LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Tribunas literarias, memoria editorialTribunas literarias, memoria editorialLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006la colección de seudónimos (Juan JoséGorini, Diego Sánchez Cortés).La prosecución de estos planteos tieneforma libresca: se efectiviza en el pasajea Literatura argentina y realidad política yluego a su primera revisión, De Sarmientoa Cortázar: “La literatura argentina empiezacon Rosas”, enuncia Viñas en su operaprima, antes de la precisión que alcanzaen 1971 al reconocer a El matadero–desplazando categóricamente la Ojeadaretrospectiva– como texto fundacional delestrabismo cultural:La literatura argentina emerge alrededorde una metáfora mayor: la violación.Mientras Viñas prefiere la metáforapara p<strong>las</strong>mar en la escritura la dialéctica,Ramón Alcalde optará por la polémica.En el cierre del N° 5/6 la emprende contraJorge Abelardo Ramos en “Imperialismo,Cultura y Literatura Nacional”, el másriguroso de todos los trabajos aparecidosen Contorno que se obstina en exponeruna posición eludiendo <strong>las</strong> reduccionesmaniqueas. Es la primera intervenciónde Alcalde en la revista y será suficientepara marcar la ruptura irreconciliablede Contorno con la fracción culturalmás cercana al régimen peronista en losumbrales de su caída. Y sobre todo: esla descalificación más convincente deesa protoizquierda nacional de la cual larevista necesitaba despegarse para ofrecersecomo alternativa eficaz.Parece legítimo que la continuación deeste artículo, el Nº 7/8 de julio de 1956,desplace la crítica literaria –excepto enla sección final “De <strong>las</strong> obras y los hombres”–y se dedique a analizar el fenómenoperonista como núcleo catalizador dela historia argentina, cuyos efectos en elplano cultural inquietan especialmenteal mismo comité de redacción responsabledel N° 5/6, como también a unautor que se estrena en esta oportunidad–aunque reincidirá en el N° 9/10–,Tulio Halperin Donghi.La entrega se inicia con una extensacita de Alberdi que inscribe al númeroen la línea en que Sebreli ofrecía a Sur“Celeste y colorado”. La reunión de literaturay política es convocada desde lafrase inicial del fragmento, de la cual sedesprende una serie de interrogantes quela toma de posición contornista procuraráresponder al menos momentáneamente,antes de que tanto Rozitchnercomo Sebreli se aboquen a ensayos máspormenorizados sobre el peronismo. Lainserción de Alberdi comporta un compromisomucho más próximo que el delos enunciados sartreanos al abundar enlos fundamentos de los partidos locales.La segunda parte de la cita retrotrae nuevamentea <strong>las</strong> convicciones ya expuestaspor Sebreli, no solamente en el artículode Sur sino también en la inauguraciónde Contorno. La flexión frondizista sevislumbra en la adhesión a estos principiosentre los que se recomienda al país:Cuide de no confiar la menor de sus tentativasde regeneración a hombres que noharán sino malograr<strong>las</strong>, porque han perdidola fe y la disposición al sacrificio, yhan cesado, sobre todo, de comprender losinstintos y los medios de acción de nuestrasmasas: han pasado como su tiempo.En la serie contornista, este últimopárrafo adquiere carácter de acusacióny no de análisis objetivo y equilibrado,y del mismo modo procederá la revistacon todo el fenómeno populista.El editorial del N° 7/8 responde a ladisyuntiva establecida por Masotta:Sur o el antiperonismo colonialista” da laclave de la opción que rige “Peronismo...¿y lo otro?”.El texto analiza el papel que le tocacumplir a la izquierda comprometiendoen la generalidad del “nosotros” atodos los colaboradores de Contorno,quienes confiesan –en tanto gruposuficientemente estrecho como parajustificar los alcances del pronombrepero sobre cuya homogeneidad noexisten precisiones–:Nos sentimos tentados de establecer quedurante todos los años del peronismo nonos habíamos entregado.Para Contorno, resistente a <strong>las</strong> consignasperonistas tradicionales, es obvioque la única verdad no es la realidad,como lo confirma la concepción delrealismo desde la cual habían sidoestudiados Manuel Gálvez y BenitoLynch en el N° 5/6. La verdad sedeposita en un lenguaje cuya crudezaes la medida de su heterodoxia conrespecto al régimen hegemónico.Hacia la teoría de la revoluciónLa función del intelectual sigue ocupandoel primer lugar en el orden delos cuestionamientos. En la serie deartículos que componen el número 7/8Contorno esgrime sus desacuerdos contodos aquellos que de un modo u otrohan colaborado con alguna de <strong>las</strong> faccionesen pugna en vez de proponer unavía alternativa. En tales condiciones, nila burguesía consciente ni el proletariadoengañado son opciones valederas;mucho menos el recogimiento en latorre de marfil empeñada en desconocertodo lo que no se restrinja a ese espaciorecolecto y ambiguamente protector.La dicotomía burguesía/proletariadoque centraliza Osiris Troiani en“Examen de conciencia” –anticipandola disyuntiva que trastorna al Masottade fines de los 60, fascinado con elestructuralismo inmanentista despuésde haber predicado el compromiso,“¿conciencia o estructura?”