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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006y Nosotros 4 , el énfasis se concretó enla presencia de secciones destinadas adar cuenta de <strong>las</strong> revistas editadas nosólo en el país y en el continente americanosino también en <strong>las</strong> metrópolisde Europa, que funcionaron comomodelos indudables para <strong>las</strong> capitaleslatinoamericanas. En ese sentido,<strong>las</strong> revistas como productos culturalesmodernos llevaron adelante unatarea de importación y difusión de lamodernidad cultural europea, de lacual muchos de los escritores latinoamericanosformaron parte en su calidadde viajeros, residentes o cronistasy ejercieron la crítica en los génerosasociados a la prensa periódica comolos relatos de viaje o <strong>las</strong> crónicas. Aquelafán de difusión era una prueba efectivade lo que Ángel Rama denominó“un cierto isocronismo”, al que señalócomo característico de la transformaciónde la literatura latinoamericana 5 .Definido como el grado de proximidadcon que desde Hispanoaméricase siguió la producción de <strong>las</strong> grandescapitales culturales, tal isocronismoen los primeros años de Nosotros tuvocomo referencia a Madrid, antes queParís. Como partícipes de una modernizaciónmarcada por el internacionalismo6 y, como hacedores de revistasen <strong>las</strong> que no sólo informaban sobre<strong>las</strong> obras recientemente publicadas odaban a conocer textos inéditos, sinotambién en su tarea fundamental detraductores, los críticos mostraron alpúblico literaturas, autores y movimientoshasta entonces escasamenteconocidos para el espacio nacional enel que intervenían.En el desempeño de una funcióncrítica que no eximió de cierto pedagogismoa sus escritos, Roberto Giustiinsistió en la necesidad de la críticacomo discurso disciplinar y específico,en un mundillo literario de dimensionestodavía exiguas, pero que seampliaba y a la vez se democratizabapor –entre otras razones– laacción de la institución universitaria,en cuyo ámbito Giusti se había formado7 y donde ubicaba el comienzode Nosotros, y se encontraba el públicopreferencial de sus artículos. Esainsistencia estuvo acompañada de unimperativo indeclinable de actualidadque testimonian sus notas en Nosotrosy su primer libro, Nuestros poetas jóvenesde 1911, publicado a la edad de 25años 8 . Giusti fue pródigo en los gestosde una sociabilidad literaria en la quesin duda se asentaron los valores de suacción intelectual a la que otorgaba unalcance no circunscripto a cuestionesexclusivamente disciplinares, sino que,inserto en la discusión dominantesobre la identidad nacional y comosería común a muchos otros jóvenes–como Rojas– otorgaba a la crítica,a la literatura, a los intelectuales y alos escritores un papel preponderanteen la construcción de dicha identidadnacional a la que entendía en términosculturales. Así afirmaba:[Nosotros] somos todos quienes creemosque a la patria se la sirve tanto con lalabor intelectual como con el esfuerzomaterial (…) Nuestra aspiración no esla de dormir gloriosamente en <strong>las</strong> bibliotecasdel futuro; es la de vivir, y muydespiertos, la vida del día, con todos susafanes, sus contratiempos, sus satisfaccionesmorales” 9 .Inclusión, camaradería, comunión, fraternidad,hermandad, solidaridad, sontérminos definitorios de un tipo devínculo entre escritores que desde surevista no dejó de promover y que dealgún modo afectaron los modales deuna crítica que se decía imparcial y ala que se observaba siempre dispuestaa no escatimar el elogio cuando loconsideraba merecido. En ese sentidolos términos crítica y polémica, con losque más tarde –y a partir de 1917– dionombre a los cuatro volúmenes de <strong>las</strong>erie (1917, 1924, 1927, 1930), noguardaron una relación de implicacióninvariable, así como tampoco designaronoperaciones e “intenciones” presentesen un mismo discurso en <strong>las</strong> mismasdosis. La crítica tomó en ocasionesuna forma más cercana al consejo o lareconvención; otras, al elogio reticenteo la disputa atemperada; otras veces, laconfrontación directa.2. Entre 1907 y fines de 1913Roberto Giusti colaboró en distintassecciones de Nosotros. Estuvo acargo de “Letras argentinas” hastael número 28, en que lo reemplazóÁlvaro Melián Lafinur. Antes y despuésescribió también sobre literaturaargentina por fuera de la sección,para dedicar artículos más extensosque <strong>las</strong> reseñas a determinadasobras como El imperio jesuítico (N°10-11, mayo-junio, 1908, segundaedición), Lunario sentimental (22-23,julio-agosto 1909), La restauraciónnacionalista (de 1909, N° 26, febrero,1910), Leopoldo Lugones y su obra deJuan Más y Pí (N° 27, abril 1911),o a autores como Enrique Banchs oErnesto Mario Barreda (N° 33, octubrede 1911). En todas estas intervencioneses posible leer la construccióndel conjunto de valores en los que sefundamenta su práctica; éstos se liganfuertemente con el señalamiento deuna estética capaz de actualizarlos ala que se proyecta o transfiere sobrela figura del escritor, el lenguajede la obra y el discurso del crítico.Naturalidad, belleza, serenidad, sencillez,concisión, fuerza, originalidad,sabor castizo y riqueza del léxico,claridad, rasgos todos ellos contrariosde “la afectacióny la retórica” 10 ,se constituyeronen evaluacionesrecurrentesy positivas, casicristalizadas, queGiusti reconocíacomo cualidadesdeseables y queprescribía parala literatura y losescritores. De esemodo, y al referirsea sí mismo,Giusti hablaríasatisfecho de loque algunos críticosseñalarande su estilo escriturariodefinidocomo prosa “relativamente limpia ysignificativa” 11 . La preferencia poruna literatura de corte realista se erigeen parámetro de juicio tanto para laobra como para el autor elegidos yorienta la construcción de una imagenautoral marcada por los rasgosde la salud, la fuerza, el esfuerzocontinuado, la serenidad, señalandouna distancia explícita con los atributosde cierta imagen estereotipaday residual del escritor tardomodernistay decadente, principalmenteaquel que Giusti caracterizó como elcaso del escritor que se “encasti(lla)en sí mismo” 12 . Del mismo modo,esas notas dan cuenta de la figuradel crítico como especialista –mássemejante al docente que al escritor opoeta con los cuales no establece unaidentificación 13 – que se distingue de190 19102. Nombres, linajes y recorrido190-191 190-191 13/11/06 21:32:32

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