LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006GroussaquianasNOTAS1. Rama explica que para el modernismo “el problema consistía en su inscripción cultural dentro del vastotexto universal al que habían sido arrojados y que ya no abandonaría el continente, sabedores de que esainscripción no transitaba por el localismo romántico sino que debía funcionar en un nivel superior” (Rama,Ángel, <strong>Las</strong> máscaras democráticas del modernismo. Montevideo, Arca editorial, 1985, p. 173).2. Digo que propongo leer este debate articulado alrededor de este eje porque no todas <strong>las</strong> discusiones y planteos sobre <strong>las</strong> formasconcretas de la modernidad en América Latina que tuvieron lugar a fines del siglo dicienueve y principios del siglo XX estuvieronorganizados alrededor de la relación específica de la región con la expansión global de la modernidad europea.3. Darío, Rubén, Autobiografía. Madrid, Mondadori, 1990, p. 69. <strong>Las</strong> referencias a Francia en toda la obra de Daríoson tantas que resultaría imposible hacer un catálogo medianamente completo de el<strong>las</strong>. Una de <strong>las</strong> operaciones másinteresantes en relación con la centralidad de la cultura francesa para el proyecto de una modernidad latinoamericanapuede leerse en el poema “France-Amérique” (publicado en Canto a la <strong>Argentina</strong> y otros poemas), escrito en francés y queya desde el título sugiere que una identidad marginal moderna depende de la resignificación de la relación jerárquica conFrancia, para poder pensar en la posibilidad de una modernidad propia, producida mediante procesos de traducción.4. Para una descripción del concepto de “metafísica de la presencia”, ver el artículo fundacional de la filosofíade la deconstrucción, Derrida, Jacques, “Structure, sign and play in the social sciences”, Writing and Difference.Trans. Alan Bass. Chicago, University of Chicago Press, 1978.5. En un libro reciente que analiza la tarea de Groussac al frente de la Biblioteca Nacional durante más de cuatro décadas,el historiador Mario Tesler revela, en una investigación cuidadosa, <strong>las</strong> resistencias que generó la designación de Groussacen 1885. La lógica de <strong>las</strong> reacciones, en general tuvo que ver con <strong>las</strong> disputas de poder del campo intelectual (por ejemplo,la del anciano Sarmiento), sin embargo no faltaron aisladas reacciones marcadamente xenófobas, como por ejemplo,dos editoriales del diario porteño El Nacional que impugnaban la elección de Groussac por haber llegado a ese cargo“saltando por encima de muchos argentinos que tienen sobrados títulos para desempeñarlo con más competencia”. VerTesler, Mario, Paul Groussac en la Biblioteca Nacional. Buenos Aires, Ediciones de la Biblioteca Nacional, 2006.6. Así también lo describió Borges en el artículo que publicó en la revista Nosotros en 1929, en ocasión de la muerte del directorde la Biblioteca Nacional; Borges escribió que Groussac siempre se consideró a sí mismo “un misionero de Voltaire en mediodel mulataje” (Borges, Jorge Luis, “Paul Groussac”. Discusión. Obras Completas. Buenos Aires, Emecé, 1974, p. 233).7. Alejandro Eujanián sees the enterprise of La Biblioteca as that of imparting civilization within a genealogy that goes allthe way back to Sarmiento: “La apelación a la ciencia... expresará la pretendida soberanía de la razón de la cual estos intelectualesse creían portadores... En dicho marco, la revista La Biblioteca será el último eslabón de un proceso que se iniciaa mediados del siglo XIX, ofreciendo un espacio propicio para la difusión de un ideario reformista, planteándose comofunción principal la de llevar a cabo a través de sus páginas una ‘empresa civilizadora’, respecto de la cultura argentina de finde siglo”. Groussac quiso “convertir a la revista en una ‘empresa civilizadora’, tendiente al progreso cultural