Nombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006174Jaime Rest, hacia la reafirmacióndel hecho literarioPor Pablo De SantisAusente de <strong>las</strong> rememoraciones más frecuentes,Jaime Rest solía definir un sujeto para su escritura,que además de expresarse en sus librosorgánicos a menudo obraba con la “amabilidad”del prologuista: se trata de un lector “enteradopero no especializado”. Este tipo de utopía lectorabuscaba preservar el hecho literario de susexpropiaciones más frecuentes: tanto <strong>las</strong> tendenciasc<strong>las</strong>ificatorias del campo cultural, en <strong>las</strong>cuales sobresalía un vigoroso estructuralismo alque denominaba “budinera” capaz de moldearla escritura, como cierta tendencia marxista a laatribución sociológica en la que la literatura sederivaría de <strong>las</strong> pertenencias a <strong>las</strong> c<strong>las</strong>es sociales.Es por ello que –señala Pablo De Santis– el ensayo,sea en su forma ficcional o fantástica, es el estiloque conmovía a Rest en la medida de sabersecapaz de guardar cierta distancia con <strong>las</strong> formasmás organizadas del pensamiento y como modode mantener viva esa tensión heredada del sigloXIX entre el racionalismo y el misticismo.Autónoma de <strong>las</strong> pretensiones encasilladoras, laliteratura siempre logra fundar un orden en elvacío moviéndose entre los límites que imponela realidad, pero produciendo en ellos distintosestilos de “aferrarse a la vida”.De todas <strong>las</strong> formas de la crítica,hay una que prefiero porque alcanzaun equilibrio justo entre autoridad ytimidez: es el prólogo. Esta introducciónse justifica cuando hay algunadistancia entre el texto y el lector; elprólogo se convierte en mensajeroentre ese reino todavía brumoso y ellector. Se dice que los libros se bastana sí mismos, que toda intenciónpedagógica debe ser extirpada, que eltexto es real, el autor no, y el prologuistamenos: pero me agrada el gestode amabilidad que significa el prólogo.La soledad esencial de la lecturatiene su contraparte en la comunidadque formamos con aquellos a quienescomentamos un libro recordado, undescubrimiento, aun el despertar deuna aversión; el prólogo anticipa laaspiración a esa concepción utópica dela lectura, que no acepta como únicacondición la soledad.Jaime Rest fue un maestro del prólogo,y aunque escribió varios librosorgánicos, en todos mantuvo la actitudamable de quien organiza <strong>las</strong>expectativas del lector frente a untexto futuro. Sus propios libros soncasi imposibles de conseguir (en elfondo de alguna librería de Avenida deMayo sobrevive algún ejemplar, entrerestos de <strong>las</strong> colecciones del CentroEditor de América Latina); pero loslectores consecuentes han de encontraruna y otra vez su nombre en elumbral de libros ajenos. En Conceptosde literatura moderna (Centro Editorde América Latina, 1979) definió aquien estaba destinado su libro, ypodemos decir, todos sus libros: el lectorenterado, pero no especializado.Rest nació en Buenos Aires en 1927.En 1953 completó la licenciaturaen Letras en la Universidad deBuenos Aires, con la especializaciónen Literatura Europea Septentrional.Entre 1956 y 1963 compartió la cátedrade Literatura Inglesa con JorgeLuis Borges, a cuya obra y sus crucescon la filosofía dedicó uno de los textosfundamentales de la bibliografíaborgeana: El laberinto del universo.Borges y el pensamiento nominalista(1976). También fue profesor en laUniversidad Nacional del Sur, enBahía Blanca. Literatura y cultura demasas (1966), Tres autores prohibidos(1968), Novela, cuento y teatro(1971), Conceptos de literatura moderna(1979), Mundos de la imaginación(1979) y El cuarto en el recoveco (1982)completan su obra. Rest estuvo a cargode la supervisión de la nunca superadaenciclopedia Capítulo de la