LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006volver a uno de los ejemplos mejorrecordados, torció un largo debate cultural.En lugar de añadir una participaciónmás, tomó el debate mismo comoobjeto y lo redujo a un simulacro,como si desatara un nudo imaginario.La transformación de una condiciónimpuesta y restrictiva (la marginalidadde la literatura argentina) en unaelección y una libertad podría habersido percibida como un soborno a lagratitud, pero estaba avalada por elejemplo de su propia literatura. <strong>Las</strong>opiniones que allí se ridiculizaban noparecen repuestas, y <strong>las</strong> paradojas queen su lugar proponía Borges parecenhaberse vuelto transparentes.Cuando se introdujo en la narración,a principios de la década de 1930, lohizo con una poética que entoncesparecía el atajo más corto al fracaso,y que hoy resulta familiar. Atacaba loinatacable y defendía lo indefendible.Afirmaba que el gran género, la novela,era una superstición de época. Seaburría con Proust, mientras festejabaa Ellery Queen. Despreciaba la novelapsicológica y valoraba el cine deHollywood. El hecho de que hoy sólopodamos intentar imaginar el sobresaltocon que en 1939 algunos lectoresleyeron “Pierre Menard” en <strong>las</strong>páginas de Sur, indica hasta qué puntomodificó un sistema de creencias yvaloraciones. Lo más raro es que llevóadelante estas rupturas sin el gesto dela ruptura: sin énfasis ni reticencias,sin vacilaciones ni aclaraciones.Cuando se lo lee a partir de la pregunta¿qué hizo Borges, al escribir su literatura,con la literatura argentina?, sepresupone que la literatura argentina,tal como la concebimos hoy, es unainvención en la que Borges participócrucialmente. Si se lo quitara de esahistoria, quedaría el vacío dejado porsus textos, pero también se produciríauna compleja serie de cambios,muchos de ellos anteriores a 1920.Para comprender el lugar que ocupóen esa historia fue necesario analizarsus estrategias, sus apropiaciones, susmanifiestos, sus polémicas, los efectosde sus trabajos editoriales, su relecturade la gauchesca, su intervención endebates como el de “El idioma de losargentinos”, sus reordenamientos de<strong>las</strong> tradiciones y <strong>las</strong> jerarquías. La gravitaciónde Borges sobre la literaturaargentina, escribí antes, procede principalmentede su crítica, ese espacio deintervenciones desde el cual llevó adelantesus operaciones y rupturas. Noleer a Borges es un buen método parano entender la literatura argentina, yen esta afirmación “Borges” significa,antes que nada, Borges crítico.NOTASBorges en el sótano de ElAleph, por Juan Rearte1. “Chronique des lettres espagnoles. Trois nouveaux livres”, en La Feuille. Journal d’Idées d’Avant-Garde, II,306, Ginebra, 20 agosto, 1919, p. 6.2. Hart Jr., Thomas, “The literary criticism of Jorge Luis Borges”, en Modern Languaje Notes, LXXVIII, Baltimore,diciembre 1963; Rodríguez Monegal, Emir, “Borges como crítico literario”, en La palabra y el hombre,N° 31, Veracruz, julio-agosto 1964; Alazraki, Jaime, “Borges: una nueva técnica ensayística”, en El ensayo y lacrítica literaria en Iberoamérica, Toronto, Universidad de Toronto, 1970.3. Borello, Rodolfo, “Borges, lector de <strong>las</strong> <strong>letras</strong> argentinas”, en Cuadernos Hispanoamericanos, N° 505-507,Madrid, julio-septiembre 1992.4. La primera edición del Quién es quién en <strong>Argentina</strong>. Biografías contemporáneas, aparecida en 1939, lo definíaasí: “Borges, Jorge Luis: escritor (especialidad: Crítica Literaria)...”. Tomo la referencia de Annick Louis, JorgeLuis Borges: oeuvre et manoevres, Paris, L’Harmattan, 1997, p. 67.5. Estudio preliminar a Dante Alighieri, la Divina Comedia, Clásicos Jackson, v. 31, Buenos Aires, Jackson, 1949.6. “Quienes me acusan de pedantería comprenderán que no se equivocan si les confieso que, antes de entrar enel poema, leí con deleite <strong>las</strong> notas.” (“Mi primer encuentro con Dante”, en Quaderni italiani di Buenos Aires,a. 1-2, vol. 1, Buenos Aires, 1961.)7. Jitrik, Noé, “Otras inquisiciones, Jorge Luis Borges”, en Centro, a. 2, N° 4, Buenos Aires, diciembre 1952.8. Prieto, Adolfo, Borges y la nueva generación, Buenos Aires, Letras universitarias, 1954.9. Giusti, Roberto, “La crítica y el ensayo”, en Rafael Arrieta (dir.), Historia de la literatura argentina, BuenosAires, Peuser, 1959.10. Rosa, Nicolás, “La crítica literaria contemporánea”, en Susana Zanetti (dir.), Historia de la literatura argentina,Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1980.11. Bardauil, Pablo, “El excéntrico Jaime Rest” y Estrin, Laura, “Enrique Pezzoni: la lectura, un ejercicio de intensidad”,en Nicolás Rosa (ed.), Políticas de la crítica. Historia de la crítica literaria en la <strong>Argentina</strong>, Buenos Aires,Biblos, 1999; Panesi, Jorge, “Enrique Pezzoni: profesor de literatura”, en Críticas, Buenos Aires, Norma, 2000.12. Piglia, Ricardo, “Ideología y ficción”, en Punto de vista, a. II, N° 5, Buenos Aires, marzo 1979.13. Sarlo, Beatriz, “Borges y la literatura argentina”, en Punto de vista, a. XII, N° 34, Buenos Aires, julio-septiembre1989.282 28304. Ficciones críticas.indd 282-283 13/11/06 21:41:47
Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006284El viaje circularPor Carlos BernatekLos universos vivenciales de Joseph Conrad yAntonio Dal Masetto padecen recíprocas usurpacionescuando se conforma un paralelismo otorgadopor la lectura de Carlos Bernatek, quien rastreacon una curiosidad minuciosa, los entornos de Elcorazón de <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong> y Fuego a discreción.La renuncia a la lengua dada es un litigio conel origen que no puede ser ignorado en ambosescritores. Instituye una intuición que posibilitaproyectar la idea de viaje. Experienciainiciática y destino forzoso, territorios reales eintangibles se confunden en una circularidadinmanente que recorre un itinerario que va deuna lengua a otra. Un tránsito –en la comparaciónamistosa que traza Bernatek– entre elCongo Belga (la selva conradiana profanadapor la civilización) y una Buenos Aires dictatorial(acechada por espectros insoportables sobreuna aparente superficie calma).Trayectos que modifican <strong>las</strong> perspectivas pretéritasen sus