LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasNOTAS1. Véase Romano Sued, “Crítica y traducción: el sujeto y el otro en la periferia”, Nomos Verlagsgesellschaft, BadenBaden, 2000, y Jean Mukarovsky y la fundación de una nueva estética, Epoké, Córdoba, 2001.2. Véase mi extenso estudio sobre el acogimiento de <strong>las</strong> autorías, entre el<strong>las</strong> la de Martínez Estrada: RomanoSued, Susana “Retóricas de la resistencia y mitos de la nación: Restos pampeanos de Horacio González”, en AA.VV., Umbrales y catástrofes: literatura argentina de los 90, Epoké, Córdoba, 2003, pp. 47-112.3. Camblong, Ana, Macedonio. Retórica y política de los discursos paradójicos. EUDEBA, Buenos Aires, 2003, p. 115.4. Recuérdese que la localización histórica de una fundación es en sí misma un producto del proceso del reconocimiento,una fundación es inseparable del reconocimiento retroactivo del hecho de que efectivamente, ocurrió. siemprese reconoce después. Véase Verón, Eliseo, La semiosis social, Gedisa, Buenos Aires, 1987 pp. 36-37 y 73-79.5. En adelante M. R.6. No me ocupo aquí de la extensión concentracionaria de la semántica de “campo”.7. Eco, Umberto, Obra Abierta, Seix Barral, Barcelona, 1965, p. 928. Véase Preveraro, Octavio, “Escritura y camino”, revista Anatellei, Buenos Aires, 2006.9. Camblong, Ana, Macedonio. Retórica y política de los discursos paradójicos. EUDEBA, Buenos Aires, 2003, p. 132.10. Se trata de la edición con la que estoy trabajando y que incluye un segundo relato titulado “Examen sin conciencia”11. Véase Ben Plotkin, Mariano, Freud en <strong>las</strong> Pampas, Sudamericana, Buenos Aires, 2003.12. Publicada en 1962.13. En los 50, el semiolvidado Carlos Mastronardi reconocía los desmoronamientos ejercidos por Valéry en suslógicas escriturales y metódicas: un atajo hacia afuera de la tradición francesa. Véase de Mastronardi: Valéry ola infinitud del método, Raigal, Buenos Aires, 1955. También en esa década Sabato planeaba minuciosamentedestituciones de los planos narrativos y discursos psicologizantes en Sobre héroes y tumbas.14. Véanse, Romano Sued, Susana, La escritura en la diáspora, poéticas de traducción, Narvaja Editor, Córdoba,1998, y “Mundos, textos, lenguas: identidad latinoamericana y traducción”, revista Estudios, Vol. 14, UniversidadNacional de Córdoba, Primavera 2003, pp. 77-90.15. Y si así pensamos, el manuscrito, la copia mecanografiada tras el establecimiento exegético, o el libro supuestamenteeditado por Tierra Purpúrea, o finalmente la versión transcripta de memoria de <strong>las</strong> memorias graciasa la extraordinaria capacidad de memoria del prologuista, serían todos originales, todos borradores, o todosversiones del discurrir de M. R. Véase al respecto, Sued, Susana Romano, “Cantos Paralelos”, en El hilo de lafábula, revista de la Universidad del Litoral, N° 5, Santa Fe, 2006, pp. 79-86.16. Véase nota 11, y más adelante, <strong>las</strong> consideraciones del apartado 8: Constelaciones psíquicas.17. Véase Romano Sued, Susana, Consuelo de lenguaje, Ferreyra Editor, Córdoba, 2005.18. Resulta, además, evidente la figura del lector previsto, tematizado hasta el cansancio en <strong>las</strong> diversas teoríasde la recepción y del lector implícito que arrancan con Jauss y Eco, pasando por Iser, Link, Schmidt, acogidasampliamente por la crítica vernácula desde el último cuarto del siglo XX.19. Véase más adelante en el apartado 7 <strong>las</strong> observaciones sobre Macedonio.20. Texto de contratapa de Rayuela de la edición de Bruguera, Barcelona 1981.21. Ibíd. Nota 12.22. Del “Tablero de dirección”, Julio Cortázar, Rayuela op. cit., p. 5.23. Tierra Purpúrea, es a su vez otra novela de Hudson, escrita originalmente en inglés a fines del siglo XIX,traducida luego al castellano en <strong>Argentina</strong>.24. Véase Romano Sued, Susana, (ed.) Borgesíada, TopGrafía, Córdoba, 1999; asimismo, “Duelo y melancolía enla traducción: La busca de Averroes, ficción y metatextualidad”, en Docta, Revista de Psicoanálisis, N° 1, A. P. A.ediciones, Córdoba, 2003.25. Eco al referirse a Mallarmé con su Livre nos recuerda que éste “debía ser un monumento móvil… dondegramática, sintaxis, y disposición tipográfica del texto introducían una poliforme pluralidad de elementos enrelación no determinada. En el Livre <strong>las</strong> mismas páginas no habrían debido seguir un orden fijo: habrían debidoser relacionables en órdenes de diversos según leyes de permutación” (Eco O. A. 1965, 42-42); y continúa“Abriendo el Livre a una serie amplísima de órdenes a elegir... /que/ el autor tendía a proponer al /lector/ a travésde ofrecimientos de ciertos elementos verbales y de la indicación de sus posibles continuaciones”. (Ibíd).26. Museo de la novela de la eterna, Corregidor, Buenos Aires, 1975, pp. 180-181.27. Juan Guillermo Gómez García, Los pasos perdidos de Ernesto Volkening, http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti1/bol40/bol40tres.htm*28. Con esta frase termina la nouvelle.25804. Ficciones críticas.indd 258-259 13/11/06 21:40:58
