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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Ficciones críticasFicciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Inventar el dispositivo perono cualquiera, sino uno por elque valga la pena reivindicarseargentino. Aira nos interpeladesde una ética de la escritura.Su axiología narrativa pauta loque se debe y lo que no se debehacer con palabras; para qué yde qué modo, recalcando todoel tiempo que lo importantees insistir, hacerlo. Una y otravez regresa, con Aira, la fuerzaavasallante de la creación; eloptimismo como mandato ytracción en virtud de la cualavanza el texto.encontrar un tono nacional auténtico.Para gozar de cierta calidad genuina,dicho tono debe evadir la representaciónde lo obscenamente autóctono. En “Elescritor argentino y la tradición” Borgesseñala que la ausencia de camellos en elCorán constituyela prueba máximade su procedenciaárabe. De esaindicación se desprendeque no setrata de representarsino de presentar oconstruir una lengua.Dice Aira:La literatura es elmedio (…) paraque el Brasil setransforme en elBrasil, para que la<strong>Argentina</strong> llegue aser la <strong>Argentina</strong>.(...) La autenticidad no es un valor queesté dado de antemano, esperando a unindividuo que lo ocupe. Por el contrario,es una construcción como lo es el destino, oel estilo. No se trata sólo de ser argentino obrasileño sino de inventar el dispositivo porel que valga la pena serlo 31 .Inventar el dispositivo pero no cualquiera,sino uno por el que valgala pena reivindicarse argentino. Airanos interpela desde una ética de laescritura. Su axiología narrativa pautalo que se debe y lo que no se debehacer con palabras; para qué y de quémodo, recalcando todo el tiempo quelo importante es insistir, hacerlo. Unay otra vez regresa, con Aira, la fuerzaavasallante de la creación; el optimismocomo mandato y tracción en virtudde la cual avanza el texto.De este enfoque afirmativo surge elrepudio contra los escritores argentinosque según él apuestan por la negación:todos los mencionados al principio–esos nombres centrales de nuestrosistema literario– pero principalmentePiglia y Saer, dupla que según su lecturasimboliza el más ferviente derrotismo.Ambos son responsables de unadoble culpa: la de instalar al impulsonegativo en primer plano y la de comprendera la praxis narrativa como unmero ejercicio de oposición.Si Piglia piensa la novela como utopíanegativa que se sustrae a <strong>las</strong> presionesdel mercado y disputa con <strong>las</strong> envejecidastradiciones dominantes, Airarechaza la utopía deconstruyendo lossupuestos sobre los que se apoya. Lautopía es la descripción de una sociedadimaginaria que surge de la críticaa la realidad vigente. Su carácterideal se complementa con un programade acción concreta. La manifestacióndel desacuerdo subyacente para conla actual conformación del mundo seinscribe en la visión alternativa quela literatura opone a dicho estado decosas. A este supuesto se debe aspirarya que, sin la intención utópica, elpensamiento que la configura resultaríaestéril. Pero, la negación de la época ennombre de un futuro feliz se identifica,al menos en parte, con la proyección dela historia concebida como el continuorechazo del presente. En el impulsoutópico, la utopía negativa “se concretacon mayor precisión (...) en la negaciónde lo que no quiere” 32 .El problema del pensamiento utópicose desprende de la presión alienanteque ejerce. Al negar la realidad nossomete al yugo de la necesidad teórica,a la perpetua búsqueda de unavirtud que se nos escapa porque, comodenuncia Aira, siempre estaremoscayendo en desfallecimientos de bondad.Cuesta sangre, sudor y lágrimasvolver a reincidir sabiendo que, comoAquiles contra la tortuga, volveremosa perder la carrera. Aunque odia losejemplos, Aira se sirve de uno en estecaso: el matrimonio, cuya exposición,no podemos pasar por alto:El marido bueno complace a su mujer entodo. La rodea de comodidades, de consideraciones,de gentilezas, la escucha, lacomprende, hace <strong>las</strong> camas, cocina, lavalos platos, plancha, paga <strong>las</strong> cuentas, lalleva de vacaciones, se ocupa de los chicos,cambia los cueritos de <strong>las</strong> canil<strong>las</strong>. Sumujer vive descontenta, se queja, se preguntapor qué cometió el error de casarsecon un hombre al que no puede querer nirespetar. Y si no lo dice por un sentido dela justicia que le pesa como una condena,basta que el infeliz cometa el menordesliz (que se le rompa un plato mientraslo lava) para que en ella estalle toda laamargura contenida en un torrente deinjurias. (...) En cambio el marido malosomete a su pareja a toda c<strong>las</strong>e de malostratos y humillaciones. Tiene amantes, seemborracha, le grita insultos soeces, se vade viaje con excusas increíbles, se juega elsueldo de él y lo que puede echar mano delde ella, le hace ascos descaradamente a lacomida, contrae deudas, deja que la casase venga abajo. Y la esposa no se queja;¿de qué serviría? Ya agotó su provisiónde llanto, y además él no se lo permite:no le presta atención o se la presta paragritarle, y hasta podría darle un sopapo.Ella lo quiere y lo respeta (...) porque élle hace vivir intensamente el drama delmatrimonio y de la vida en general 33 .<strong>Las</strong> intenciones del marido bueno nodejan de naufragar porque la perfecciónnos está vedada por naturaleza.Adorarla es un vicio del pensamiento.Y no importa cuánto nos mantengamosen una postura: siempre seremosjuzgados por el mínimo opuesto. Poreso, con el menor gesto encomiableel marido malo brilla como un sol.Mientras que la idea del Bien paraliza,el mal permite que la vida siga, devalúa<strong>las</strong> supuestas jerarquías de importancia,da la medida justade la banalidadnecesaria para queel hombre recorrasu camino en elmundo. Empezara ser malo equivalea entrar, ni másni menos, al fin,en la realidad 34 .Por otra parte,insistiendo en elfracaso del empeñonarrativo, Saerdeclara:El único modoposible [que tiene]el novelista argentinopara rescatarla novela consisteen abstenerse deescribir<strong>las</strong> 35 .Esta sentencia es ineconomizable enel sistema de Aira, que se hace monja,niña de ocho años, chica moderna omosca violada sólo para poder seguircontando. Los personajes de ese corpusamorfo que llamamos literaturaaireana podrán desarmarse en torbellinosde incertidumbre pero nunca secallarán. Sus voces son como fuerzascentrífugas de la dispersión; se afirmancamufladas, valiéndose de la reptanterelación que en los textos de Aira se daentre los cuerpos y los discursos. A esasvoces, que convertidas en mil gotas deóleo ruedan libres por el mundo, les298 29904. Ficciones críticas.indd 298-299 13/11/06 21:42:03

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