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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Porque la maestría del traductorreside en un trabajo sutil:recomponer el fantasma de larepetición, y allí tornarse invisible.Dejarse tomar por la formaprimera y su lengua, ahuecar lapropia, alojando ese fantasmadesprendido de la repeticiónprimera. Un fantasma que (…)es pura potencia y espera reencarnaren otra lengua.materiales. Pero sólo es un modo dela especulación, porque el poema yaha sido escrito y ahora se trata, comobien dice Benjamin en clave formalista,de una relación entre lenguas.A partir de allí,claramente, estála informaciónbibliográfica ehistórica, otrostextos, otros poemasde la mismafirma o no, quese cruzan con esaforma a traducir,eso que llamamosoriginal, escritoen la lengua1, o lengua de partida. Primero, entonces,habría que detenerse a escuchar,a leer, a componer el fantasmade la repetición antes de partir de lalengua de partida. Y por sobre todo,escuchar la extrañeza que se pega yse desprende de cada momento de larepetición. Foucault ya nos enseñabaen Arquelogía del saber la importanciade leer lo que esta allí de hecho enun discurso y preguntarse por qué esapalabra, esa lengua allí y no otra entre<strong>las</strong> muchas posibles. Preguntar al datoinmanente de la forma para construirlos sentidos y los desvíos que llevan alcontexto. No se trata, entonces, de sero no literales. Se trata de ser fiel a esaextrañeza que deriva de la repetición.2.Nos movemos de lectores-críticos a lade escritores dadores de forma. De lapotente materialidad del poema, sólonos queda un fantasma en el oído, elfantasma de su repetición, esa que anudasonido, sentido y grafema; esa en laque radica su singularidad. Habrá quedarle nueva forma en la lengua de llegada.Sólo que se trata, como bien diceBenjamin una vez más, de una formaderivada o segunda, lo cual para nadaindica una sacralización del original endesmedro de la traducción, como algunasma<strong>las</strong> lecturas de Benjamin insistenen señalar 3 . Porque la maestría deltraductor reside en un trabajo sutil: recomponerel fantasma de la repetición,y allí tornarse invisible. Dejarse tomarpor la forma primera y su lengua, ahuecarla propia, alojando ese fantasmadesprendido de la repetición primera.Un fantasma, que como dijimos, espura potencia y espera reencarnar enotra lengua. Porque en la posición detraductores hay que volver a repetir.Componer una misma forma pero otra,en la economía de la repetición, comoquería Deleuze: economía del robo y ladiferencia, por oposición a la economíade la equivalencia o del intercambio.Como se sabe no hay equivalencias entre<strong>las</strong> lenguas, hay cercanías oblicuas,choques, expansión de connotacionesque se irradian casi sin querer por fueradel radio del original, y que el traductordebe controlar. Es allí donde el traductorse vuelve equilibrista, minuciosotécnico de la repetición. Es allí cuandogana y cuando pierde. Un luminosofracaso, sabido de antemano y que igualno obstaculiza el afán de traducir. Y entanto el traductor mantenga la decisiónde no neutralizar el texto de partida, respetarambigüedades e impactos, llegaráal objetivo deseado: mantener abiertala más abierta de <strong>las</strong> formas que es lapoesía. Igualmente, la traducción entanto implica una lectura del original,forma parte de su crítica y es una expansiónde la obra (Benjamin, otra vez)y de algún modo, la cierra. El desafíodel traductor es que ese cierre sea apenascomo un temblor: esa levedad estásustentada, sin embargo, por intensasinvestigaciones de <strong>las</strong> formas de la lengua,trabajo con diccionarios múltiples,despliegue de posibilidades. Por allí, secuela también la renuncia que está en eloriginal alemán del título del texto deBenjamin “La tarea del traductor”. Eslo que nos advierte dice Paul de Manen su artículo... 4 O sea que al traducir“tarea” perdemos la línea que en alemánse tiende hacia el campo semántico dela renuncia, del rendirse. ¿Ante qué?Ante la evidencia de que no hay equivalenciaentre <strong>las</strong> lenguas, que sólo valeen la traducción de poesía, trasladar elfantasma de la repetición a la lengua dellegada. Rendirse también ante el findel traductor-narcisista que hace escucharsu voz en lugar de la respiracióndel original. Por el contrario, el traductor-invisibletrabaja minuciosamentepara respetar una forma hallada, ser fiela una respiración fantasma. Y esa tareatrasladoimplica opciones, elecciones enel elenco de palabras y giros sintácticosque la lengua 2 o de llegada ofrece. Esasí como el traductor se vuelve investigadorde su propia lengua. Traducirpoesía especialmente, nos obliga a alejarnosde nuestra lengua, para mirarla,escucharla como extraños a ella, y poderasí calibrar, medir <strong>las</strong> diferentes opcionesa la hora de traducir. Un momentomás en el que el traductor se toca con elcreador: volverse extraños en la propialengua, como quería Rilke, para luegoempezar a escribir. Y en un momentopropio e inherente a la tarea de traducir,alojar la lengua del original y dejar queésta violente la lengua propia. Los defensoresde la traducción-narcisista preferiránque éste invente sobre <strong>las</strong> dificultadesdel original, en lugar de aceptar eldesafío que la forma de éste le ofrece ala investigación y el detalle de <strong>las</strong> lenguas.Paradójicamente, la renuncia deltraductor de poesía implica nunca renunciarante el desafío de la dificultad.Los defensores del traductor-explicadorpreferirán antes que la extrañeza ambiguaque el original propone, una formaneutralizada, “comprensible” y compuestaen “buen español”. Si un sentidonunca es trasladable, como nos enseñaDerrida 5 , menos aun en la forma de lapoesía, cuya singularidad implica atarsonido a sentido, a grafema, y volver elsentido indecidible,en constantefuga. Manteneresa indecibilidades el desafío deltraductor. Y noescribir en “buenespañol” porqueel poema quetraduce no fue escritoen español,ni responde alestado de la lenguadel traductor.Hay intercambioy violencia mutua entre los estados de<strong>las</strong> lenguas, alojos y desalojos. Por esoel español del traductor debe ser el másneutro y universal posible –como elmismo Borges lo admitía al final de sucarrera, luego de tantas idas y vueltasal respecto 6 – para que en él pueda inscribirsecomo en juego de veladuras ytransparencias, como quería Genette 7 .3.Cuando comparamos traducciones,pasamos a una posición tercera, otravez en el lugar de lectores-críticos. Sila tarea del traductor responde a determinadaselecciones, en esta posicióntercera podremos apreciar los modosSi la tarea del traductor respondea determinadas elecciones,en esta posición tercera podremosapreciar los modos en queel horizonte cultural y retóricode cada escritor-traductor (estoes, su forma de leer, su orientaciónen el campo estético eintelectual al que pertenece) havelado ciertas intensidades deloriginal, y ha guiado en otradirección <strong>las</strong> elecciones en elmomento de traducir.112 11302. Nombres, linajes y recorrido112-113 112-113 13/11/06 21:31:24

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