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006260Diversos ejercicios de la críticacultural argentinaPor Tomás de TomatisLa crítica cultural no cesa de reaparecer comouna noción inevitable emanada de una singularcombinatoria. Una convocatoria tramada de unapluralidad de afluentes –literarios, filosóficos,antropológicos, psicoanalíticos y sociológicos–que acuden, precipitándose, a la invitación queel crítico les formula. Ella respira al ritmo deestilos portadores de nombres propios con losque pueden identificarse.Tomás de Tomatis traza un recorrido exhaustivo,urdido de una meditación refinada y atentasobre los modos que destilan esos nombres de lacrítica. Una paciente revisión de los ademanes y<strong>las</strong> lenguas que inventaron formas de percibir larealidad a partir de aquello que se les escurría yamenazaba con corroer sus propias certidumbres.Un mosaico heterogéneo que se componede ritmos, problemas y apuestas existenciales,unas veces rozando el pesimismo, otras la ironíay otras tantas imaginando promesas redentoras.De Tomatis reconoce lo absurdo de su empresa:intentar recomponer la crítica cultural a partirde evocaciones que se eslabonan en una infinitacadena de ensayos desde los que pensar el oficiodel crítico como vocación emancipatoria, perotambién como errante persistencia.No es tan vieja la noción de crítica cultural,pero en ella se reconoce el antiguosesgo de la historia cultural o de lahistoria intelectual, a la que luego –condigno fervor faccioso– se le adjuntaráun condimento adicional, lo crítico ola crítica, con esa vieja palabra severa yprestigiosa. La cultura, sí, pero corroídapor dentro por el bacilo de la crítica.Estaríamos entonces en el ámbito cercanoal de la historia de <strong>las</strong> ideas –paradecirlo con otro nombre–, pero matizadocon un impulso de intranquilidadsobre <strong>las</strong> épocas o los tiempos, loque Sartre denominó “el gusano dela Nada”, para averiguar de ese modolos resultados reales de la prácticahumana en el seno de toda estructuraestable, cuyo destino es la verdad desu inconsistencia. Toda época trazaríaun horizonte de angustia o de sorpresapor sus novedades no necesariamenteapropiadas al curso de la civilización,lo que habilitaría el espíritu de incertidumbreo de pesar. De ahí la crítica,exploración de ese desconsuelo.Pero si el pesimismo cultural –másaun si dicho con la devota expresiónkulturpessimismus– suele cargar conla mayor posibilidad de ser el sellode una hipótesis recurrente, la críticacultural que percibe que todo movimientomoral, espiritual o intelectualintroduce sacudidas colectivas, nonecesariamente es hija de <strong>las</strong> teoríasdel colapso civilizatorio.Nicolás Casullo ronda, con todo, esospretiles. Ha apuntado con una escriturarica en alegorías y recursos expresivos,hacia una gran investigación de<strong>las</strong> lógicas bajo <strong>las</strong> que se produce yreproduce una época. En efecto, lanoción de época es fundamental enlos ensayos de Casullo, pero no la vecomo una determinación final en elcrisol de los sujetos culturales, sinocomo un tejido de conocimientosastillados, como un sueño cercanoa la pesadilla, que introduce lógicasde miedo, hipocresía o fraude enla conciencia colectiva. La “época”,entonces, no será otra cosa que unaforma de la razón quebrada, equivalenteal mismo sujeto envuelto enuna reproducción degradada de valoresya anulados pero formalmentevigentes. A ese sujeto sólo le queda,para Casullo, la descripción sarcásticade su entorno cultural vaciado.La obra crítica de Casullo se exponeespecialmente en la revista Pensamientode los confines, que dirige, la que examinacon preferencia <strong>las</strong> formas queuna época adquiere en la subjetivizacióncolectiva, bajo el amplio lienzode <strong>las</strong> fuertes evocaciones críticas queprovienen de lecturas del romanticismoalemán, de la crítica religiosa a lareligión, de una sociología de los sentidoso del gusto, de una reubicaciónde <strong>las</strong> filosofías del mal o sobre el mal,de una problematización del conceptode época que menos proviene de <strong>las</strong>“epistemes” de raíz francesa que de unmagma conceptual en que se traducenformas que van del sujeto heroico –a lamanera de momentos sociales épicos,como los 70 argentinos–, hacia unarazón simbólica o a una filiación de lo“sagrado social”. Ambas ideas, sin mencionárse<strong>las</strong>más que quedamente, sonel cierne de la reflexión más elocuentede lo que sin duda –y no hace faltaevocar a Bataille o a Goethe, entre tantos–sería el aproximado sinónimo dela idea de “pensar en los confines”.En ese marco, escritos y obras como<strong>las</strong> de Ricardo Forster y AlejandroKauffman revelan lo fructuoso delmétodo de la sacralidad como napainterna del pensar; en el primero, conamplias reflexiones –con prosa cauta-26104. Ficciones críticas.indd 260-261 13/11/06 21:40:59
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