LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006La imaginación críticaLa imaginación críticaLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Los defensores del bel canto académico,o lo que es lo mismo,los defensores del decoro establecidopor una encorsetadaética y estética académica, hanmostrado ya su medrosa indignaciónpor el libro de Prieto.que se ha revalorado el poder cognoscitivoy conformador del relato,era esperada y necesaria la apariciónde un narrador que más que totalizara la manera de <strong>las</strong> historias académicas(la de Jitrik, la de Arrieta), y<strong>las</strong> académicas de divulgación (<strong>las</strong>dos de Capítulo),se centrara enel lector y en eldiálogo de lecturas,aquel<strong>las</strong>que verdaderamentetejen lamutable vigenciade los textos.Imaginemos un lector que comoustedes o como yo, más que unaconsulta sesgada y especializada –ésaes una lectura casi rutinaria, obligada,en nuestra profesión– quisiéramospor fin, al fin, una narración en laque el volumen fuera tan importantecomo el detalle, en la que el diseñodel tejido fuera tan determinantecomo la estructura de sus hebras. Porfin, al fin, una historia de la literaturaargentina pensada para lectores, paralectores críticos de la literatura argentina,que no son los críticos de la literaturaargentina, o son algo así comolos mismos críticos en un estadoideal de vacaciones. Y a ellos, a esoslectores, es a quienes Prieto dedicasu libro: “A los lectores de literaturaargentina, mis hermanos.”“Desafíos” llama María TeresaGramuglio a la imaginaria trastiendaintelectual con la que Prieto ha debidolidiar. <strong>Las</strong> ideas recibidas sobrecómo es la historia de la literaturaargentina, o cómo debería ser su relato–imagino– no es uno de los menores.Escribir una historia de la literatura escomo ser un cantante de ópera: nadieespera que rehaga la partitura, sinoque imprima su color y su acento en<strong>las</strong> mismas arias que el público sabede memoria; es por ello riesgoso, porel exigente público atento al error y alfalsete, pero también porque ese acentoque parece muy poco en la historiadel canto, también afecta la historia dela partitura misma.Los defensores del bel canto académico,o lo que es lo mismo, losdefensores del decoro establecidopor una encorsetada ética y estéticaacadémica, han mostrado ya sumedrosa indignación por el librode Prieto. María Rosa Lojo, desdeLa Nación 2 , encuentra en él una“exasperación individualista” queharía caer a su autor en un infierno:tal subjetivismo –dice– “afrontaincluso el riesgo de caer fuera delámbito académico”, porque Prietoes profesor de Literatura <strong>Argentina</strong>,y lo que hace está bien para construirseuna imagen de autor provocativo,como Aira, pero no paraescribir una historia que debe regirsepor los criterios de objetividad yneutralidad en la valoración, criteriosque, según Lojo, deberían ser“universales, atemporales y unánimes”.Debo decir que comparto los“descartes” y <strong>las</strong> valoraciones de laBreve historia que molestan tanto aLojo: no dedicarle demasiado espacioa <strong>las</strong> escritoras del siglo XIX(Juana Manuela Gorriti, EduardaMansilla...), y a otras del siglo XX(Jorgelina Loubet, Luisa Valenzuela,Sara Gallardo, Alicia Steimberg), ola reprobación del enfático y mayúsculoestilo de Sabato, o la lecturaimposible de Mallea, o considerara Manuel Mujica Lainez como unaderivación apoltronada y sin riesgosdel modernismo.Sólo académicamente, con el saber yel archivo académico, puede ensayarseuna historia que respete –como hacePrieto– <strong>las</strong> discusiones y sedimentacionesacadémicas, que <strong>las</strong> contengay a la vez que se sitúe más allá de losestrictos protocolos universitarios, omás allá también de sus púdicas y vergonzosasrestricciones. Lo que permiterealizar esta operación no es el falsodesenfado académico (un rasgo teatralmuy notorio en algunos universitarios),sino la consideración o el deseopor el lector, por el lector presente ypor el lector futuro.Oigamos los criterios de Lojo quesuscribe esperanzada los vaivenes favorablesdel marketing académico:La Historia de una pasión argentina deMallea sigue siendo un libro clave paracualquier estudio de la sensibilidad y <strong>las</strong>ideas en la <strong>Argentina</strong> y, mal que le pesea Prieto, se reedita. Mujica Lainez (enopinión del autor, representante de laoligarquía, anacrónico y manierista queha licuado todos los riesgos artísticos delmodernismo en una prosa de supuesta“calidad”) o Sabato (según Prieto, alegórico,pomposo y grandilocuente) sonobjeto de interés no sólo para muchos lectores,sino para la comunidad académicainternacional. Sus obras pronto se incorporarána la exigente colección Archivosde la Unesco.Señalemos al pasar que la pretendidadivisión entre una crítica periodísticay otra académica, es cosa del pasadoy que, entre otras cosas, el periódicoes hoy una continuación por otrosmedios de <strong>las</strong> reyertas académicas yde sus internas fragmentaciones enpugna por el acceso a un misteriosopúblico más amplio.Entendida como un diálogo en el que<strong>las</strong> discusiones (mayoritariamente académicas,como surgen de los protocolosde Prieto) hacen avanzar el relato,la Breve historia no mezcla los criterioscomo cree Lojo, sino que los sopesaen función de <strong>las</strong> piezas capitales de sunarración. Algo que cualquier historiaacadémica o no (si es que