LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006GroussaquianasGroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006• Confía en que “los educadores harángos de los personajes tucumanos dela democracia sentando al pobre allado del rico”.Fruto Vedado; o de los porteños dela La divisa punzó.Y ver también los dichos francos y sencillosY asimismo, sus ponencias y planes seque toma, con naturalidad, de laasientan siempre,por encima soltura descontracturada y ese señoríosociedad argentina de su tiempo: esaEn cuanto al tema de la lengua,la tesis de la Prof. Bruno de todo, en el que encontramos también en lo másnos guarda todavía algunas sorpresas,pero todas concentrabre,al agente de luego en Mansilla, en Cané, en Luciorespeto al hom-sabroso de la generación del 80: desdedas en torno a su extravío inicial:su empeño en ver, en todo tiempos en que Por eso preguntamos, haciendo unla educación, en López, todos, sus amigos.Groussac, únicamente “móviles” todavía no se lo poco de literatura comparada: ¿ay “estrategias de posicionamiento”.Esto nos dice: Podemos pencursohumano” Joseph Conrad, orgullo de la lite-computaba “re-quién se le ocurriría hoy pensar quesar en algunos móviles que condicionaronla adopción groussa-que se lo piensa según la ascendencia de su familia,como ahora, en ratura inglesa, es un autor polaco,quiana del castellano casi como casi como mercantilelemento en Ucrania? ¿O que Wladimir Na-aunque transitoriamente exiliadaprimera lengua.de producción yconsumo, casi un commodity, pero uncommodity estimado en menos que elbarril de crudo, en menos que el miligramode uranio, en menos que elbushel de soja, su unidad de medidaen el mercado de granos de Chicago.Por eso él repetía: El mejor Plan Pedagógicoes un maestro inteligente, respetandoal hombre por encima de todo, al individuopor encima de los corsets paralizantesde los planes sobreactuados.bokov es un escritor ruso y no inglés,como la lengua adoptada? ¿Oque Kazuo Ishiguro es un escritorjaponés? La lengua es la patria delescritor y es la prueba de su radicacióny ciudadanía.¿En qué libro de literatura inglesa sehablaría del polaco-ucraniano Conrad,o del ruso Nabokov, o del japonésIshiguro, el magnifico novelista de Theremains of the day?Y ya en el terreno militar, ¿quién podríapensar que el almirante Brown esun prócer inglés? ¿O que el barón deArgentino por su lenguaHolmberg, brillante oficial del ejércitode Belgrano, es un prócer prusiano?Dijimos también que es argentino porsu lengua. Pero no por la belleza difícilde igualar de su estilo, como lo hanmanifestado Rubén Darío, AlfonsoReyes y Jorge Luis Borges, entre otros.Aludíamos a su lengua en español,pero no peninsular, porque en ellafluyen, bien asimilados, voces y dichostípicos del habla de los argentinos.Ver, y sólo como un mínimoy aquí provisorio ejemplo, los diálovicioSus espadas estuvieron al ser-de nuestra nación y por eso sonpróceres argentinos. Como la plumay la inteligencia y el corazón de PaulGroussac estuvieron al servicio de supatria adoptiva. Debe, pues, ser consideradototalmente argentino.Por eso, León Benarós pregunta, ensu medular estudio sobre Groussac(“Paul Groussac en el Archivo Generalde la Nación”):¿Habrá alguien que aún se atreva a acusara Groussac de un imaginario delitode porfiada extranjería?Y sí, amigo León Benarós, aquí tienesa una joven profesora que da el malpaso –no como la costurerita de Carriegopero mal paso al fin– y pretendeaplicarle a Groussac una retrógrada,anacrónica y trasnochada ley de expulsiónde extranjeros, escamoteando sunombre y apellido, para nombrarlo,como ya vimos, casi en forma excluyente,“el francés”.Otras sorpresas de la tesisEn cuanto al tema de la lengua, la tesisde la Prof. Bruno nos guarda todavíaalgunas sorpresas, pero todas concentradasen torno a su extravío inicial:su empeño en ver, en todo Groussac,únicamente “móviles” y “estrategias deposicionamiento”. Esto nos dice:Podemos pensar en algunos móviles quecondicionaron la adopción groussaquianadel castellano casi como primera lengua(pág 163).Pienso que no es así. Groussac adoptael castellano pero no “casi” como primeralengua. Lo adopta abiertamente,como primera lengua, sin “casi”.