LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nada menos historicista que elgoce del archivista, cuya únicafunción es operar como reveladorde una serie que lo incluyey lo arrastra en su singularidad,lo hace devenir con él.disciplina de lo Imaginario (una analíticadel polvillo de sentido o delrumor de la historia), como en sumomento lo hizo Roland Barthes, 4sólo sería posible en la medida en queel sujeto opere en esa dimensión paratransformarla en otra cosa.Lo que nos enseña el narrador de lanovela proustianaes que se llegaal archivo (no alrecuerdo), sólo enel momento enque se encuentrael lugar (vacío,fallado) en unacolección o una lista y cuando ese lugares el lugar de la propia inscripción entanto operador en relación con ella.Tiene razón Giorgio Agamben cuandoseñala que lo que Foucault llamaarchivo no corresponde al archivo ensentido estricto –es decir, al depósitoque cataloga <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> de lo yadicho para consignar<strong>las</strong> a la memoriafutura– ni a la babélica biblioteca querecoge el polvo de los enunciados parapermitir su resurrección bajo la miradadel historiador. 5El archivo es, para Foucault y tambiénpara Agamben (a quien cito):la masa de lo no semántico inscripta encada discurso significante como funciónde su enunciación, el margen oscuro quecircunda y delimita cada toma concretade palabra. Entre la memoria obsesivade la tradición, que conoce sólo lo yadicho, y la excesiva desenvoltura delolvido, que se entrega en exclusiva a lonunca dicho, el archivo es lo no dicho olo decible que está inscripto en todo lodicho por el simple hecho de haber sidoenunciado, el fragmento de memoriaque queda olvidado en cada momentoen el acto de decir yo. 6Leo, en la novela proustiana, ese “sistemade relaciones entre lo no dicho”y lo dicho en el momento en quealguien sin nombre dice yo. Así, no esla palabra “invertido” (repetida hastala náusea a lo largo de su novela) nila palabra “homosexual” (que Proustconsideraba germánica y pedante) laque hiere la memoria del narradorpara transformarla en otra cosa, sinola palabra Tante (que Proust envidiabadel estilo vulgar de Balzac).El archivo proustiano se abre por ellado de la Tante (su posición a la vezinterior y exterior, su hiperestesia, supunto de vista). 7 Y el archivo suponela identificación de esa dimensión nosemántica del lenguaje. 8<strong>Las</strong> listas y <strong>las</strong> colecciones organizandocumentos. El archivo y la serie constituyenmonumentos que, por su propiaconsistencia, se sustraen tanto a lamemoria como al olvido. Nada menoshistoricista que el goce del archivista, 9cuya única función es operar comorevelador de una serie que lo incluye ylo arrastra en su singularidad, lo hacedevenir con él: “Un monumento noconmemora, no honra algo que ocurrió,sino que susurra al oído del porvenir <strong>las</strong>sensaciones persistentes que encarna elacontecimiento”, puntualizaron Deleuzey Guattari. 10 “El acto del monumentono es la memoria, sino la fabulación.” 11El archivo es como esas papiro<strong>las</strong> evocadaspor Proust, que se abren no pararevelar <strong>las</strong> vicisitudes de un mundomuerto sino un acontecimiento queretorna, sucede todo el tiempo y en esapersistencia nos arrastra.Es inútil, pues, interrogar al monumentobuscando el sentido de lo dichoporque él es la encarnación de lo decible,que queda no dicho en el acto mismo dedecirlo: el afuera del lenguaje, el hechobruto de su existencia como acto.Me propongo, pues, abrir ante ustedesel archivo Copi, sobre quien Foucaultplaneaba un libro que no terminó deescribir y cuya dirección desconocemosde acuerdo con severas restriccionestestamentarias. Más allá (o másacá) de <strong>las</strong> fabulosas hipótesis quesobre esas páginas podríamos sostener,abro el archivo Copi por la páginadonde se toca con el archivo Foucault.En la novela Le bal des folles (1978), elnarrador (un escritor llamado Copi),hace estallar <strong>las</strong> calderas de los BañosContinental, en Place de l’Opera,donde ha ido a refugiarse después dehaber cometido varios asesinatos:Pongo el termostato a cien, subo <strong>las</strong>escaleras lo más aprisa que puedo(...), y apenas he salido de <strong>las</strong> calderascuando ya oigo la explosión. Al llegaral pasillo de <strong>las</strong> cabinas la puerta devapor ya se ha venido abajo, y sale deella un vapor tan espeso que apenas seve nada: se oyen gritos, hay heridos conquemaduras graves. Yo avanzo lo másrápido que puedo hacia la piscina, elagua hirviendo empieza a desbordarse.Al poner el pie en el primer escalónde salida, el agua ya me llega a <strong>las</strong>uela del zapato. Varias locas descalzasempiezan a gritar. Algunas me adelantanpor la escalera, con sus capuchasaún en la cabeza, pero no másde una docena, <strong>las</strong> demás todavía nose han dado cuenta del peligro. Subo<strong>las</strong> escaleras de dos en dos, perseguidopor el agua hirviendo. Veo a una locaque nada tras de mí, dando grandeschillidos, logra agarrarse a la rampade la escalera, y yo le doy la mano paraayudarla a subir, está tan caliente queestoy a punto de quemarme, pero pocoimporta, cuando la atraigo hacia míme doy cuenta de que ya está muerta.La suelto, y el cadáver cae de nuevo enel hervidero de agua. Salgo por fin a lacalle. Estoy en París, es mayo. 12“Estoy en París, es mayo” aclara, haciael final de un fragmento narrativo quemucho le debe a (y que puede competircon) los mejores momentos deSalambó de Flaubert, el Copi del relato.Sabemos que la escena responde a<strong>las</strong> alarmas del Dr. Michel Foucaultquien, en esos mismos baños, haciamediados de la década del setenta,habría comentado con el autor la posibilidadde un accidente semejante. 13Copi hace el relato de la experiencia(imaginaria) que Foucault le transmite(como una peste) y es esa articulaciónde dos archivos lo que permite comprenderla lógica de Copi, cuyo arte,Copi, por Juan Rearte86 8702. Nombres, linajes y recorrido86-87 86-87 13/11/06 21:31:00
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Se trata, una vez más, de rozarlo Imaginario e ir más allá, sóloque, en este caso, Copi decideatravesar (herir de muerte) dosImaginarios: la novela familiary el imaginario político que, ensu perspectiva (como en la deBorges, la de Victoria Ocampoo la de Gertrude Stein), seintersectan todo el tiempo.todavía no muy bien comprendido, esla aplicación literal (la puesta en marchahasta sus últimas consecuencias) deunidades (móviles) de lo Imaginario.Uno de sus más agudos comentadores,César Aira, ha insistido en que “eltránsito de Copi hacia la imagen (...)es un aumentode <strong>las</strong> velocidades,hasta rozarlo Imaginario, ymás allá.” 14 Esese más allá delo Imaginariolo que constituyelo propio delarchivo Copi (detodo archivo): elmomento en quela imaginación abandona los terroresy los anhelos de <strong>las</strong> identificacionesespeculares y se vuelve acto (de escrituray de ascesis): transformación delyo y, con ella, la doble implicación: lapuesta en movimiento de la serie, suaparición como una forma.En marzo de 1970, algunos años antesde ese encuentro entre dos celebridadesde la intelligentzia parisina post 68,Copi había estrenado la obra de teatroEva Perón, 15 dirigida por Alfredo Ariasy protagonizada por Facundo Bo, paraescándalo de sus contemporáneos, quea uno y otro lado del Atlántico saludaronel acontecimiento con amenazas demuerte. Mientras en el teatro l’Épée deBois, en cuyas paredes apareció la leyendaVive le Justicialisme, 16 se provocó unincendio durante una representación,la familia de Copi tuvo que abandonarprecipitadamente Buenos Aires. En untexto autobiográfico, el mismo Copise ha referido a ese acontecimiento enrelación con la escena familiar, sin lacual no se entiende cabalmente la experienciaque Copi está haciendo:Creo haber ahogado todos mis tangos en<strong>las</strong> arenas movedizas del olvido durantelos quince años en que fui bastante malvisto en los medios intelectuales, por unlado por culpa de una obra de teatrorepresentada en París en 1969, en la quela prensa argentina creyó apropiado y útilleer un insulto a la memoria de la señoraEva Perón, mal visto, por otra parte, porel poder de aquel momento, como portodos mis hermanos, dos de los cualesviven hoy en París y otro en México. 17Nacido en el seno de una familia míticaen la historia cultural argentina,para Copi el asunto “Eva Perón” es unepisodio de la memoria familiar:El día mismo en que [mi hermano menorJuan Carlos] llegó de la clínica enbrazos de mi madre, la policía invadióla casa y mi padre logró huir. Yo teníaseis años. Mi madre, mis dos hermanitosy yo nos exiliamos en Montevideo pocosdías antes del 17 de octubre de 1945, fechade la Revolución Peronista, cuya violenciase desató en parte contra el diarioradical de mi familia, Crítica. 