LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006En <strong>las</strong> áreas no estructuralistasde la cultura crítica argentina,sigamos ahora brevemente elestallido del planeta Contorno[...] que nos deja advertir la criticadaobra de Juan José Sebreli,que se inició en el seno de <strong>las</strong>“cuestiones de método sartreanas”y en verdad abandonó latradición dialéctica, lo que lepermitió elaborar un sencillismode gran repercusión consistenteen postular una crítica alirracionalismo cultural en cuyoconcepto pudo alojar sucesivamentea la obra de MartínezEstrada, a la política militarizadade ciertas facciones delperonismo, a <strong>las</strong> vanguardiasartísticas del siglo XX o al idealtercermundista...dirigida por Eliseo Verón, también unexpresivo crítico cultural –no aceptaríatampoco este rótulo–, que seelevó a <strong>las</strong> cumbres de la semiologíay del análisis del discurso, adaptandola teoría del soporte subyacente en larevolución informática.Si es para decir algo muy breve sobreVerón, se puede observar un refinamientoextremo de <strong>las</strong> teorías de laenunciación hasta llegar a un deslumbranteanálisis de los “contratos de lectura”,que pretende, sin que su logroquede enteramente a la vista, sustituir<strong>las</strong> antiguas teorías contractualistasde la política por un nominalismo (el“soporte”: la materialidad del discuso)que linda consubsumirtodala realidad a loque llama “efectosde agenda”, esdecir, la realidadtomada por eldiscurso del discurso,una formamás cruda de lahegemonía de loque se estudiabadesde el realismomaquiavelianocon los importantesconceptosrenovadores deCroce-Gramsci,como el de “hegemonía”.Sin dejarla temible apariencia,como enVerón, de que <strong>las</strong>teorías de la enunciación que se describenconstituyen por entero la realidadefectiva que se despliega ante nosotros(un kantismo y un hegelianismo sinsujeto, estado o sociedad), los trabajosde Oscar Steinberg y Oscar Traversamuestran una versión de la semiologíaque atinadamente no se ha desasido deoriginarios parajes literarios, por másremotos que sean.Rodolfo Enrique Fogwill, precisamenteun lector atento de Verón, p<strong>las</strong>ma en susnove<strong>las</strong> un estilo encubierto de críticacultural, una sociología al revés, queve a los sujetos inermes en sus cápsu<strong>las</strong>lingüísticas, intentando realizar inútilmenteuna teoría de la enunciación queles devuelva la libertad que les sacó ellenguaje. Este autor es fundamental porsu crítica desgarradora al acto mismodel habla, buscando en la abyección unaverdad poética que al emerger, cautiva yofende, agasaja e irrita.En <strong>las</strong> áreas no estructuralistas de lacultura crítica argentina, sigamos ahorabrevemente el estallido del planetaContorno –en el que pudo convivir unsutil y retirante Rodolfo Kusch– que nosdeja advertir la criticada obra de JuanJosé Sebreli, que se inició en el seno de<strong>las</strong> “cuestiones de método sartreanas” yen verdad abandonó la tradición dialéctica,lo que le permitió elaborar un sencillismode gran repercusión consistenteen postular una crítica al irracionalismocultural en cuyo concepto pudo alojarsucesivamente a la obra de MartínezEstrada, a la política militarizada de ciertasfacciones del peronismo, a <strong>las</strong> vanguardiasartísticas del siglo XX o al idealtecermundista que sacudió la mitad deese mismo siglo. Su obra se halla entre ladivulgación mediática y la filosofía quepreserva, sino su lenguaje estricto, por lomenos un aproximado vocabulario. Ellenguaje de Sebreli conservó una dicciónevocativa y sumaria, pero eficaz, la quehabía obtenido en sus años sartrismo,corriente que siempre expuso en dimensionespúblicas sus descubrimientos.Sebreli adecuó la frase y el argumentoa <strong>las</strong> necesidades de un público amplioy fue desde la crítica a los “asaltantes dela razón” hacia una complaciente visiónde <strong>las</strong> fuerzas del neoliberalismo quecaracterizaron el pensamiento políticode los 90. Nada de esto puede ser vistocomo un malbaratamiento del pensar,como muchos dijeron, sino como undificultoso intento de presentar unaherencia intelectual junto a la lógicaexpositiva reclamada por grandespúblicos producidos por la televisión.Creemos que ese intento ha fracasadoen él y en tantos que se lo propusieron,pero la valoración de este magnoy chasqueado encuentro entre losmedios de comunicación (y su tempoespecífico) y <strong>las</strong> filosofías de épocamás ambiciosas (<strong>las</strong> que precisamenterefundaron la idea de temporalidad),puede valorarse como parte de unapolémica nunca enteramente dada,y en el caso de Sebreli, con el sesgoadicional de que su lengua cortantecolabora para mantener el interés desus últimas publicaciones memorialistasy testimoniales, en particular,su autobiografía, no necesariamenteabsorbida por la lógica inmediata desus intervenciones públicas.Otra perspectiva ofrece la obra deEduardo Grüner, escrita desde un yoensayístico que recuerda <strong>las</strong> grandesjornadas de este género de promociónde ideas, desde un sujeto quesaca fuerzas de su fragilidad política.A la Montaigne. Los movimientosde la escritura de Grüner retrocedenmorosamente hacia lo ya escrito enun momento anterior de su propiotexto y matizan con un remoquetela frase apenas antepasada, sea paraagregar una meditación última sobrelo aparentemente ya dicho, sea pararelativizar una afirmación fuerte anteriorinjertándole un coloquialismo oun petit sarcasme, nunca rudos.En el fraseo de Grüner, amante deljazz, se mantiene un juego de improvisacióny