,pródigostambién, comoCortázar, GarcíaMárquez y tantosotros que tal vezhoy no notemospero que asomarána la venturacrítica por mor dealguna otra hospitalidad.Y preparan,de algúnmodo, la teoríacrítica, que inducesus parámetros,sus modelos,de estas propuestas anticipatorias que lagenialidad del creador entrega para suelucidación a los estudiosos.(*) Universidad Nacional de Córdoba,CONICETQuiero pensar la nouvellecomo una precursora botellaal mar de sus descendientes,pródigos también, comoCortázar, García Márquez ytantos otros que tal vez hoy nonotemos pero que asomarána la ventura crítica por morde alguna otra hospitalidad.Y preparan, de algún modo,la teoría crítica, que inducesus parámetros, sus modelos,de estas propuestas anticipatoriasque la genialidad delcreador entrega para su elucidacióna los estudiosos.256 25704. Ficciones críticas.indd 256-257 13/11/06 21:40:55
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