de un país cuyodesarrollo cultural consideraba inferior a esa civilización europea de la cual se sentía su máximo representante, mereciendo,en este sentido, el reconocimiento por parte de sus contemporáneos” (Eujanián, Alejandro, “Paul Groussac y una empresacultural de fines de siglo XIX. La revista La Biblioteca, 1896-1898”, Historia de revistas argentinas. Buenos Aires, Asociación<strong>Argentina</strong> de Editores de Revistas, 1995, pp. 27-30). Para Paula Bruno, por otra parte, Groussac siempre “se autopercibiócomo pedagogo portador de una misión: puso en marcha múltiples estrategias que lo posicionaron en un lugar central enel ámbito de la cultura” [Bruno, Paula G., “Paul Groussac y La Biblioteca (1896-1898)”, Hispamérica. Revista de Literatura,2003, pp. 32, 88, 94]. Es interesante pensar, a partir de la relación neocolonial (mission civilisatrice) que <strong>las</strong> prácticas deGroussac producen, en términos de una infantilización de los actores del campo argentino que deben ser educados por unfrancés, a la manera de <strong>las</strong> institutrices que abundaban en <strong>las</strong> familias de la elite local.8. <strong>Las</strong> referencias en la obra de Darío a su voluntad de filiar su proyecto estético en la especicifidad de la cultura latinoamericanason muchas. Por ejemplo, en Historia de mis libros confiesa: “En el fondo de mi espíritu, a pesar de mis vistas cosmopolitas, existeel inarrancable filón de la raza; mi pensar y mi sentir continúan un proceso histórico y tradicional; mas de la capital del arte y dela gracia, de la elegancia, de la claridad y del buen gusto, habría que tomar lo que atribuyese a embellecer y decorar mis eclosionesautóctonas. Tal día entender” (Darío, Rubén, Historia de mis libros. Managua, Editorial Nueva Nicaragua, 1988, p. 124).9. Tomo <strong>las</strong> citas de los textos del debate, entonces, de su publicación conjunta en la revista Nosotros.10. Es interesante anotar que Groussac dedica buena parte de sus energías a criticar a Mallarmé (y más veladamente aVerlaine), pero no hace ninguna referencia a Baudelaire, quien (como Mallarmé) construyó su estética traduciendo (y,entonces, en un sentido laxo “imitando”) a Edgar Allan Poe, una operación a todas luces improcedente en función de <strong>las</strong>jerarquías culturales y ontológicas respecto de <strong>las</strong> que Groussac arma el mapa transoceánico de la modernidad.11. En su artículo “En torno a Los raros. Darío y su campaña intelectual en Buenos Aires”, Beatriz Colombi presta atencióna los temas más salientes del debate y aunque no profundiza en él porque el centro de su texto es el contexto de producción yrecepción de Prosas profanas y Los raros (Colombi, Beatriz. “En torno a Los Raros. Darío y su campaña intelectual en BuenosAires”, Rubén Darío en La Nación de Buenos Aires. 1892-1916. Ed., Susana Zanetti. Buenos Aires, EUDEBA, 2004). Además,en su libro Viaje intelectual. Migraciones y desplazamientos en América Latina (1880-1915) (Rosario, Beatriz Viterbo Editora,2004), Colombi es una de <strong>las</strong> pocas críticas contemporáneas que leen la figura de Paul Groussac desde los estudios literarios.36206. Groussaquianas.indd 362-363 13/11/06 21:44:07
GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006364Sobre una tesis que falla por la tesis“Paul Groussac: un estrategaintelectual”Por Marta Elena GroussacRecientemente Paula Bruno ha publicado unensayo sobre Paul Groussac. De estilo prolijamenteacadémico, el texto realiza una ampliainvestigación sobre <strong>las</strong> distintas “estrategiasde posicionamiento” de Groussac en el campocultural argentino que articulaban –según laautora– dos modalidades. Por un lado granjearseamistades en los circuitos de poder, y porotro, seleccionar figuras prestigiosas del mundointelectual con <strong>las</strong> que establecer litigios que leprocuraran renombre. Marta Elena