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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Esa confusión entre valor yvisibilidad impulsa a escribiry a leer, tratando de incrementarimaginariamente un valorque no podía permanecer enla intimidad del sujeto a riesgode dejar de existir. Por locual el incremento del valor,lo que excede <strong>las</strong> condiciones,lo excepcional debe dar signos,hacer señas, en suma, escribirse.Y llegamos otra vez al instantedel acto, vale decir, a laactuación. La farsa a la que seentregan los personajes de Arltsin llegar a estar nunca convencidos,esos actos que caen en eldesencanto apenas se cometen,¿no representan la ficción, perotambién la crítica, la fe y la faltade fe que les son inherentes?inventar lo absolutamente nuevo,quebrar el tiempo, salir del mundo yser un nombre que no se repetirá.Ese aura de trascendencia, por otrolado imposible y atada a <strong>las</strong> mismascondiciones que la imposibilitan yaque ha surgido de su negación, es descriptaasí por Masotta:El sentimiento de una carencia interna,de algo que le falta a su ser y que él debelograr para sí, es el móvil que lo arrancahacia esos actos malos que debieranservirle de ascesis: en medio de <strong>las</strong> callesoscuras y tristes un pequeño fogonazo,una llamarada de maldad recortaríaa la figura de su autor, un joven queun instante antespermanecía achatadopor <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong>de la noche.¿No es acasoeste flâneur unafigura típica delescritor? Pero almismo tiempo,¿no encierra laimposibilidadde escribir yhasta de pensar?El fogonazo, laaureola súbitamenteadquiridapor un actoo una obra nohace más queconfirmar el círculode <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong>,porquefinalmente habría que proyectar esallamarada hacia el resto, habría quecomunicar, de otro modo, ¿quiénreconocería la excepcionalidad delacto? Y aun podemos bajar un círculomás, ya que ese mismo reconocimiento,para ocurrir, exige quela excepcionalidad no sea absoluta.Tampoco el mal de <strong>las</strong> tentativasde Silvio Astier puede ser absolutoen tanto depende de su visibilidad,incluso de un desdoblamientodentro de sí que solidariza imaginariamenteal autor y al espectadordel acto. En el mismo sueño de laobra trascendental, se sabe, anida lapesadilla prosaica de la impotencia.Porque justamente la negación de loque se es por la vía trascendental nohace más que traducir esa superacióndel origen que lo conserva comoideal. El acto absoluto es una formade elevar al nivel de la escritura loque el resentimiento y el esnobismoexpresarían en el nivel del habla, quea su vez es el nivel de la conciencia.¿Sería ésa una manera en queel personaje, el escritor, el críticoexplican su posición a la vez interiory exterior respecto de un conjuntodado? Porque si Astier y Erdosainson de c<strong>las</strong>e media, y también Arlty Masotta, no todos los sujetos dec<strong>las</strong>e media cometen esos actos, esasobras. Así el exceso de alguien, conrespecto a sus condiciones, llegaríaa cristalizarse en un objeto o unhecho, llegaría a escribirse de algunamanera contra el flujo del hab<strong>las</strong>ocial que todo lo borra.Nuevamente la negación, la barrera,son <strong>las</strong> figuras para escribir ypensar. Pero, ¿pensar y escribir quécosa? ¿Hay algo que decir? ¿Hay unmomento afirmativo de la crítica? Talvez sea, como dice Masotta despuésde su libro, su postración y su retornoa la escena pública, “una banalidad”,pero esa banalidad lo había acompañadodesde el nacimiento, como unorigen espurio, semiconsciente y porello, aun más determinante. Masottaparece decirnos: probablemente hayaque decir otra cosa, el exceso mismoque nos haría excepcionales, pero noes posible hacerlo si se olvida estesombrío acompañamiento, eso queimpide decir tanto y que fuerza adecir tanto, eso que somos para cualquiera,para una simple mirada ajena.Es decir, cito a Masotta:la c<strong>las</strong>e cuya condición de supervivenciaparece ser la confusión del valor dela persona con lo que exteriormente seve de ella.Sólo que esta c<strong>las</strong>e tal vez sea la únicaposible, ¿o habrá acaso un valor queno pueda confundirse con lo aparente?La misma escritura puede, yacaso deba, adquirir los trazos de laimpostura. Y tal vez Masotta estabaen este punto confundiendo la sinceridadingenua, proclamada por Arlt,con su necesidad crítica de veracidadsocial, de significaciones literariascomo intuiciones de <strong>las</strong> contradiccionesde c<strong>las</strong>e. Pero también esaconfusión entre valor y visibilidadimpulsa a escribir y a leer, tratandode incrementar imaginariamente unvalor que no podía permanecer en laintimidad del sujeto a riesgo de dejarde existir. Por lo cual el incrementodel valor, lo que excede <strong>las</strong> condiciones,lo excepcional debe dar signos,hacer señas, en suma, escribirse. Yllegamos otra vez al instante del acto,vale decir, a la actuación. La farsa a laque se entregan los personajes de Arltsin llegar a estar nunca convencidos,esos actos que caen en el desencantoapenas se cometen, ¿no representan laficción, pero también la crítica, la fey la falta de fe que les son inherentes?Cuando Masotta cuenta, en aquellamirada retrospectiva, su abandonojuvenil de la ficción, su naufragio enel proyecto de novela, dice:Lo que ocurría era que mi fe en la literaturase iba deteriorando. Quiero decir:lo que se deterioraba era la aceptaciónde la mala fe necesaria para creer en lapalabra escrita.Y aquello que se deteriora debe sercomo apuntalado por el pensamiento.La reflexión crítica repite la obra enotro lugar, y en tal sentido disminuyelo inaceptable de su gratuidad.Si Masotta planteaba la alternativa“violencia o comunicación” cada vezque uno escribe o actúa, “para noconfundirse con un ángel”, segúndecía, podríamos agregar que la críticatransforma parcialmente la violenciade la literatura, su soberanía, encomunicación. Pero justamente en lacrítica de Masotta sobre Arlt lo quese comunicaba era un saber elegido,admirado, por ende siempre superficial,apariencia y representación paraun público selecto: hablar de Arlt pensandoen Genet leído por Sartre, aplicarlos conceptos de Sartre intentandoescribir a la manera fenomenológica yrefinada de Merleau-Ponty. Es lo quese “elegía” leer en aquellos años para“ser” un crítico, pero eran los dispositivosde un sujeto, no su condiciónde posibilidad. De hecho, Masottalos cambia después por Lévi-Strauss yLacan. En todo crítico se da ese círculode cambios, de saberes mudables.Lo que no se podía elegir, aquello quealguien “era” o sigue siendo, delatabaprecisamente la negación originariaescondida en todas <strong>las</strong> elecciones deobjetos y posiciones. La confesión deese vacío en el saber y en el placer dela lectura como lo único que puedesaberse, o sea que el saber siempre se184 18502. Nombres, linajes y recorrido184-185 184-185 13/11/06 21:32:27

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