LiteraturaUniversal, que publicó el Centro Editorde América Latina. La editorial de lalibrería Fausto lo tuvo como asesor:su catálogo ofreció ediciones exquisitasde Henry James, Italo Calvino,Joris-Karl Huysmans, Matthew Lewiso Joseph Conrad. Un ataque al corazónlo derribó el8 de noviembrede 1979, cuandovisitaba la redacciónde una revistaque funcionabaen la Universidadde Belgrano. Suviuda, VirginiaErhart, debióponer en orden el original de El cuartoen el recoveco, que recogía un ciclo deconferencias que Rest había dado en laSociedad <strong>Argentina</strong> de Escritores entreseptiembre y octubre de 1978. Rest eraun conferenciante experto, capaz detransmitir su conocimiento inclusive aun público masivo: dio varias char<strong>las</strong>por Radio Nacional. El escritor CarlosGardini, que estuvo entre sus alumnosEl rastreo de la obra de Rest nopermite advertir ninguna aficióna la polémica, pero al finalde su vida arremete (...) contrala tendencia de la crítica literariaargentina a convertirse enuna sociología de la literaturade inspiración marxista.17502. Nombres, linajes y recorrido174-175 174-175 13/11/06 21:32:18
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006y que fue luego su amigo, lo recuerdacomo “un magnífico profesor, por suironía, su buen humor, su clarísimadicción, su voz vibrante”.La obra de Rest mantuvo un carácterdisperso, no sólo porque gran parte desus textos, publicados en revistas, nuncafueron recogidosen libro, sino porla variedad mismade sus intereses.Y sin embargo,sus dos últimoslibros, Mundosde la imaginacióny El cuartoen el recoveco, nostientan a leer undeliberado balancede <strong>las</strong> preocupacionesquehabían agitadosu pensamientodurante toda suvida. En todo secomplementan:uno es un volumen de 350 páginas; elotro, un libro muy breve. Uno recopilaartículos publicados a lo largo de uncuarto de siglo; el otro, una serie deconferencias que abarcan poco más deun mes. Uno está dedicado a la ficción,en especial en lengua inglesa; el otro,al ensayo argentino. Pero en los doslibros, Rest –quizás impresionado porhaber atravesado la barrera del mediosiglo– detalla concepciones personales,su biografía intelectual, los maestrosque lo formaron (José Luis Romero,Ángel Battistesa, el profesor de estéticaLuis Juan Guerrero, Jorge Luis Borges),su modo de entender la crítica.En el prólogo de Mundos de la imaginación,Rest se desentiende de todaidea de “aplicación de un método a lacrítica literaria”. Los excesos estructuralistasestán en su mira. Escribe Rest:El objeto del crítico consiste en relacionarexplícita y esclarecedoramente alartista con el mundo que elige o en quese inserta, y comprenderlo en función deesa compleja circunstancia; ese mundopuede ser real o fantástico, social o religioso,social y religioso, y cuantas variantesy combinaciones se puedan concebir.Lo importante es establecer de qué modocada autor ha satisfecho plenamente supropósito en el ámbito que escogió. Locontrario, que supone fatigarse buscandométodos o escue<strong>las</strong> antes de saber aqué o a quién se los aplicará, consisteen fabricar budineras en los que los másvariados propósitos artísticos se evalúancon un solo molde.El rastreo de la obra de Rest nopermite advertir ninguna afición ala polémica, pero al final de su vidaarremete por igual, como vimos, contralos fabricantes de budineras (fundamentalmentelos estructuralistas),pero también contra la tendencia de lacrítica literaria argentina a convertirseen una sociología de la literatura deinspiración marxista.Opino que la crítica ha insistido excesivamenteen consideraciones sobre lamisión social y moral de la literatura, locual significa –no nos engañemos– quea los valores poéticos se les ha conferido,sin eufemismos, una importanciarelativa y puramente secundaria, comomeros ornamentos destinados a decorarformas de militancia