pudiera hoyconcebirse unaobra semejante)se encargaríaescrupulosamentede realizar.A Lojo no lemolesta el estilopor momentosirónico y festivo,humorístico,de Prieto (finalmente,es unatonalidad que elacadémico puede permitirse si es quese ciñe a la ley del decoro universitario,nos dice Lojo, haciendo gala detolerancia). Pero lo que Lojo no lee enel libro, es que estos efectos de ironíano son solamente un rasgo perdonablede estilo, sino que forman parte de ladisposición misma del material, delentramado narrativo que es dispuestoy expuesto en un encadenamientoirónico. Y este sentido irónico quesurge de la cadena expositiva; es quizás,el componente de Breve historiaque ha podido irritarla más, pues <strong>las</strong>conexiones inesperadas o desatendidasque pueblan el discurso, o que sonprovocadas por su dispositio, suponenun pensamiento que maneja, más alláde <strong>las</strong> apariencias consabidas, grandesmasas textuales que se sujetan a <strong>las</strong>uprema ironía del tiempo, ese tiempoque en esta historia muy bien puedellamarse “la ironía del tiempo de lalectura”, y que Prieto revela casi siemprecon objetiva e impiadosa gracia.Porque me parece que la apuesta a... me parece que la apuesta acontrapelo de Prieto es a favorde una historia literaria de laliteratura (no sociológica, opolítica, o cultural), lo másdesnuda posible de injerencias,lo más desnuda y sola posibleen su propio terreno. ¿Es estoposible? Por supuesto que no;poco hay de propio en el porosoterreno de la literatura.54 5501. La imaginación crítica .in54-55 54-55 13/11/06 21:29:37
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006La imaginación críticaLa imaginación críticaLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006contrapelo de Prieto es a favor de unahistoria literaria de la literatura (nosociológica, o política, o cultural), lomás desnuda posible de injerencias,lo más desnuda y sola posible en supropio terreno. ¿Es esto posible? Porsupuesto que no; poco hay de propioen el poroso terreno de la literatura. Sihay que buscar esa pureza imposibleen algún lugar no menos incierto, peroque puede dar algún indicio plausible,ese lugar es el del tiempo y el de la lectura.El tiempo de la lectura, de dondehabría que arrancar, como hace Prieto,la desnuda historicidad de la literatura.¿Cuál es entonces el instrumento,el método, la herramienta?Esta última pregunta es lo que uncrítico, un historiador o un teóricoexigirían que se contestase primero:el marco o la concepción teórica, ala que el libro debiera sujetarse parano caer en ese vértigo que los universitariosllamamos “diletantismo”.La seguridad del método, más allá delos resultados o de los pensamientos.¿Prieto esconde, como suelen hacer losdiletantes literarios, sus herramientas?No. Pero tampoco <strong>las</strong> exhibe comogarantía ante una aventura riesgosaen la que compromete, ante todo,su nombre propio. Dos pistas anteel recato literario de Prieto, que noquiere deliberadamente escudarse enla tranquilidad del método o la teoría.Una me la da María Teresa Gramuglioen su título que menta la Breve historiaentre comil<strong>las</strong>, “La historia de la literaturacomo desafío”, vale decir, conun giro de Hans Robert Jauss. Peroel concepto de lectura o de historialiteraria que pone a prueba Prieto noes el de la teoría de Jauss, o no lo escompletamente. La segunda me la daPrieto cuando recuerda que el proyectode Ricardo Rojas es contemporáneodel formalismo ruso, que luego deuna “poblada experiencia” –dice– “haconvertido en incómoda cualquiertentativa de pensar en una historia dela literatura” 3 . Pero si hay algo centralen el formalismo más acabado, es elpensar la literatura, la literariedad dela literatura como sujeta a la historia, asu propia historia, si es que hay (y porcierto, no hay) tal desnudez de unahistoria exclusivamente intra-literaria.Más que un método, se trata de unaguía que permanece en ese horizontede incomodidad crítica y quese advierte por la adhesión a unvocabulario: la expresión (la cómodaexpresión) “sistema literario” queencontramos en muchos momentosde la Breve historia, o la palabra“serie”. Claro que la breve referenciade la introducción queda contrarrestadao limpiada con una cita de Eliot:“Es deseable que cada tanto un nuevocrítico estableciera un nuevo ordende textos y autores” 4 . Como si Prietodijera: ya sé que la teoría pensó la historicidadliteraria, pero prefiero quela literatura o los poetas la piensen.¿Y cómo la piensa Prieto? Sin excluirla innegable relación, la cada veznueva relación entre literatura y cultura,o entre literatura y orden socialu orden político, que encontramossiempre precisada; lo determinantede esta historia será la relación productivaque se establece entre unostextos y sus lecturas. Proteica y móvil,esta relación despliega en el tiempouna lógica situada, paradójica y sorprendenteen la que se cifraría la particularhistoricidad de la literatura.“Efectos de acronicidad radical” podríamosllamar a esta forma temporalde la lectura que devela Prieto bajo laforma de ironías narrativas. Acronicidad,pues el tiempo de la lectura tienevarias dimensiones: sobre todo, la retroactivay la prospectiva, que jamáshacen coincidir del todo el tiempolector con el presente histórico. Leamosalgunos ejemplos: si Marechalquiere enterrar su pasado vanguardista,Adán Buenosayres permitió,–apunta Prieto– a finales de los añoscuarenta, una impensada y muy vivaresurrección del martinfierrismo 5 .En la lógica a-crónica de la lectura,los entierros queridos pueden equivalera resurrecciones impensadas. Yes Martín Prieto quien utiliza, a propósitode la bífida alabanza borgeanaa la poesía de Martínez Estrada, elvocablo “asincronía”, y agrega que esalectura (junto a la de César FernándezMoreno) funcionan como señales queanuncian esa suerte de destiempos y desencuentrosque condenaron durante casimedio siglo la obra de Martínez Estradaa la excentricidad. 