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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006La imaginación críticaLa imaginación críticaLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006También hay que configuraruna teoría del “trabajo crítico”mismo, que al operar sobre lostextos debe dar cuenta tanto deellos como de su propia identidad.Se trata, por lo tanto,de establecer algunas hipótesiscon sus correspondientescondiciones epistemológicas.Se diría que, al menos en estaformulación, hay tres: una, elmovimiento de constitucióndel acto crítico debe ser homólogodel movimiento de constitucióndel texto-objeto; dos,el acto crítico debe poder producirun modelo de texto queatienda a su carácter de objetosemiótico; tres, el discurso delacto crítico debe ponerse encondiciones de interactuar conotros discursos sociales.ción crítica. Partamos del desplazamientode sustantivo a adjetivo acerca del cualhice un anticipo al comienzo; resumiendoo reiterando, el sustantivo “crítica” pasa aser adjetivo de otro sustantivo, “trabajo”,de donde resulta el sintagma “trabajocrítico”. Esta idea surge del hecho simplede que si untexto es lo que estáescrito más todolo que se ha dichosobre él, lo que,en consecuencia,lo modifica, talmodificación nosólo está implicadaen el acto crítico,como siempreocurrió, sinoque debe ser unadimensión asumiday sistematizada.Si, entonces, seadmite este carácterdel acto críticoy la operación quese realiza modificael objeto sobre elque se realiza, vade suyo que se tratade un trabajo que,como todo trabajo, obedece a leyes que,a su turno, necesitan de un fundamentosobre el que apoyarse, o sea una teoría deltexto pero también de sí mismo.Dicho de otro modo, se trata dehacer algo en y con el texto. ¿Enqué consiste? Ese hacer tiene unaprimera instancia modal, hacer parahacer conocer, y otra también irrenunciable:en ese hacer se hace conocer,al mismo tiempo, el discursoque lo lleva a cabo. En esa doble instancia,el discurso que se constituyepuede aspirar a una autonomía comodiscurso singular y específico, en unaposición de vecindad respecto de sutexto-objeto, y no más de subordinacióno de seguimiento.Encaradas <strong>las</strong> cosas así es precisoposeer una teoría acerca del texto, nose lo puede tomar como un “estar yaahí”, pura presencia inefable y aisladaen su propia esfera, sino como un objetosometido a miradas que podríandesgarrar los velos que lo cubren.Esa teoría preconiza que, siendo lostextos objetos significantes, lo que loscaracteriza, lo esencial a ellos, es su procesode producción de significación,objetos semióticos pues, y, como tales,resultado de múltiples operacionestransformativas que se realizan endiversos planos, desde el de la materiasobre la que actúan hasta los imaginariosde quienes <strong>las</strong> emprenden y aundel mundo que incide en ellos y en elmodo de tales operaciones.Pero también hay que configurar unateoría del “trabajo crítico” mismo, que aloperar sobre los textos debe dar cuentatanto de ellos como de su propia identidad.Se trata, por lo tanto, de estableceralgunas hipótesis con sus correspondientescondiciones epistemológicas. Se diríaque, al menos en esta formulación, haytres: una, el movimiento de constitucióndel acto crítico debe ser homólogo delmovimiento de constitución del textoobjeto;dos, el acto crítico debe poderproducir un modelo de texto que atiendaa su carácter de objeto semiótico; tres,el discurso del acto crítico debe ponerseen condiciones de interactuar con otrosdiscursos sociales.Sobre estos puntos de partida se abreuna doble avenida; por un lado, se tratade consolidar esta teoría que abarca, almismo tiempo, los dos órdenes, eltextual y el metatextual; por el otro, setrata de hacerla producir en accionesconcretas, lo cual pone en escena elproblema de la metodología que, enesta perspectiva, ya no podrá ser unútil de aplicación sino una mediaciónnecesaria entre texto, empíricamenteconsiderado, en su singularidad significante,como solicitud o demanda deuna acción sobre él –lo que en términosgenerales se incluye en el efectode lectura– y teoría del trabajo crítico,como campo en el que toman formamiradas que percibirán lo que estánen condiciones de percibir de acuerdocon los elementos que <strong>las</strong> preparan.Éstos son los elementos centrales deuna variante sobre el concepto en cursode crítica literaria. Se ven, creo, <strong>las</strong>diferencias: ya no se trata de juicio nide valor sino de significación comotendencia que, metonímicamente, sevincula con el orden del sentido. Estopermite múltiples redefiniciones de <strong>las</strong>relaciones entre textos como produccióny en su circulación. También,los discursos producidos desde estelugar teórico pueden correr una suertemenos humillante de oscura servicialidady pueden, quizás, entrando aformar parte de una nueva textualidad,integrar el elenco de los discursos socialesdecisivos, en posibilidad de nuevasformas de diálogo interdiscursivo.Una última acotación. En un momentode la formación de este concepto postuléque el discurso del trabajo crítico debíadeclarar, así como lo hacen los textos, losprincipios y los elementos que lo rigen; setrataba de “poner sobre la mesa” el mododel trabajo a fin de desideologizarlo, osea de quitarlo del circuito de la naturalización.Desde el punto de vista de lacomunicación existía el riesgo del excesode sistema, el discurso crítico podía volvera encerrarse en su propia ética y asfixiar,de este modo, sus alcances. La posibilidadde neutralizar este riesgo venía en la teoríamisma: si un texto se constituye desdeuna genotextualidad a la que rearma yreformula hasta darle un nuevo y reconociblecarácter, siendo tal genotextualidadun universo de saberes –de experiencia,de imaginación, de juicio–, el texto quepuede constituir el acto crítico sólo difiereen el hecho de que su genotextualidadestá ya configurada, tanto en lo que haceal objeto que considera como a los saberesteóricos que le permiten considerarlo.Si es así, se trata, por lo tanto, de nuevosmodos de escritura que no tienen porqué recaer en los discursos críticos tradicionales;su desafío es el de toda escrituraque busca <strong>las</strong> marcas de su identidad.En ese sentido, si el “ensayo”, tal comofue descrito, proponía una variante deescritura en la medida en que absorbíamuchos registros que aparecían en elhorizonte de la crítica por separado, yome estoy inclinando por dejar entrarla narración en el texto/metatexto queresulte del acto crítico. Dicho de otromodo, intento contar el acto críticopara que salga a la luz, en forma derelato, cubriendo otras dimensiones dela escritura, un nuevo texto que puedaser considerado junto a los textos que ledan origen, haciéndolos conocer, desdeluego, pero dando paso a una dimensióncomunicativa a que todo discursoautónomo tiene derecho a aspirar.No puedo decir qué vaya a salir de ello;sí que un intento semejante choca contraestilos muy arraigados e institucionalmentegarantizadores de la práctica crítica.Lo que puedo decir, en cambio, es quees probable que tal modo de discursoprovoque sorpresas de lectura con elconsiguiente efecto de ampliación. Elobjetivo final, en todo caso, es generarnuevos textos, obviamente de alcances yrepercusiones diversas, que, junto a losotros, integren un universo en el quesensibilidad e inteligencia convoquenpor igual a la creatividad de la lectura.24 2501. La imaginación crítica .in24-25 24-25 13/11/06 21:29:17

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