y compulsión.La autonomía del hecho literario estáen el centro de <strong>las</strong> preocupaciones deRest, que veía con disgusto el uso dela literatura para la justificación de <strong>las</strong>más diversas disciplinas. Hoy ya nadiehabla de “compromiso”, la lectura psicoanalíticaha perdido toda autoridad,y después del affaire Sokal (y de sucontinuación, el demoledor libro deJacques Bouveresse, Prodigios y vértigosde la analogía) nadie le firma uncheque en blanco a los herederos delestructuralismo; sin embargo la tentacióna preferir unos textos sobre otrosdebido a su adecuación a la teoría quedebe interpretarlos, o a la capacidadpara convocar a ciertos fenómenossociales o políticos, sigue distrayendoa la crítica del fenómeno estético. Porponer un solo ejemplo, La fiesta delmonstruo, de Borges y Bioy Casares, escitado con harta frecuencia en papersy artículos, mientras un lector fiel acualquiera de los dos autores (enteradopero no especializado, como definiríaRest) no habrá de darle, imaginamos,la menor importancia.En cuanto a El cuarto en el recoveco,su tema es el ensayo. Este interés deRest hay que situarlo dentro de sucuriosidad hacia todas <strong>las</strong> otras formasno consagradas de la literatura (particularmentela literatura de género).No en vano, entre los textos que elige(el Facundo, los “ensayos de interpretaciónnacional” de Martínez Estrada,los artículos que Borges dedica a lafilosofía) incluye <strong>las</strong> Aguafuertes porteñasde Roberto Arlt. A Rest le interesael ensayo no por su oposición a laficción, sino por la distancia que mantienecon los tratados, con <strong>las</strong> formasde pensamiento claramente organizadas.Lo característico del ensayo es ladisposición de los materiales detrás dela búsqueda de un efecto:Sean cuales fueren el tono y la dimensióndel ensayo, éste debe resultar persuasivo,y ha de crear en torno del lector una especiede sortilegio verbal.En El cuarto en el recoveco, Rest se preocupapor cruzar <strong>las</strong> diferentes definicionesdel ensayo –que lo delimitan a travésde la imprecisión, y lo objetivan a travésde la subjetividad– para luego vincularese juego de contradicciones con la obrade autores como Sarmiento, MartínezEstrada, Borges, Arlt en primer plano,pero también conMansilla, Lugonesy Mallea. Restencara los temasnacionales desdeuna mirada universal:El Facundo,nos dice, es nuestroMoby Dick. Eltexto comienzacon la metáforainolvidable que da título al libro:Quienes han frecuentado la mansión dela literatura saben que ésta posee multitudde aposentos. Algunos se muestranespaciosos, brillantes, activos, y en ellosse exhibe cuidadosamente alineada yc<strong>las</strong>ificada una diversidad casi infinitade objetos denominados poemas, dramaso nove<strong>las</strong>. Otros, en cambio, revelanempañado su pretérito esplendor y desdehace tiempo permanecen casi olvidadosy en penumbras, mientras el polvose acumula sobre composiciones quea menudo son sólo completo desordende nuevos materiales de la especie másdispar, habitualmente marginados y descuidadospor los críticos o estudiosos cuyatarea consiste en mantener la pulcritudy organización de todo el edificio. Éstees el sitio que se reserva al ensayo, cuyanaturaleza, variedades y dimensionesparecen imposibles de ser determinadasa causa de la abundancia y anarquíacon que tales obras se han ido acumulando,provocan un interés erudito oarqueológico, tal como suele ocurrir conla habitación reservada a la épica. PeroA Rest le interesa el ensayo nopor su oposición a la ficción,sino por la distancia que mantienecon los tratados, con <strong>las</strong>formas de pensamiento claramenteorganizadas. Lo característicodel ensayo es la disposiciónde los materiales detrásde la búsqueda de un efecto.176 17702. Nombres, linajes y recorrido176-177 176-177 13/11/06 21:32:21