¿Qué puede haber de más naturalque el haber asumido absolutamentela lengua de la patria adoptiva? Esla lengua tradicional de su esposa yde sus siete hijos argentinos. Y es lalengua de la charla cotidiana con susamigos, de quienes absorbe lo medularargentino, lo que lo vivifica ycolorea su lenguaje con la frase... conque a cada rato salpicamos nuestra conversación...como tan bien lo señalóLucio V. López en su crítica a Frutovedado (La Prensa, 10/10/1884). Es lalengua absorbida en la sala de profesoresdel Colegio Nacional; en <strong>las</strong> tertuliasde su intermedio tucumano; enla redacción del Sud América; en lossalones del Club y del Círculo; y en<strong>las</strong> prolongadas caminatas nocturnascon Goyena, casi interminables, porquedespués de haber comido juntosse acompañan varias veces uno a otro(como unos cuarenta años despuéslo harían Borges y Bioy Casares), sindecidir despedirse, para inquietud delos serenos de fin de siglo, que los venpasar y pasar, deteniéndose a discutiren algún umbral.¿Otra sorpresa más? ¡Ay, no, por favor,señora! No se me siga desbarrancando,carcomiendo sus propios cimientos.Por favor, sosiéguese, que esto ya vapara demasiado:... cuando escribía en francés, lo hacíacon el objeto de obtener ciertos reconocimientosinternacionales... (pág. 163).¿Otra vez, señora, le inventa objetivos?¿Otra vez “la gran Levillier”, el tic desu venerado antecesor?Pues le recuerdo que, salvo Les Iles Malouinesy Une énigme littéraire, lo escritopor Groussac en francés es menor,en cantidad y en importancia.Lo importantísimo fue, sí, Les IlesMalouines, magnífica defensa de losderechos argentinos, que escribe ypublica en francés (1910) porque ellibro desarrolla los fundamentos denuestros derechos, con destino almundo internacional de la diplomacia,que se manejaba en esa lengua.Pero de ninguna manera, en francés,como búsqueda de un “reconocimientointernacional” para sí, sinocomo un nuevo servicio a la patria382 38306. Groussaquianas.indd 382-383 13/11/06 21:44:19
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006GroussaquianasGroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006adoptiva, como dice en la hermosadedicatoria: A la República <strong>Argentina</strong>,ofrece esta evidencia de sus derechos,un hijo adoptivo.Lea bien el prólogo y va a encontrarel objetivo real. Y no necesitará inventarlea Groussac falsos objetivos ymóviles aviesos, como su tesis vienehaciendo en todo el libro, con unainsistente obsesión serial.Dos observaciones curiosasEn efecto, me quedan por desarrollardos curiosidades.1) Sobre este tratamiento de “el francés”y “el personaje”. Confrontando la doblepostura de la autora entre esta tesis y laconferencia en el CeCTAF –cuyo textoguardo grabado en casete– no deja dellamarme la atención que, en este acto–al que habíamos asistido invitados variosdescendientes de Groussac– jamásla profesora se refirió a “el francés” ymucho menos a “el personaje”.Ante nosotros siempre lo nombró por suapellido. Pregunto: ¿un doble discurso?2) Sobre el eclipse transitorio de suobra. Antes de acabar su libro la autorase acercó a entrevistarme y naturalmentesalió el tema de la, hasta esemomento, escasa difusión de la obrade Groussac. Yo le expresé mi opinión:lo atribuía (y lo atribuiré parasiempre) a la inconsciente e involuntariatraba que ponían los herederos(mi padre y dos hermanas en representaciónde los otros cuatro hermanos)para autorizar la edición, sin medir<strong>las</strong> consecuencias que esta actitudtraería para la difusión de la obra desu padre. En los 40, exigían ellos quela obra fuera impresa en papel de lamisma calidad (Holanda o Japón)con que habían sido hechas <strong>las</strong> primerasediciones, salidas de Jesús Menéndezo Emilio Coni. Por supuestoque no se llegaba a ningún acuerdo ylos libros seguían agotados, durmiendoel sueño de los injustos.Y hasta recuerdo, como otra situaciónsimilar, que estuvieron en casa el directorde cine Eduardo de Zavalía y suesposa Delia Garcés, solicitando autorizaciónpara llevar al cine La DivisaPunzó en la cual, desde luego, la Garcéssería Manuelita Rosas. Imaginenustedes