variaciones, de fina erudicióny de una elegante consideraciónen el momento en que incluso sepone la pica de la refutación en elcuerpo del adversario teórico, comosus recordadas impugnaciones de loscultural studies. Sin ceder en nadasu apresto crítico, la escritura deGrüner expone sus citas desde elenorme cofre de la filosofía moderna:también Sartre, pero pasado porAdorno, y éste por Jameson, y éste asu vez por Benjamin, y donde todopuede resolverse en <strong>las</strong> colinas de unabibliografía antropológíca, que vadesde Clifford Geertz hasta Dumezil,sin abandonar del todo a MartínezEstrada. Un caldero del que Grünerextrae galantemente sus delicias, sinexcesos ni superposiciones.Grüner está elaborando una teoríapolítica contemporánea en tanto críticocultural y literario: la llamaráantropología crítica o como fuere,en donde los ritos de violencia, laviolencia ritual o la violencia a secasaparecen dando una inquietante vozinterna a toda la construcción social.Detectar ese hilo interno y a vecessecreto de la vida colectiva exige unareflexión sobre los ritos de fundación,la extrema simbolización de los pensamientos,y Grüner se lanza a ella conlo que precisamente podríamos llamarun alto ritual de escritura. Escribirpara Grüner es la observancia de unrito donde cada enunciado, cada estocadapertenece a la cartilla literariadel gentleman polemista, que no pormantener elevadas manners deja dedecir lo que conviene al régimen delduelismo intelectual.Otro costado, en cuanto a <strong>las</strong> mencionadasmanners, ofrece la obra y el270 27104. Ficciones críticas.indd 270-271 13/11/06 21:41:07
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Jorge B. Rivera,por Ernesto Monteavaroestilo de participación pública de TomásAbraham. Así como Carlos Altamiranoaparece con su estilo exacto y cultivadopor toques últimos de una casi imperceptibleironía, donde el foro o rasgopolémico de sus escritos recién apareceal final, luego de recorrerse ámbitos defina artesanía en la escritura y en la cita–sea meramente cortés, sea obtenidacomo perla decisiva en la economía delrazonamiento–, Tomás Abraham conviertela filosofía en un ejercicio prácticoen pos de construir un arte de imputación.En Abraham, todo problema –elfútbol o una discusión filosófica sobrela muerte– exige lenguajes de irritación.Como si el cogito cartesiano por finpudiera ser reemplazado por un pensamientoque sin perder su provenienciaencumbrada debiese poner la consignade un nuevo método querellante. HayNietzsche, Foucault y Sartre masticadoscomo finas hierbas ya digeridas, maceradassin regurgitar en el estomago filosóficode Abraham, de donde salen fustazosque no necesariamente están previstosen la lengua de esos autores.Es la querella que zahiere, comoforma de despertar el pensamiento,sacudir a los adormecidos con elimpulso de un epíteto destemplado,un verdadero cogito depretiatoris.Este modo filosófico, desde luego,no cuenta con muchos cultores en elmodo polémico nacional y son mayoríalos que no le ven consistencia filosófica.Es nuestro deber decir que latiene, sin por ello recomendar su uso.Pero quisimos relevar aquí los estilosde la crítica cultural argentina, y nopodía dejar de mencionarse el estiloAbraham, que de su filosofar a manoalzada hasta su estilística para la libertadde despreciar, no deja de señalarseveras cuestiones de un orden morale intelectual en ruinas, tanto de individuoscomo de sociedades.Del mismo modo, Fogwill –novelistay poeta, claro, pero abrupto opinadoren cuestiones básicas del orden cultural–,persigue una tesis sobre el poderdesencarnado y desnudo, pero lo ve en<strong>las</strong> instituciones productivas, en los asentamientostecnológicos y en los infinitosmodos en que se superponen enel hablante los planos de lenguaje. ¿Esposible llegar a la verdad con el lenguajey la técnica? Tal el problema de Fogwill,lo que lo lleva a una anti-crítica cultural,pues condena con ingeniosas razonesel armazón intelectual culto, o el cultoa <strong>las</strong> armazones intelectuales, pero sucrítica vive de la irreparable duda –y deahí también su interés– sobre si hay queconciliar con ese mundo de sustentáculosintelectuales, o destrozarlo al mostrarleel espejo de sus omisiones en cuanto alíncubo que regula la vida, los hipnóticosempirismos del dinero, de la técnica o delsexo. Ante la duda, Fogwill realiza ambosmovimientos, a veces simultáneamente,de integración y de denuncia.El modo crítico fogwilliano “no puedecon su genio”. Pero es un genio de algunamanera clonesco. Cuando encuentrael hito de su dentellada, olvida el cuidadode <strong>las</strong> manners, a pesar de que todasu obra es un llanto por un paraíso cortésestallado, como revela en el fondosu gran novela malvinera. Ejemplo:cierta vez, escuchando que un “panelista”que le precedía en el uso de lapalabra recordó el ejemplo de Carlos Valcanzándole el pincel caído a Tiziano,esgrimió a su vez el no menos apócrifoincidente de Menem alcanzándole unchorizo al Soldado Chamamé, en unasado en la Quinta de Olivos. El artede la injuria así practicado no se deteníaante nada, en la confianza de quedescubría un mundo sarcástico, de queejercía cabalmente el desprecio y deque sería perdonado. De esas tres cosas,se dice que todas están por ocurrir, sinque especialmente ocurran nunca. Laesencia de su novelística y de su críticacultural es agarrar distraídas a susvíctimas y luego advertir –en secretareligiosidad del lírico apenado– que esnecesario absolver(lo).A diferencia de estos derramamientosirrefrenables del ser angustiado, Emiliode Ípola maneja la comicidad teóricacomo un modo crítico que partede