18Se trata, una vez más, de rozar lo Imaginarioe ir más allá, sólo que, en estecaso, Copi decide atravesar (herir demuerte) dos Imaginarios: la novela familiary el imaginario político que, ensu perspectiva (como en la de Borges, lade Victoria Ocampo o la de GertrudeStein), se intersectan todo el tiempo:El Argentino, para quien la Historia escontemporánea de la novela, se complacerecortándola en capítulos precisos detítulos redundantes como Eva Perón, <strong>las</strong>Madres de Desaparecidos, la Guerrade Malvinas, que siempre les deparan,de año en año, un lugar respetable en losperiódicos del mundo entero. 19De modo que durante 1969, todavíabajo los efectos del Mayo francés, talvez del Cordobazo y, sin duda alguna,en relación con el ánimo que la clausurade la muestra argentina “Tucumánarde” pudo haber provocado en susamigos que en ella intervinieron (esos“fantasmas demasiado urgentes” queha evocado Jorge Monteleone 20 ), Copidiseña un dispositivo para ahogar sustangos en <strong>las</strong> arenas del olvido, una decuyas primeras piezas (y una de <strong>las</strong> másimportantes) es el acontecimiento EvaPerón: una obra de teatro “de títuloredundante”, un atentado pirómano y“un lugar respetable en los periódicosdel mundo entero”.El 24 de febrero de 1970, pocos díasantes del estreno de la pieza, Copi publicóen Le Figaro (el mismo diario que,hasta el affaire Dreyfus, había cobijadolos desvaríos diletantes de Proust) unabreve entrevista a Eva Perón:Copi: ¿Cómo debería contarse lahistoria de Eva Perón?Eva: Quiero que cuente todo: miscomienzos difíciles, mi carrera destar en <strong>las</strong> pantal<strong>las</strong> latinoamericanas,mi llegada triunfal a Hollywood. Enel segundo acto, el regreso a mi patriapara ponerme al frente del movimientode los pobres. En el terceracto logro la gloria, me enfermo, peroantes de morir logro salvar a AméricaLatina del imperialismo americano ydel totalitarismo ruso. En cuanto alestilo, me gusta el melodrama, perodesearía algunos números musicalespara poder mostrar mi experiencia enel tip-tap. Desearía un melodrama sinexageraciones, para no ofender a lacrítica vanguardista.Copi: ¿Ha sido usted feliz?Eva: Cuando se llega al poder con unametralleta en <strong>las</strong> manos no hay tiempopara pensar en la felicidad, y cuandose muere a los 33 años con un imperioque se escapa de <strong>las</strong> manos, tampoco setiene tiempo de pensar en la felicidad.Copi: ¿Qué tono desearía usted quéle dé a la pieza?Eva: El más atroz.Lo que sorprendedel texto essu inexactitudcomo presentaciónde una obraen la cual EvaPerón no sólo nomuere, sino quedeclara a la enfermedadcomo unaartimaña políticapara preservar elrégimen. El cadáver no será el de lapropia Eva sino el de la enfermera ala que ella misma asesina, en un raptode “frenesí isabelino” (<strong>las</strong> palabras sonde Beatriz Sarlo 21 ), antes de vestirlacon su vestido “presidencial”. Porsupuesto, la obra tampoco tiene tresactos sino sólo uno y se desentiendecompletamente del progreso artísticopolíticode Eva Duarte, a la que se veya convertida en mito inasible: unaunidad del Imaginario político perotambién de la novela familiar.En Eva Perón no hay números musicalespero sobre todo está ausente la Evitamontonera que la entrevista pareceevocar. No se equivoca Beatriz Sarlocuando insiste en que “atribuir a Copiuna virulencia política en línea con <strong>las</strong>ideologías setentistas es colocarlo enun lugar donde él no se coloca” 22 y enque “su materia es la leyenda negra delevitismo, no su leyenda revolucionaria”23 , pero esa sentencia pierde consistenciasi se piensa, más allá de la piezaEn la entrevista, Copi (que yahabía terminado de escribir lapieza) entrega una imagen deEva Perón que (más aun queen la pieza de teatro), “tienemucho de parecido con laópera-rock de Webber y Rice”,pero que no desdeña el papelde capitana armada de unaRevolución. La metralleta y eltip-tap, al mismo tiempo.88 8902. Nombres, linajes y recorrido88-89 88-89 13/11/06 21:31:01
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