cómo habrían sido <strong>las</strong> condicionesde los herederos, que todo quedóen la nada.Como buena (o mala) chiquilla meterete,yo fui muda testigo de aquel<strong>las</strong>frustradas tratativas. Y de otros episodiossimilares. Más tarde –ya fallecidomi padre– y ya egresada yo de miamada Facultad de Filosofía y Letras,y en contacto con destacados hombresde la cultura como Juan CarlosGhiano, Gregorio Weinberg y RaúlCastagnino, me tocó ser intermediariade otros proyectos entre editores (Hachette-Weinberg,por ejemplo) y mistías. Proyectos entonces fracasados,“porque papá no necesita ni prólogosni notas” (sic).Me resulta curioso que la autora nohaya recogido mi opinión, ni para rebatirla.Desarrolla su propia idea, culpandoa la obra misma de Groussaccomo carente de interés:La escasa difusión y reedición de susobras es un hecho que insinúa la posibilidadde que Groussac no despertódemasiado interés.Tiende, pues, a presentar la obra deGroussac como sin eco ni resonancia,condenada al olvido, a la penumbra yal eclipse, situación que considera intrínsecaa la propia obra, que con eltiempo habría dejado de interesar.Pero diremos que, en verdad, el olvidohabría sido momentáneo (sibien por un largo momento de unostreinta años). Casi a partir del año2000, en que vencieron los derechosde autor, en un lapso de unos cincoaños, se suceden Fruto vedado (SigloXXI), el Liniers (Elefante Blanco),Los que pasaban (Taurus), El viaje intelectual(Simurg), La Divisa Punzó(Quadrata). Y se rumorea el interéspor otras reediciones en fecha muypróxima. Parecería, pues, habersetratado de un eclipse parcial, que reafirmael juicio de Borges: “Groussacno puede no quedar”, cita con quecomienza la agresiva tesis de Bruno,y que se contradice con la posteriorsuposición de la autora: la posibilidadde que Groussac no despertó demasiadointerés.El desenlace de la películaLa película Disparen sobre el pianistatermina con que se cumple la consigna:los mercenarios irrumpen en elpiano-bar y ametrallan al pianista, queen ese momento ejecutaba una canción.Es decir que los malos van por elmuchacho y se lo cargan.Con el caso que nos ocupa, del ataquea Groussac, hay una diferencia. AGroussac es difícil que se lo carguen.Yo diría que es imposible, ni entre dos,ni entre varios. Porque en la historiade la cultura argentina Groussac es unpeso demasiado pesado para que se lopuedan cargar dos peso pluma. Másbien vamos a pensar, recurriendo aun vocabulario argentino y hasta concierto matiz lunfardo, que, con esta escaladaque han disparado los malos, alfinal resultaron no cargándoselo, perosolamente “cargando” un poco a PaulGroussac: la paciencia de Groussac yde sus admiradores. Tomaremos, pues,el intento como una broma, una humorada,casi como una chacota.Pero ¡ay, Papá Paul! Los argentinos yateníamos bastante con la interna deRiver-Boca y ahora venimos a reavivar<strong>las</strong> brasas de tu propia interna: estratega-piolau hombre de bien; francés oargentino; personaje o persona.Yo espero ante ustedes haber podidoponer <strong>las</strong> cosas en su quicio,señalando los errores de esta tesisdesquiciada. Y rescatando así delagravio, de la extranjería y del destrato–o diríamos abiertamente delmaltrato– la limpia figura y la memoriade Groussac: ni estratega, nipiola, ni el francés, ni el personaje.Dos sugerenciasMe dirijo, para finalizar, a la Prof. PaulaBruno:1) en cuanto a su modo de trabajo;2) en cuanto a su expresión:a. Modo de trabajo: le espera una interesantecarrera. Está dotada de unimportante radar para el rastreo de documentosy fuentes. Pero estaría mejorque se sosegara y no se lanzara a trazarlíneas dictadas por sus propios prejuiciosque, esta vez, no la han llevado abuen puerto. Ni la llevarán mañana, siinsiste en violentar la verdad para respaldartemerarios prejuicios;b. Su expresión: convendría que mejorarasu prosa, por momentos intransitable.Y aquí volvemos al crítico deldiario La Prensa, que le señaló: “Lacacofónica lengua de los claustros” y“los ripios en que incurre la mala prosade la autora.”Para no quedar nosotros como invento-384 38506. 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