Groussac,quien profesa una “admiración de nieta” replicael estudio de Bruno criticando fuertemente latesis que confiere una voluntad instrumental alos episodios más resonantes de la vida de PaulGroussac. Entre el encono y la ironía, MartaElena Groussac se propone demostrar la “fallade la tesis” sospechando de su propia construcción:el prejuicio que Bruno se dedica a sostenerdurante toda la investigación. Unas vecesdenuncia inexactitudes, otras critica el lenguaje,pero sobre todo responde con virulencia al espíritude linchamiento que atribuye a la autora.Dos estilos enfrentados, uno académico y otroque busca preservar la memoria familiar deinterpretaciones “malintencionadas” alrededorde la figura de Groussac.IntroducciónEl planteo está claro: nuestra nota seráuna crítica a un ensayo crítico. Recordamosque la crítica literaria soportadistintas formas de abordaje. El mío dehoy partirá de pedirle al estudio críticoque vamos a enfocar, una mecánica detrabajo inevitable pero simple, de sólodos pasos:1°) Reunir material básico, firme, sinfisuras.2°) Derivar una tesis sin prejuiciosni tendencias, apoyada objetivamentesobre ese material reunido.En el libro de la Prof. Paula Brunome he encontrado con una mecánicaequivocada, por la interferencia de unprejuicio que hay que sostener a rajatabla, aunque caiga resquebrajada laverdad y, en consecuencia, se desmoronetoda la construcción.No estamos, pues, ante una tesis quese resquebraja por su base sino, curiosamentepara mí, ante el sorprendentecaso de una tesis que falla por la tesis,casi como lo ocurrido con <strong>las</strong> torresgeme<strong>las</strong> de Manhattan, derrumbadasde arriba hacia abajo.Sobre el tema, y por invitación de laAsociación Amigos de la BibliotecaNacional, pronuncié en el mes de diciembrepasado y en la Sala Cortázarde la Biblioteca, una conferencia queahora aquí reproduzco textual, másalgún agregado que estimé de utilidadaclaratoria. La presenté bajo elsiguiente título: “Disparen sobre PaulGroussac. Su probidad ante el poder:ni ‘estratega’ ni ‘piola’. Esto decía:Texto de la conferenciaEn una vieja película policial francesahay orden de disparar sobre elpianista de un piano-bar nocturno,personaje protagonizado por CharlesAznavour. Su director: François Truffaut.Su título: Tirez sur le pianiste:(“Disparen sobre el pianista”). Enefecto, casi a la madrugada, se abrenviolentamente <strong>las</strong> puertas del local yAznavour cae sobre el piano, abatidopor una ráfaga de metralla.En el caso que nos ocupa, el de PaulGroussac, yo espero,y casi mearriesgaría a decir,que Groussacno caerá abatido.No lo permitiremos,porquecubriremos su figuray su memoriacon el chalecoantiba<strong>las</strong> de laverdad: la verdadque surge, por una parte, paso a paso,de <strong>las</strong> dignísimas y probas acciones quejalonaron su vida en la patria argentina.Y por otra parte, la verdad que surgede <strong>las</strong> evidencias que han quedadosólidamente asentadas en su obra, sinduda argentina.Pero el hecho es que, parecido alo que sucedía con el pianista, depronto abrieron la puerta de sudescanso y su memoria, y tiraron ados manos. Con dos libros de apariciónrelativamente reciente. Uno endiciembre de 2004: “Travesías intelectualesde Paul Groussac”; y el otroen febrero de 2005, “Paul Groussac:un estratega intelectual”.Me ocuparé casi exclusivamente deeste segundo, pues el otro es una selecciónde textos de nuestro pianista,presentada con un prólogo que, enforma abreviada, repite todo lo desarrolladoen el primero. La autora deLa tesis que se intentó demostrares que la carrera intelectualde Groussac fue una escaladalogrera, trepadora, al calordel poder representado por susamigos, interesadamente buscadosy frecuentados por elintelectual. Por eso nos hablaconstantemente de sus “maniobrasde posicionamiento”.36506. Groussaquianas.indd 364-365 13/11/06 21:44:09
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