LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Tribunas literarias, memoria editorialTribunas literarias, memoria editorialLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006ese sentido se me viene a la cabezaun recuerdo de Rex González, quienpara mí es un patriarca. El año pasado–1999– hicimos un curso al que yo loinvité y habló del papel que desempeñaronlos libros que yo publiqué. Porejemplo el libro de Boas. En la épocadel predominio de Imbelloni, Boas eraexactamente lo contrario.S: Cuestiones fundamentales deantropología cultural. Me acuerdoque lo compré cuando estaba encuarto año de la secundaria porsugerencia de un profesor de historiadel arte.W: También publiqué un libro de GordonChilde que fue muy importante.S: Para el campo académico argentino,sin duda, eran la izquierda.W: Sí, exactamente a la izquierda delo que se estaba haciendo. Lo mismopodría decirse de la función que cumplióla edición de Lévy-Bruhl. Conel libro de Boas me acuerdo que tuvemuchos problemas. Boas tiene un libroque se llama Raza, lenguaje y cultura. Aéste yo le puse Cuestiones fundamentalesde antropología cultural, porque migran objetivo era publicar el otro. Enfin... me reconfortó el recuerdo de RexGonzález sobre la presencia de Boas,de Gordon Childe y todos esos libroscomo una bocanada de aire.S: En síntesis, ¿cuál fue la apuestaintelectual de la colección TratadosFundamentales?W: A mí desde entonces lo que meinteresa son <strong>las</strong> nociones de tiempo yespacio. A pesar de <strong>las</strong> críticas que recibióel libro de Lévy-Bruhl por basarse enfuentes de misioneros, lo que a mi juicioes más importante en él es haber probadola historicidad de <strong>las</strong> categorías. Y esoyo lo dejé aclarado en una nota al pie de<strong>Las</strong> funciones mentales. Sobre el tiempoy el espacio yo después escribí Tiempo,destiempo y contratiempo. Primero saliócomo un ensayo en un libro de homenajea José Luis Romero. Después loconvertí en libro 12 . Aunque no reflejatodo lo que yo pensaba.S: ¿Y usted traducía los volúmenes?W: Traduje los libros de Lévy-Bruhl,también el discurso preliminar de laEnciclopedia y un libro de Condillac.Fueron todas traducciones pioneras.Una vez tuve un disgusto. Un amigoencontró en una librería el libro Quésucedió en la historia, que yo publiquépor entonces. Esa edición de 2002tiene un prólogo de Josep Fontana,que es un gran historiador. Del prólogose deduce que es uno de los librosmás importantes del siglo XX, peroda la impresión de que lo descubrieronese año, cuando en realidad yolo publiqué en 1950. Yo le mandéuna carta a Fontana diciéndole quelo admiro como historiador pero quedesde el punto de vista académicocometió un grave error. Si él tienediscípulos, podrían preocuparse dehacer un inventario de <strong>las</strong> traduccionesque se hicieron cuando Españano podía publicar<strong>las</strong>. Nosotros publicamosel Tractatus teológico-políticode Spinoza, por ejemplo, y la censuraespañola rechazó su circulación 13 .S: ¿Y cómo llegó usted a la lecturade estos autores, cómo se interesópor ellos?W: El debate estaba en el ambiente.¿Condillac, dónde estaba? En Hegel.¿Platón?, en Schuhl. También estabaMondolfo, después publiqué aFarrington 14 .S: ¿Y cuántos libros llegó a editarpor Lautaro?W: Casi un centenar. Ahora (2005)estoy publicando en Santillana unanueva colección, que de cierto modoes continuación de aquélla.S: Usted me dijo que esas referenciasflotaban en el ambiente de discusión.Pero, por ejemplo, ¿quiénintrodujo la lectura de Franz Boasen <strong>Argentina</strong>?W: Resultaban de <strong>las</strong> conversacionesen nuestro grupo, con ManuelSadosky y nuestros amigos con quienesnos veíamos cada tanto. Ademásleíamos <strong>las</strong> revistas francesas que llegaban,como Les Temps Modernes.S: ¿Y cómo conseguían los librosoriginales? ¿Los traían cuando viajabanal exterior?W: Sí. Algunos fueron difíciles deconseguir. Gramsci, por