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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006GroussaquianasGroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006adoptiva, como dice en la hermosadedicatoria: A la República <strong>Argentina</strong>,ofrece esta evidencia de sus derechos,un hijo adoptivo.Lea bien el prólogo y va a encontrarel objetivo real. Y no necesitará inventarlea Groussac falsos objetivos ymóviles aviesos, como su tesis vienehaciendo en todo el libro, con unainsistente obsesión serial.Dos observaciones curiosasEn efecto, me quedan por desarrollardos curiosidades.1) Sobre este tratamiento de “el francés”y “el personaje”. Confrontando la doblepostura de la autora entre esta tesis y laconferencia en el CeCTAF –cuyo textoguardo grabado en casete– no deja dellamarme la atención que, en este acto–al que habíamos asistido invitados variosdescendientes de Groussac– jamásla profesora se refirió a “el francés” ymucho menos a “el personaje”.Ante nosotros siempre lo nombró por suapellido. Pregunto: ¿un doble discurso?2) Sobre el eclipse transitorio de suobra. Antes de acabar su libro la autorase acercó a entrevistarme y naturalmentesalió el tema de la, hasta esemomento, escasa difusión de la obrade Groussac. Yo le expresé mi opinión:lo atribuía (y lo atribuiré parasiempre) a la inconsciente e involuntariatraba que ponían los herederos(mi padre y dos hermanas en representaciónde los otros cuatro hermanos)para autorizar la edición, sin medir<strong>las</strong> consecuencias que esta actitudtraería para la difusión de la obra desu padre. En los 40, exigían ellos quela obra fuera impresa en papel de lamisma calidad (Holanda o Japón)con que habían sido hechas <strong>las</strong> primerasediciones, salidas de Jesús Menéndezo Emilio Coni. Por supuestoque no se llegaba a ningún acuerdo ylos libros seguían agotados, durmiendoel sueño de los injustos.Y hasta recuerdo, como otra situaciónsimilar, que estuvieron en casa el directorde cine Eduardo de Zavalía y suesposa Delia Garcés, solicitando autorizaciónpara llevar al cine La DivisaPunzó en la cual, desde luego, la Garcéssería Manuelita Rosas. Imaginenustedes cómo habrían sido <strong>las</strong> condicionesde los herederos, que todo quedóen la nada.Como buena (o mala) chiquilla meterete,yo fui muda testigo de aquel<strong>las</strong>frustradas tratativas. Y de otros episodiossimilares. Más tarde –ya fallecidomi padre– y ya egresada yo de miamada Facultad de Filosofía y Letras,y en contacto con destacados hombresde la cultura como Juan CarlosGhiano, Gregorio Weinberg y RaúlCastagnino, me tocó ser intermediariade otros proyectos entre editores (Hachette-Weinberg,por ejemplo) y mistías. Proyectos entonces fracasados,“porque papá no necesita ni prólogosni notas” (sic).Me resulta curioso que la autora nohaya recogido mi opinión, ni para rebatirla.Desarrolla su propia idea, culpandoa la obra misma de Groussaccomo carente de interés:La escasa difusión y reedición de susobras es un hecho que insinúa la posibilidadde que Groussac no despertódemasiado interés.Tiende, pues, a presentar la obra deGroussac como sin eco ni resonancia,condenada al olvido, a la penumbra yal eclipse, situación que considera intrínsecaa la propia obra, que con eltiempo habría dejado de interesar.Pero diremos que, en verdad, el olvidohabría sido momentáneo (sibien por un largo momento de unostreinta años). Casi a partir del año2000, en que vencieron los derechosde autor, en un lapso de unos cincoaños, se suceden Fruto vedado (SigloXXI), el Liniers (Elefante Blanco),Los que pasaban (Taurus), El viaje intelectual(Simurg), La Divisa Punzó(Quadrata). Y se rumorea el interéspor otras reediciones en fecha muypróxima. Parecería, pues, habersetratado de un eclipse parcial, que reafirmael juicio de Borges: “Groussacno puede no quedar”, cita con quecomienza la agresiva tesis de Bruno,y que se contradice con la posteriorsuposición de la autora: la posibilidadde que Groussac no despertó demasiadointerés.El desenlace de la películaLa película Disparen sobre el pianistatermina con que se cumple la consigna:los mercenarios irrumpen en elpiano-bar y ametrallan al pianista, queen ese momento ejecutaba una canción.Es decir que los malos van por elmuchacho y se lo cargan.Con el caso que nos ocupa, del ataquea Groussac, hay una diferencia. AGroussac es difícil que se lo carguen.Yo diría que es imposible, ni entre dos,ni entre varios. Porque en la historiade la cultura argentina Groussac es unpeso demasiado pesado para que se lopuedan cargar dos peso pluma. Másbien vamos a pensar, recurriendo aun vocabulario argentino y hasta concierto matiz lunfardo, que, con esta escaladaque han disparado los malos, alfinal resultaron no cargándoselo, perosolamente “cargando” un poco a PaulGroussac: la paciencia de Groussac yde sus admiradores. Tomaremos, pues,el intento como una broma, una humorada,casi como una chacota.Pero ¡ay, Papá Paul! Los argentinos yateníamos bastante con la interna deRiver-Boca y ahora venimos a reavivar<strong>las</strong> brasas de tu propia interna: estratega-piolau hombre de bien; francés oargentino; personaje o persona.Yo espero ante ustedes haber podidoponer <strong>las</strong> cosas en su quicio,señalando los errores de esta tesisdesquiciada. Y rescatando así delagravio, de la extranjería y del destrato–o diríamos abiertamente delmaltrato– la limpia figura y la memoriade Groussac: ni estratega, nipiola, ni el francés, ni el personaje.Dos sugerenciasMe dirijo, para finalizar, a la Prof. PaulaBruno:1) en cuanto a su modo de trabajo;2) en cuanto a su expresión:a. Modo de trabajo: le espera una interesantecarrera. Está dotada de unimportante radar para el rastreo de documentosy fuentes. Pero estaría mejorque se sosegara y no se lanzara a trazarlíneas dictadas por sus propios prejuiciosque, esta vez, no la han llevado abuen puerto. Ni la llevarán mañana, siinsiste en violentar la verdad para respaldartemerarios prejuicios;b. Su expresión: convendría que mejorarasu prosa, por momentos intransitable.Y aquí volvemos al crítico deldiario La Prensa, que le señaló: “Lacacofónica lengua de los claustros” y“los ripios en que incurre la mala prosade la autora.”Para no quedar nosotros como invento-384 38506. 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