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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006[Bianco] es un moderno cabal,un lector decimonono. Lo cualdesde los años setenta, conel giro estructural y textualistahegemónico, rápidamentedaría pie a su exclusión delgremio por los críticos que sepostulan autárquicos, encastradosen la costumbre de <strong>las</strong>umisión a la materialidad dela letra que prescinde de <strong>las</strong>otras dimensiones en <strong>las</strong> queinterviene la literatura a supaso por el mundo.tual. Vale decir: es un moderno cabal,un lector decimonono. Lo cual desdelos años setenta, con el giro estructuraly textualista hegemónico, rápidamentedaría pie a su exclusión del gremio porlos críticos que se postulan autárquicos,encastrados en la costumbre de la sumisióna la materialidad de la letra queprescinde de <strong>las</strong>otras dimensionesen <strong>las</strong> que intervienela literaturaa su paso por elmundo 9 .Centrado en larelación vida/obra,Bianco puntúa enla Correspondenciala figura de Mme.Weil –la abuela deProust, incitadorae iniciadora en <strong>las</strong>percepciones estéticasdel nieto, a laque sigue en su variada peripecia–, y dela madre, colaboradora y protectora deaquel; así como detalla los momentos de<strong>las</strong> cartas que traspasarán transmutados ala obra del petit Marcel. Pero el núcleo desu artículo es la auspiciosa catástrofe quesignificaría en la vida de Proust la muertede la madre, de quien dependía demodo excesivo hasta en los más mínimosdetalles de la vida cotidiana, al punto deno poder llevar a cabo su proyecto novelístico,fallido tras dos intentos –el JeanSanteuil y el Contra Sainte-Beuve– sinohasta su desaparición. El “desamparoafectivo, moral, espiritual, intelectual ymaterial” en que lo sume la muerte deMme. Adrien Proust –sostiene– “induceal escritor al abandono de la vidamundana y le insta a una reclusión cuasimonástica”. “Ha comenzado la expiaciónde Marcel”, escribe Bianco, postulandouna idea salvífica de la literatura; Proust,quien según el argentino se ciñe de continuoal concepto de justo castigo, daría enla escritura con la práctica curativa de sumal existencial. Así, algo del orden de laverdad reveladora alumbra en la palabra.Una mujer es de mayor utilidad en nuestravida si en vez de ser un elemento defelicidad es un instrumento de tristeza,porque no hay amor que no nos sea tanprecioso como <strong>las</strong> verdades que nos descubrecuando lo perdemos.En el episodio de la muerte de la abuelaen la Recherche, supone Bianco, Proustha ficcionalizado la muerte de la madre:Antes de morir Proust, ya en los últimosvolúmenes de esas memorias ejemplarmentenoveladas, muere su madre por segundavez, irrevocablemente. Proust, junto con élmismo, la ha sacrificado a su obra.La verdad es superior a la muerte y alamor, que se desvanece mediante lapalabra escrita. Ese credo ético, aprehendidoen la lectura de Proust, serála clave de su mirada crítica sobre laliteratura y su ligazón con la vida.Pocos años después, en 1959, Biancobrindará en la Sociedad Hebraica unac<strong>las</strong>e sobre “El sentido del mal en laobra de Proust”, luego editada en larevista La Torre de San Juan de PuertoRico. Su lectura recorre En búsquedadel tiempo perdido puntuando la imposibilidadde asignar a los caracteres dela novela valores absolutos:en Proust, los llamados monstruos nocarecen de sensibilidad, de imaginación,de inteligencia (...) <strong>las</strong> naturalezasproustianas atormentadas por el mal sonaquel<strong>las</strong> en <strong>las</strong> cuales los sentimientosmás nobles – la generosidad, la solidaridad,la piedad, la delicadeza, la ternura-se dan en formas ejemplares; aquel<strong>las</strong> en<strong>las</strong> cuales el problema moral se planteaen toda su intensidad, acaso por horrora ese mismo mal cuyo poder de atracciónhan comprobado tan a menudo.Un maridaje con el mal que funcionacomo principio dinamizador, como“energía que fecunda la imaginación”,sostiene Bianco, permite a personajescomo Bergotte y Elstir ser “eficazmentebuenos”. A su vez, la imaginaciónes condición de la bondad; allí nace larelación al otro, el sentimiento moral.El ejercicio del arte, como en Elstir,redime, ennoblece <strong>las</strong> almas.En este punto el crítico, como respuestaal pedagogismo moral en elque el personaje proustiano deriva trasla depuración de sus maldades por lavía del arte, supone –construye– undiálogo entre el pintor y el narrador. Esdecir, se coloca en la posición del autor.Elstir ha de corregirle al narrador <strong>las</strong>sospechas sobre su bondad adquirida,antes impensable debido a la mediocridadde los ambientes que frecuentaba:es un momento extraordinario de lacrítica, que súbitamente vuelve al textoficcional, en el que el artilugio de unpersonaje que interviene la andadurade una pesquisa moral del autor estomado como voz reflexiva propia. ParaBianco, como para Proust –tal es suepigonismo– el camino de la sabiduríano admite atajos de la experiencia, quesólo revela la verdad a costa de dolory desazón. Sacar del mal un partidobenéfico es la lección que proponen <strong>las</strong>vidas ejemplares de Bergotte y Elstir,que metaforizan <strong>las</strong> del propio Proust.En este punto el amor homosexual daingreso al mal en <strong>las</strong> consideraciones delargentino: Mme. Vinteuil y Charlus,sádicos y homosexuales, se estancan enel mal por no saber hacer de la mezclade bondad y perversión una ocasión desuperación. El placer es sacrílego, unprivilegio de los malos, sostiene, consecuentementeproustiano.Mme. Vinteuil es buena: no a la manerade Odette, la ex cocotte, con una bondadvisceral, fisiológica, sino con una bondadhumana, inteligente, hostigadora;esta bondad le exige un esfuerzo de creaciónque no tiene la energía de realizar.Entonces sucumbe a los reproches de supropia bondad, se deja aturdir, ensordecerpor ellos. El fatalismo románticoque la induce a creerse un monstruo leimpide, al mismo tiempo, ver claro ensu naturaleza, aceptar su desequilibriosexual, sobrellevar sus limitaciones, ydespués luchar con el<strong>las</strong>, y después vencer<strong>las</strong>,trascender<strong>las</strong>, operar la síntesiscreadora de sus virtudes y de sus vicios,síntesis propia del hombre, que no es niángel ni bestia.Esta doxa que matiza el maniqueísmomoral y le abre <strong>las</strong> compuertas de la legitimidada la transgresión, a la manera deun Bataille criollo 10 , será una constanteen la obra ficcional de Bianco, y tiñesus apreciaciones críticas de una ciertapertinencia filosófica. Escribe:Mme. Vinteuil, buena, inteligente, sensible,habría podido ser, si no una granartista, pongamos por caso, como ese padrea quien tanto se parece, una artistadecorosa. En vez de una artista, se resignóa ser una sádica. O, como dice Proust,una artista del mal.Por su parte, en Charlus (sobre cuyomodelo real, el conde de Montesquiou,Bianco traza pinceladas precisas), queha convertido en “una especie depoesía” la estupidez del ambiente aristocráticodando cabida a un “delicado150 15102. Nombres, linajes y recorrido150-151 150-151 13/11/06 21:31:50

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