encuentros con el horror. Marcassobre el cuerpo que se verifican en un regresodespojado de todo aquello que quedó atrás peropersevera desarreglando <strong>las</strong> coordenadas que“nos mantenían a flote”.Si Conrad anduvo en barcos aventurerospor el mundo, donde aprendía elinglés, en tanto habitaba los horizontesliterarios de Kipling, de Stevenson,virando hacia mundos más oscuros,Antonio Dal Masetto, muchos añosmás tarde, se detuvo en esos mismospatrones textuales, y en Salgari, y enVerne, en una biblioteca de Salto, en laprovincia de Buenos Aires, para zarpardesde la lengua italiana hasta aprenderel idioma argentino. El idioma y todolo que connotaba ese aprendizaje.Pero, ¿qué pueden tener en comúnestos autores, aparentemente inconciliables,extemporáneos? En principio,no sólo la adopción literaria de unalengua distinta de la de origen. Se meocurren ciertas cuestiones vinculadasal itinerario, al tránsito, y en particularal rumbo, específicamente en Elcorazón de <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong> del polaco, y enFuego a discreción de Dal Masetto.No son muchos los casos de aprehensionesliterarias significativas, en eseaspecto fundante que convierte la lenguaen herramienta, en instrumentodúctil. Podríamos considerar, respectode ese viaje simbólico, a una etapa inicialdel periplo que va de una lengua aotra, a esa adquisición forzosa o deliberadaque no se limita en estos casosal habla, sino que traza un objetivomás ambicioso: el empleo literario deun código y una construcción culturalajenas. Los modelos prestigiosos –ademásde Conrad, Nabokov y Beckettpor caso, o el modo revertido enWilcock– dan cuenta de que el cambiode idioma acarrea, paralelamente, unamodificación de perspectivas referidasal pasado que señalan un contrabandeo,y quizás, una forzosa traición.El antiguo Congo Belga –actual Zaire–para Joseph Conrad o la Buenos Airesdilatada en el suburbio de la dictaduraen Dal Masetto, ofrecen a prioriuna vista escenográfica. Francis FordCoppola pudo trasladar en el filmApocalypse now el paisaje de Conrad aVietnam, sin alterar el sentido “odiseico”del viaje, porque el exotismo en eltexto no vertebra la historia de Marlowy Mr. Kurtz, sino que el ámbito dondese desarrolla la trama refiere a lo desconocidopara <strong>las</strong> culturas centrales, aese sector del mundo donde la norma“civilizada” pierde toda validez y sentidode referencia. Los horrores que elpropio Conrad presenció hacia 1890como oficial de marina mercante en laantigua Leopolville, constituyen unavisión cruda eimpiadosa sobrela deshumanizaciónen los bordesmismos enque lo real tiendeal derrame. Y lapalabra “horror”,tanto en el librocomo en la posteriorpelículam e n c i o n a d a ,no es un simpleadjetivo; en realidadconstituye elverbo que articulala acción.En Fuego a discreciónde Dal Masetto, el horror nose menciona con esas características,pero planea sobre la escena temporal–innominado como el protagonista–en un vagabundeo errático. Noes aquí el río Congo y su vegetaciónsalvaje, ni un barco remontando lacorriente hacia un destino inciertodonde se halla el protonazi Kurtz. Elhorror porteño y suburbano en estecaso toma la peculiaridad tácita dela escena de la dictadura: aquélla enDal Masetto, en pasajes precisosdel relato, instala alos personajes en la deriva.Puntualmente, la “nave” esaquí un Citröen destartalado,una amenaza en sí mismo porsu estado, en lo específico, porun particular agujero en elpiso –que se torna casi metafísico–amenazando “tragar” alpasajero hacia el asfalto. Esachapa podrida que permite verel camino desplazándose pordebajo, juega con el riesgo deperder pie, como una metáforade un río que traga cuerpos.28504. Ficciones críticas.indd 284-285 13/11/06 21:41:48
- Page 2 and 3:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006
- Page 4 and 5:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 6:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 11 and 12:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 13:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 16 and 17:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 18 and 19:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 20 and 21:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 22 and 23:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 24 and 25:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 26 and 27:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 28 and 29:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 30 and 31:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 32 and 33:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 34 and 35:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 36 and 37:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 38 and 39:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 40 and 41:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 42 and 43:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 44 and 45:
Un crítico se mide frente asu moti
- Page 46 and 47:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 48 and 49:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 50 and 51:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 52 and 53:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 54 and 55:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 56 and 57:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 58 and 59:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 60 and 61:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 62 and 63:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 64 and 65:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 66 and 67:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 68 and 69:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 70 and 71:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 72 and 73:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 74 and 75:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 76 and 77:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 78 and 79:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 80 and 81:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 82 and 83:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 84 and 85:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 86 and 87:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 88 and 89:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 90 and 91:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 92 and 93:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 94 and 95: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 96 and 97: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 98 and 99: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 100 and 101: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 102 and 103: Trazos malditosComo cualquier otra