– reponeen el texto la dogmática marxista,momentáneamente desplazada parabeneficiar el desarrollo de la cuestiónnacional. Este recurso revela que frentea un fenómeno de difícil caracterizaciónlo más seguro es apelar a ladoctrina aceptada como confiable.Rozitchner, en “Experiencia proletariay experiencia burguesa”, conjuga <strong>las</strong>dos posibilidades que acosan al intelectualmarxista, como si el peronismopudiera reducirse a tales categorías. Elproletariado que ve Rozitchner estáreclamando un guía y un vocero de susposiciones –situación de protagonismoque desvirtúa la explicación pretendidamentesociológica de Gino Germanique atribuía el fenómeno a la captaciónde “masas en disponibilidad” 9 –, funciónque Contorno se atribuye aunquesin evaluar su éxito. La única comunidadcon un proletariado separadode la pequeña burguesía mediante un“abismo” es la confianza en la revolucióncomo modo de liquidar a lac<strong>las</strong>e que los asfixia, en un caso porexplotación y en el otro por exigenciasinternas. Llegada la revolución, el proletariadoabandonaría su condición dedominado mientras los intelectuales deizquierda perderían su ambigüedad, esevaivén malsano entre <strong>las</strong> conviccionesmarxistas y los estigmas de formación.Halperin Donghi opta por abordar larelación fascismo/peronismo con losrecaudos que comporta en un historiadorriguroso toda importación demodelos, sin detenerse demasiado enla comparación con <strong>las</strong> revolucioneslatinoamericanas –cosa que hará unasdécadas después, en Historia contem-398 39907. Tribunas literarias.indd 398-399 13/11/06 21:45:35
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Tribunas literarias, memoria editorialTribunas literarias, memoria editorialLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006poránea de América Latina– convocadaspara contextualizar el fenómenolocal. Eximido de <strong>las</strong> tesis extremistasde Martínez Estrada –y también dela brillantez de su prosa–, Halperinseñala cómo <strong>Argentina</strong> incorpora demanera ridícula lo que para Europarevestía el carácter de la amenaza. Elcorolario es que el peronismo está máscerca del oportunismo que del verticalismofascista; es más proclive a explotar<strong>las</strong> coincidencias que a exaltar <strong>las</strong>diferencias, salvo en los momentos enque siente debilitarse su propio podery no vacila en recurrir a una retóricaterrorista que por un lado le garantizalos apoyos tradicionales y por el otrologra amedrentar a los enemigos.“Aventura y revolución peronista”, fragmentodel libro de Sebreli todavía enprensa –como advierte una nota aclaratoria–,abunda en la fenomenologíaintroducida por Masotta a <strong>las</strong> consideracionesde este número doble. Con pretensióntestimonial, Sebreli apunta a lacombinación de psicología y marxismoque la fenomenología erige en método,pero no por esas adhesiones teóricasrenuncia a elementos literarios: así, porejemplo, el melodrama acude a explicarel efecto de Eva Perón sobre <strong>las</strong> masas eintroduce la posibilidad –tan burguesay tan remanida en la literatura argentina,desde “Casa tomada” de Cortázarhasta “Cabecita negra” de GermánRozenmacher– de que el peronismosea una venganza; desde esa perspectiva,tendería a otorgarle fundamento al“resentimiento” que se le atribuye.Por su parte, Alcalde se va afianzando: asu estreno combativo frente a AbelardoRamos le sigue la discusión con Ayer,hoy y mañana del nacionalista de derechaMario Amadeo, que si por un ladorevisa <strong>las</strong> posibilidades de triunfo quetiene la UCRI, por el otro se esfuerzaen identificar <strong>las</strong> fracciones en <strong>las</strong> cualesconviene buscar apoyos para un candidatoque se presenta como garantía paralos intelectuales, cuyos desvelos más persistentesquedan p<strong>las</strong>mados en la novelade Viñas Dar la cara (1962). Pese a losdeslices antiperonistas, Alcalde cierra elartículo con un reclamo de superacióndialéctica condicionado:La superación del peronismo no llegarádesde el ‘nacionalismo’. Porque la únicasuperación posible consiste en poner en elcamino del poder real a los que lo ejercitaronsólo vicaria o imaginariamente.Clausura del texto que coincide con ladel número, y partida de defunción,simultáneamente, de una “izquierdanacional” que confiaba en poder desligarsede ataduras partidarias y derespaldos a programas y figuras que noprovinieran del estricto círculo de losintelectuales “comprometidos”.Y que se ratifica permanentemente en elmea culpa del número doble final de larevista, ya desde esa especie de editorialque denuncia el error de confianza depositadoen el frondizismo como posibilidadextraordinaria tras la desazón peronista.Rozitchner aporta el análisis más rigurosoen “Un paso adelante, dos atrás”, dondela resonancia leninista se pone al serviciode la demostración –sin entonaciónlamentosa– de la supresión política de lavoluntad que ha operado exitosamenteel peronismo. El “compromiso” exige eneste punto el arrepentimiento: se perfilaun “compromiso moral” que Rozitchnerno abandonará en <strong>las</strong> páginas de Contornosino que proseguirá como presupuesto enMoral burguesa y revolución.La clausura de la revista competea Halperin Donghi. El oficio –y lamemoria– de historiador le recuerdaque la “traición” de Frondizi reiteraotras situaciones del pasado local. Yañade que ese desvío era previsibledesde el comienzo, confirmándosecomo representante de la burguesíaprofética satisfecha de asistir a la comprobaciónde sus anuncios, más alláde <strong>las</strong> consecuencias que los mismosacarreen. Lamentablemente, su hallazgoes demasiado tardío como para quesea creíble atribuirle la fncioón que leasigna retrospectivamente.Corolario de la revista, el N° 9/10 muestra<strong>las</strong> consecuencias de haber desplazadoel fundamento político de la crítica literariaa finalidad exclusiva del proyecto.Previniendo sobre los presupuestos dela crítica que desarrollará desde los 60David Viñas, en Contorno la literatura esconsiderada la sede más apropiada paraleer la política, y no una práctica autónomaque procure hacer de ese rasgo unfundamento recoleto. Tratando de abriruna vía de comunicación alternativa ala académica, la revista terminó cayendoen la restricción inmovilizante de utilizarun lenguaje demasiado complejo –teorizantey doctrinario, por momentos– paraapelar a un público que sólo podía serreducido al pequeño círculo que usufructuabaese instrumental, acrecentandoasí la distancia con el proletariado cuyavocería pretendió ejercer.Los contornistas quisieron hablar porNOTASboca de los dominados pero contradiciendosus elecciones políticas y desbaratándo<strong>las</strong>en una compleja operaciónretórico-ideológica de la cual los“hablados” no podían sino mantenerseajenos. Creyeron en la práctica comoconfirmación de los valores que defendíanpero cuando se aproximaron a ellafracasaron menos por incapacidad quepor el horror de encontrarse con “<strong>las</strong>manos sucias” de <strong>las</strong> que prevenía Sartre.Intentaron promover necesidadesintelectuales y convertir a la revista enun instrumento para efectivizar<strong>las</strong> perodejaron trunca esta posibilidad en laadhesión a un programa político queterminaría defraudándolos.En el saldo positivo es insoslayable queinstalaron a la crítica, más que comouna práctica efectiva o un performativodenunciante, como una posición indeclinable,reinsertándola en la filosofía,en procura de un fundamento para unahistoria de la literatura que tuviera a lapolítica como fundamento de validez ysimultáneamente como juicio de valor.(*) La primera versión de este ensayo fueleída en la presentación de La expresión dela irrealidad en la obra de Jorge Luis Borgesy otros ensayos, junto a Ricardo Piglia, en elInstituto de Cooperación Iberoamericana,Buenos Aires, el 13 de setiembre de 2000.1. Pezzoni, Enrique, El texto y sus voces, Buenos Aires, Sudamericana, 1986, p. 7.2. Viñas, David, Literatura argentina y realidad política, Buenos Aires, Jorge Álvarez, 1964.3. Sarlo, B. y Altamirano, C., “Editorial”, en Los Libros N° 44. Buenos Aires, agosto de 1975.4. Masotta, Oscar, “Sur o el antiperonismo colonialista”, en Conciencia y estructura. Buenos Aires, TiempoContemporáneo, 1968.5. Gramsci, Antonio, Los intelectuales y la organización de la cultura - Cuadernos de la cárcel 2. México, JuanPablos, 1975. Cfr. también Sartre, Jean-Paul, ¿Qué es la literatura? Buenos Aires, Losada, 1992.6. En Centro N° 6, septiembre de 1953.7. Rodríguez Monegal, Emir, en los números correspondientes al 30/12/55, 13/1/56, 27/1/56 y 10/2/56 delperiódico montevideano Marcha.8. Sarlo, Beatriz: “Los dos ojos de Contorno”, en Revista Iberoamericana N° 125 dedicada a Literatura argentina.Los últimos diez años, coordinada por Sylvia Molloy. Pittsburgh, 1983.9. Germani, Gino, Política y sociedad en una época de transición. Buenos Aires, Paidós, 1966.400 40107. Tribunas literarias.indd 400-401 13/11/06 21:45:36
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