ejemplo, queyo lo publiqué por primera vez encastellano, mejor dicho por primeravez en otra lengua que el italiano,me lo trajo Berman. Y como premio,le di el prólogo. Los cuadernos de lacárcel en <strong>Argentina</strong> tuvieron ochoediciones; La lógica de Hegel tuvoseis, Gordon Childe ocho. A medidaque uno se iba metiendo descubríaque en la historia de la filosofía faltabangrandes libros. La lógica de Hegelno estaba traducido, el Ensayo sobre elentendimiento humano tampoco. Setradujo, y cuando la edición críticaestaba a punto de ir a imprenta aparecióla edición de Sudamericana.S: ¿Quiénes hacían <strong>las</strong> traducciones?W: La de Locke la hizo HernánRodríguez, un gran traductor que yafalleció. Murió en Ginebra, donde sehabía ido a trabajar.S: ¿Eran filósofos?W: Estudiantes de filosofía.S: ¿Y cómo sustentaban económicamenteesos trabajos?W: Aunque a usted le parezca extraño,estos libros se vendían muy bien.Era la época en que no llegaban librosde Europa y por entonces existía algoque se llamaba “servicio de novedades”:<strong>las</strong> librerías conocían esta coleccióny decían “Bueno, del próximotítulo vamos a encargar 200”, sinpreguntar cuál sería.S ¿Y cómo era la publicidad delservicio de novedades? ¿Aparecía enlos diarios?W: No, se enviaban cartas, a Colombia,Perú, a todos lados.S: ¿De cuántos ejemplares eran <strong>las</strong>tiradas de cada título?W: Eran de 3.000 ejemplares.S: A los ojos de <strong>las</strong> actuales divisionesdisciplinares, usted hizo algoúnico: combinó la publicación de458 45907. Tribunas literarias.indd 458-459 13/11/06 21:46:14
LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Tribunas literarias, memoria editorialTribunas literarias, memoria editorialLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006antropólogos y filósofos. No creoque hoy en día los filósofos lean aBoas o a Mauss.W: En cierto modo, para mí ese conjuntode libros se alineaba como unareivindicación del racionalismo. Conesta colección introduje autores absolutamentedesconocidos o totalmenteolvidados como Nicolás de Cusa, aquien hoy se considera como uno de losprecursores del Renacimiento. Cuandosalió, en una publicación marxista dijeron“¡Cómo es posible que se publiquencardenales del siglo XV, habiendo tantagente importante acá!”. Pobres, no tienenla menor idea de que se trata de unode los padres de la dialéctica.S: Su afinidad con los filósofos esnatural por su formación. ¿Perocómo se dio su aproximación a losantropólogos?W: Tenía amistad con MárquezMiranda y con Rex González. Peroen esos años no creo que hayan tenidoinfluencia. A Fernando MárquezMiranda le publiqué un libro enHachette: Siete arqueólogos, siete culturas.Es un librazo sobre siete culturasclásicas. Él me había prometidoescribir otro sobre siete culturas deAmérica, pero murió cuando lo estabaescribiendo. Los libros yo los conocíaestudiando y conversando conla gente. Buscando un proceso noconvencional. Por ejemplo, el casode Hegel: yo quería algún libro defilosofía importante, alguno de loslibros de primera magnitud, como laMetafísica de Aristóteles, santo Tomásde Aquino, Kant, Hegel y no sé quémás. Hegel y Locke no estaban, yentonces decidimos publicarlos.S: ¿Y de algunos de los autores máscontemporáneos como Lévy-Bruhl,usted tenía que comprar los derechosa Félix Alcan, por ejemplo?W: Eran sumas muy escasas. Si hoyen día en términos de derechos deedición se habla de miles de dólares,en esa época eran cientos.S: ¿Y antes de sus TratadosFundamentales y de la BibliotecaFilosófica que dirigía FranciscoRomero en Losada, ¿en <strong>Argentina</strong>hubo alguna otra colección defilosofía?W: No creo. Hubo tres bibliotecasfilosóficas: la mía, combinada conantropología, la de Francisco Romeroy la de Pucciarelli.S: ¿La de Pucciarelli cuándo se inició?W: Apareció por la editorial Nova,unos años después.S: ¿Cuál era el horizonte intelectualde la colección dirigida porPucciarelli?W: Difícil de