una complacencia con el mundo–su gran teoría reza sobre <strong>las</strong> creencias,como si dijera: sería bueno poder creer,si los lazos socialmente construidosnos dejaran, y a fe que nos impulsanhacia ello–, para luego descubrirnos <strong>las</strong>fisuras del mundo, tanto en todo textocomo en el orden inventado por loshombres para convivir en sociedad.La obra de De Ípola se halla adentradaen ejercicios retóricos heredados de lapostulación de estructuras enunciativasque recaen en la vivacidad del “significante”.En este caso, para trasladar alsignificante no tanto hacia un estatutode vacío operativo, sino a la ironía dela escritura, en el interior de su propiobastidor de lógicas contrastantes. Laironía conduce entonces a una teoríadel obstáculo de la teoría. La teoríaexiste sólo bajo el obstáculo metafóricode su imposibilidad creadora. Con estosutensilios, recrea De Ípola, como enuna alucinación teórica extraordinaria,los comienzos mismos del pensamientosocial general y de una no asumida,pero efectiva, crítica cultural.Para terminar, la crítica cultural argentina–con o sin ese nombre: sabemosque si se lo saca, todo este artículocae irrisoriamente, pero fue buenoponerlo–, mucho le debe a la miradajuguetona y trágica de María Moreno,en la que luce una opción fuerte porla picaresca de <strong>las</strong> márgenes sociales, lafiligrana que tuerce el texto hacia untierno ridículo del existir y el escorzoque redime a vidas golpeadas, en <strong>las</strong>que un sublime gesto de risa lleva adescubrirles, en el subsuelo, una sabiduríaenigmática y profunda.En el número anterior de esta revista,Tomás Abraham –tocayo nuestro: casisólo en eso coincidimos– imaginó unrecorrido de un alter ego suyo, el filósofoN. E. Perdomo, a fin de retratar<strong>las</strong> mecas filosóficas que debían servisitadas a fin de una buena formaciónen el mundo esquivo de la filosofía.Este artículo, en cambio, tomó otrorumbo, aunque ha hecho sus visitas.Pero no <strong>las</strong> apimentó con ningunaprevención o reparo. Convocó amuchos, olvidó seguramente a unostantos –el tema de siempre, ante laomisión, perdón–, y realizó un tableaudescriptivo, casi pintoresco, conviviente,sereno. En verdad, cercano auna ecuanimidad gallarda, al útil diccionariocivilmente respetuoso. Por elhonor de los De Tomatis.272 27304. Ficciones críticas.indd 272-273 13/11/06 21:41:08
- Page 2 and 3:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006
- Page 4 and 5:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 6:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 11 and 12:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 13:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 16 and 17:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 18 and 19:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 20 and 21:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 22 and 23:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 24 and 25:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 26 and 27:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 28 and 29:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 30 and 31:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 32 and 33:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 34 and 35:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 36 and 37:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 38 and 39:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 40 and 41:
La imaginación críticaLA BIBLIOTE
- Page 42 and 43:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 44 and 45:
Un crítico se mide frente asu moti
- Page 46 and 47:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 48 and 49:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 50 and 51:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 52 and 53:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 54 and 55:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 56 and 57:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 58 and 59:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 60 and 61:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 62 and 63:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 64 and 65:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 66 and 67:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 68 and 69:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 70 and 71:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 72 and 73:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 74 and 75:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 76 and 77:
Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 78 and 79:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 80 and 81:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 82 and 83:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 84 and 85:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 86 and 87:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 88 and 89: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 90 and 91: Nombres, linajes y recorridosLA BIB
- Page 92 and 93: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 94 and 95: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 96 and 97: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 98 and 99: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 100 and 101: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006N
- Page 102 and 103: Trazos malditosComo cualquier otra