6Esta lógica asincrónica de “destiemposy desencuentros” funciona a la manerade “Kafka y sus precursores”, tieneun funcionamiento borgeano, comocuando Prieto observa que en los poemasde Macedonio Fernándezlos entusiastas martinfierristas encontraron,retroactivamente, el germen involuntariodel ultraísmo. 7Prieto está atento a lo que no es unaccidente de la lectura, sino parteconstitutiva de su estructura histórica:en esta asincronía fundamental, leeres también desleer,no leer, nopoder leer, dejarilegible. En estesentido, su historiade la literaturahace posiblecomprender estaparte esencial del proceso de historizaciónliteraria para la literaturaargentina. Es, consecuentemente, unaparte mayor en la figura narrativa quelogra trazar, y uno de los méritos delrecorrido de inteligibilidad del relato.Por lo tanto, la lógica asincrónica serevela no como la desnudez pura de laliteratura, sino como el componentemás poroso y abierto al devenir social,cultural y político. Es lo que subrayaPrieto cuando analiza la poesía deJuana Bignozzi en los contextos de losaños sesenta y ochenta:... mal leída, o directamente no leídadurante muchos años, Bignozzi encontróuna franja entusiasta de lectores y críticosy su obra empezó a influir en los nuevospoetas argentinos, recién a partir de losaños ochenta, cuando la extremadamentereferencial poesía de sus contemporáneosenvejecía junto con sus asuntos. 8La lógica asincrónica se revelano como la desnudez purade la literatura, sino como elcomponente más poroso yabierto al devenir social, culturaly político.56 5701. La imaginación crítica .in56-57 56-57 13/11/06 21:29:40
- Page 2 and 3: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006
- Page 4 and 5: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 6: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 11 and 12: La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 13: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 16 and 17: La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 18 and 19: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 20 and 21: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 22 and 23: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 24 and 25: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 26 and 27: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 28 and 29: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 32 and 33: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 34 and 35: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 36 and 37: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 38 and 39: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 40 and 41: La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 42 and 43: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 44 and 45: Un crítico se mide frente asu moti
- Page 46 and 47: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 48 and 49: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 50 and 51: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 52 and 53: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 54 and 55: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 56 and 57: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 58 and 59: Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 60 and 61: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 62 and 63: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 64 and 65: Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 66 and 67: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 68 and 69: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 70 and 71: Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 72 and 73: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 74 and 75: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 76 and 77: Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 78 and 79: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 80 and 81:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 82 and 83:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 84 and 85:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 86 and 87:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 88 and 89:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 90 and 91:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 92 and 93:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 94 and 95:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 96 and 97:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 98 and 99:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 100 and 101:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 102 and 103:
Trazos malditosComo cualquier otra
- Page 104 and 105:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 106 and 107:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 108 and 109:
Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 110 and 111:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 112 and 113:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 114 and 115:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 116 and 117:
Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 119 and 120:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 121 and 122:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 123 and 124:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 125 and 126:
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 127 and 128:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 129 and 130:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 131 and 132:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 133 and 134:
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 135 and 136:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 137 and 138:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 139 and 140:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 141 and 142:
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 143 and 144:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 145 and 146:
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 147 and 148:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 149 and 150:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 151 and 152:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 153 and 154:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 155 and 156:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 157 and 158:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 159 and 160:
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 161 and 162:
Reflexiones sobre lacondición inte
- Page 163 and 164:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 165 and 166:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 167 and 168:
Reflexiones sobre la condición int
- Page 169 and 170:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 171 and 172:
Reflexiones sobre la condición int
- Page 173 and 174:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 175 and 176:
Reflexiones sobre la condición int
- Page 177 and 178:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 179 and 180:
GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 181 and 182:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 183 and 184:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 185 and 186:
GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 187 and 188:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 189 and 190:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 191 and 192:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 193 and 194:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 195 and 196:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 197 and 198:
Cada voz que emergió de lacrítica
- Page 199 and 200:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 201 and 202:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 203 and 204:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 205 and 206:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 207 and 208:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 209 and 210:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 211 and 212:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 213 and 214:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 215 and 216:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 217 and 218:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 219 and 220:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 221 and 222:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 223 and 224:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 225 and 226:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 227 and 228:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 229 and 230:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 231 and 232:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 233 and 234:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 235 and 236:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 237 and 238:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 239 and 240:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 241 and 242:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 243 and 244:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 245 and 246:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 247 and 248:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 249 and 250:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 251 and 252:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 253 and 254:
LaborbibliotecológicaDesde sus or
- Page 255 and 256:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 257 and 258:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 259 and 260:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 261 and 262:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 263 and 264:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 265 and 266:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 267 and 268:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 269 and 270:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 271 and 272:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 273 and 274:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 275 and 276:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 277 and 278:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 279:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006S