definir. Publicó Simmel 15 ,publicó Scheller, una historia delhumanismo.S: ¿Y cómo era la coexistencia de suproyecto con la Biblioteca Filosóficade Losada?W: Romero tenía una orientación másgermánica. También más contemporánea,aunque publicó un Bacon.S: ¿Y cómo era su relación conFrancisco Romero y Losada?W: Muy buena. Él me prologó el librode Voltaire, Ensayo de <strong>las</strong> costumbres.También llegamos a pensar en haceralguna cosa conjunta. Ciertos títulosque yo pensaba que encuadrabanmejor en su colección se los proponíay él también me sugirió algunacosa. Además de su trayectoria y desus inclinaciones, hay que considerarque Francisco Romero trabajaba conLosada. Y Losada era una editorialmayúscula. Tenía un equipo de gentefantástico. Y don Gonzalo era muyinteligente, muy intuitivo.Losada en el centro delcampo editorialS: ¿Se puede decir que con la colecciónTratados Fundamentales ustedhizo punta en la edición de filosofíay ciencias sociales en <strong>Argentina</strong>?W: Puede ser. Pero, a mi juicio, primerohay que hablar de Losada.Losada nace a fines de los años 30como una industria de sustituciónde importaciones. En los primordiosde la industria editorial, los librosse mandaban hacer a Europa. Eranespañoles y muchos también existíangracias a la actividad de impresores ylibreros franceses. A diferencia de <strong>las</strong>editoriales anteriores, Losada crecerápidamente y se latinoamericaniza.Porque en esos años los otros paísesestaban en condiciones inferiores a<strong>las</strong> nuestras. Pero hay que considerar,como aspecto más sobresaliente, queen Losada trabajaban Guillermo deTorre, Pedro Henríquez Ureña, LuisGinés de Azúa, Felipe Ginés de Azúa,Francisco Romero, Amado Alonso,Lorenzo Luzuriaga, y se me escapanvarios nombres importantes. Eso le dala pauta del nivel que alcanzaron <strong>las</strong>colecciones dirigidas por ellos.En ese cuadro Francisco Romero hace laprimera colección orgánica de filosofía.Lo hace con un criterio muy amplio ymuy inteligente. Don Francisco publicólibros que hoy ninguna editorialpublicaría; lo hacía, además, con unsentido de función cultural. Los primeroslibros –puedo mostrarle alguno–,tenían al final unas hojitas pidiendo laopinión del lector, sugerencias, noticiasbiográficas y bibliográficas. Él publicaclásicos en traducción, pero lo másimportante, es que comienza a publicarautores latinoamericanos. En sucolección aparecen Risieri Frondizi,Wagner de la Reyna, Emilio Oribe, VazFerreira; un montón de latinoamericanosal lado de Kant, de Leibniz. Habíaque ser corajudo para publicar así enaquella época. Y más corajudo todavíaporque publicó dos libros que todavíano terminan de causarme sorpresa. Doslibros de Guillermo Francovich: uno sellamaba La filosofía en Bolivia (1945)y otro Filósofos brasileños (1943). Hoyen <strong>Argentina</strong> no hay ningún editor quesea capaz de publicar un libro sobre lafilosofía en Bolivia. Eso le da una ideade la amplitud de horizontes culturalesde Losada, una empresa cuyo objetivono era mercantil. El libro de AlbertoWagner de la Reyna sobre Heidegger,no me atrevo a decirle categóricamente,pero debe haber sido si no el primero,uno de los primeros trabajos sobreHeidegger en lengua castellana 16 .Sigamos con el tema de Losada.Hago una apología de Losada porquese la merece. La colección quedirigía Amado Alonso era de lingüística.La lingüística sólo estuvo demoda mucho después. Su colecciónse publicó en los años 40 y 50. A míme parece impresionante. Igual en lacolección que dirigió Felipe Ginés deAzúa, que se llamaba Ciencia y Vida.Allí se publicó Einstein sobre la teoríade la relatividad, la evolución deHuxley, un libro sobre la inteligenciaartificial, una historia de la químicay cosas así. Además hacían alardes dela presentación de los libros. No sé siusted alcanzó a conocer la Colección460 46107. Tribunas literarias.indd 460-461 13/11/06 21:46:15
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