- Page 104 and 105: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 106 and 107: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 108 and 109: Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 110 and 111: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 112 and 113: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 114 and 115: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 116 and 117: Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 119 and 120: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 121 and 122: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 123 and 124: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 125 and 126: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 127 and 128: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 129 and 130: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 131 and 132: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 133 and 134: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 135 and 136: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 137 and 138: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 139 and 140: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 141 and 142: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 143: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 147 and 148: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 149 and 150: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 151 and 152: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 153 and 154: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 155 and 156: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 157 and 158: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 159 and 160: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 161 and 162: Reflexiones sobre lacondición inte
- Page 163 and 164: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 165 and 166: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 167 and 168: Reflexiones sobre la condición int
- Page 169 and 170: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 171 and 172: Reflexiones sobre la condición int
- Page 173 and 174: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 175 and 176: Reflexiones sobre la condición int
- Page 177 and 178: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 179 and 180: GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 181 and 182: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 183 and 184: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 185 and 186: GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 187 and 188: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 189 and 190: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 191 and 192: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 193 and 194: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 195 and 196:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 197 and 198:
Cada voz que emergió de lacrítica
- Page 199 and 200:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 201 and 202:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 203 and 204:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 205 and 206:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 207 and 208:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 209 and 210:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 211 and 212:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 213 and 214:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 215 and 216:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 217 and 218:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 219 and 220:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 221 and 222:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 223 and 224:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 225 and 226:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 227 and 228:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 229 and 230:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 231 and 232:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 233 and 234:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 235 and 236:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 237 and 238:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 239 and 240:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 241 and 242:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 243 and 244:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 245 and 246:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 247 and 248:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 249 and 250:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 251 and 252:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 253 and 254:
LaborbibliotecológicaDesde sus or
- Page 255 and 256:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 257 and 258:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 259 and 260:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 261 and 262:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 263 and 264:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 265 and 266:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 267 and 268:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 269 and 270:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 271 and 272:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 273 and 274:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 275 and 276:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 277 and 278:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 279:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006S