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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Noé Jitrikobtener obras más atractivas y conmovedoras–como el ya clásico Burla,culpa y credo en la creación anónima–,explorando el camino siempre abiertode la coalición entre ensayismo penetrantee investigación académica. Esque Martínez Estrada es el confín,y no tiene claros herederos –quizáno debería tenerlos–, salvo el breveintento de Murena y los destellos de lapluma cincelada por silenciosas orfebreríasde Christian Ferrer, repleta dehallazgos de un alegorismo que ponea los objetos del mundo en un museoimaginario, en un devocionario hipnótico.Canal Feijóo mantendría hastahoy su legibilidad –aun entre el brevepuñado de curiosos activos que nuncadecaen– es cierto que por su estiloabierto y libre, atento al psicoanálisistanto como en Martínez Estrada, yal igual que ése, su criticado, lleno dealternativas de escritura y de impacienciapor comprender la vida en uncosmos social festivo y doliente.Murena ha dejado temas y abonadocaminos para la escritura basada en lacrisis de la conciencia moral, y en esterumbo vemos la obra, fruto de décadasde labor, de Héctor Schmucler,que vinculada formalmente a unainterpretación auspiciosa de <strong>las</strong> cienciasde la comunicación (que no severificó necesariamente en <strong>las</strong> fundadascarreras que con ese nombrecrecieron luego de los años 80), desplegófinas consideraciones sobre <strong>las</strong>escenas de dominación cultural, interrogándosepor <strong>las</strong> secretas y oscuraspotencialidades de la memoriareconstructiva del vivir común.Para Schmucler el sujeto se funda enuna iluminación radical de su propiaprecariedad (y por tanto, el ejerciciode la violencia es retráctil, puede agravarla interinidad del vivir sin presentaranuncios del mundo nuevo). Latarea intelectual es cargar con el pesode este dilema. La crítica cultural quede aquí emerge, entonces deberá verel conjunto de la urdimbre mundialcomo si fuera ésta la encarnaciónde un sujeto individual en peligro.Sujeto ampliado ante un abismo,tentando en penumbras por un modode recuperación de la raíz humanadel existir, que pendula en Schmuclerentre un cauto salvacionismo lúcidoy la refundación realista de los estiloscomunicacionales de la humanidad.En el terreno abierto por la reflexión enlos medios de comunicación –sus posibilidadespara la expansión del sentidode lo popular y también sus fórmu<strong>las</strong>inhibitorias para que lo popular desplieguesu capacidad autorreflexiva–,se sitúan <strong>las</strong> obras de Jorge B. Rivera,Eduardo Romano y Aníbal Ford, quede alguna manera retoman experienciasnotables de la revista Crisis y delCentro Editor de América Latina, interrogandocon agudeza el patrimoniocultural argentino surgido de <strong>las</strong> vetasmasivas y populares, siempre aledañasa los modos finalmente eruditos dela cultura popular. Tal parece ser elfino hilo paradojal –erudición y culturalismodel pueblo– que conduceexploraciones decisivas hechas por estosinvestigadores, que recopilaron sus trabajosen un recordable libro en común–Cultura popular y comunicación demasas, editorial Legasa, a mediados delos años 80–, y en sus obras personalesprosiguieron indagando los distintosramales de esta veta. Un verdaderoprograma de acción, investigación ycrítica cultural.Jorge Rivera, recientemente fallecido,se destacó como conocedor profundode todo el ciclo de <strong>las</strong> culturas popularesdel siglo XX en el Río de la Plata,dueño de una inalcanzable erudición,de la que obtenía resultados de valiosaoriginalidad, al exponer <strong>las</strong> infinitasramificaciones del periodismo con lacrítica, de la crítica con el ensayo social,del ensayo de denuncia con sutilesautores olvidados, de los autores secretosy poetas menores con la historiaeditorial del país, de la historia editorialcon los suplementos culturales y de <strong>las</strong>biografías marginales con los grandespanoramas de <strong>las</strong> ideologías de época(y sus autores canónicos). Rivera fueun investigador del inagotable folletínpopular en su relación con todas <strong>las</strong>formas de cultura, y su tarea logró sermás elocuente gracias a la fina ironíaque desplegaba al comentar los modosen que la cultura se modifica a sí mismarecorriendo tanto máscaras sublimescomo grotescas, en un sinfín que –como gran promesa teórica– Rivera selanzó a detectar.Eduardo Romano, por su parte, seha especializado en investigacionesculturales de <strong>las</strong> poéticas argentinasque subyacen en el mundo revisteril–sobre todo de principios del sigloXX–, en el cine, en el cancioneropopular, en <strong>las</strong> literaturas nativistas,en el efecto de la televisión sobre elhabla popular, en <strong>las</strong> <strong>letras</strong> de tango,en fin, en la obra de narradores comoArlt o Borges. Sus trabajos constantesy eruditos combinan detalladas descripcionesde su objeto de estudio yconclusiones que surgen armoniosamentedel material consultado.Aníbal Ford, a su vez, se destaca enla investigación del poder oclusivo delos medios de comunicación, <strong>las</strong> redestelemáticas y <strong>las</strong> manifestaciones de<strong>las</strong> tecnologías de información en lacreación de nuevos sujetos lacradospor cartil<strong>las</strong> virtuales de consumocultural. Ford ha escrito varias nove<strong>las</strong>en <strong>las</strong> que reivindica una voz narrativaque sostiene un viaje mágico por elterritorio para extraer significacionesculturales nostálgicas, que a su vezreapropian adecuadamente <strong>las</strong> tecnologías.Semejantes experiencias etnográficasy etnometodológicas le sirvenpara estudiar la vinculación entre latrama comunicacional y los sujetosque ven atomizados sus relatos vitales.El modo crítico de Ford parte de ladescripción de los elementos de estasnuevas culturas (“la marca de la bestia”),pero deja que el lector obtengaconclusiones que no se hallan especialmenteinducidas por un proyectocrítico específico.En un sentido semejante, los trabajosde Jorge Lafforgue aceptan la veta delinterés por los géneros populares, alque le dedicó decisivos estudios, peropasados por los anteriores signos dela preocupación de este autor, asentadosen discusiones filosóficas que ensu momento tuvieron expresión enrevistas como Cuestiones de filosofía,268 26904. Ficciones críticas.indd 268-269 13/11/06 21:41:06

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