- Page 104 and 105: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 106 and 107: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 108 and 109: Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 110 and 111: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 112 and 113: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 114 and 115: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 116 and 117: Trazos malditosLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 119 and 120: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 121 and 122: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 123 and 124: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 125 and 126: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 127 and 128: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 129 and 130: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 131 and 132: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 133 and 134: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 135 and 136: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 137: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 141 and 142: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 143 and 144: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 145 and 146: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 147 and 148: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 149 and 150: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 151 and 152: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 153 and 154: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 155 and 156: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 157 and 158: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006F
- Page 159 and 160: Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN°
- Page 161 and 162: Reflexiones sobre lacondición inte
- Page 163 and 164: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 165 and 166: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 167 and 168: Reflexiones sobre la condición int
- Page 169 and 170: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 171 and 172: Reflexiones sobre la condición int
- Page 173 and 174: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 175 and 176: Reflexiones sobre la condición int
- Page 177 and 178: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006R
- Page 179 and 180: GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 181 and 182: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 183 and 184: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 185 and 186: GroussaquianasLA BIBLIOTECAN° 4-5
- Page 187 and 188: LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 189 and 190:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 191 and 192:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 193 and 194:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 195 and 196:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006G
- Page 197 and 198:
Cada voz que emergió de lacrítica
- Page 199 and 200:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 201 and 202:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 203 and 204:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 205 and 206:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 207 and 208:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 209 and 210:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 211 and 212:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 213 and 214:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 215 and 216:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 217 and 218:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 219 and 220:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 221 and 222:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 223 and 224:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 225 and 226:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 227 and 228:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 229 and 230:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 231 and 232:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 233 and 234:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 235 and 236:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 237 and 238:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 239 and 240:
Tribunas literarias, memoria editor
- Page 241 and 242:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 243 and 244:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 245 and 246:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 247 and 248:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 249 and 250:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 251 and 252:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006T
- Page 253 and 254:
LaborbibliotecológicaDesde sus or
- Page 255 and 256:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 257 and 258:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 259 and 260:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 261 and 262:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 263 and 264:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 265 and 266:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 267 and 268:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 269 and 270:
Labor bibliotecológicaLA BIBLIOTEC
- Page 271 and 272:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 273 and 274:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 275 and 276:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 277 and 278:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006L
- Page 279:
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006S