11.07.2015 Views

Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

LA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006Nombres, linajes y recorridosNombres, linajes y recorridosLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006sa como para pensarla como una líneahistórica, o incluso para pensarla tansiquiera como una línea. Es otra cosa,que Libertella podría señalar mediantesu propia versión de la operación Menard.Libertella concibe a un Cervantesque contuviese dentro de sí a un LewisCarroll. Entonces habría que decir que,así como alQuijote se lesecó el seso detanto leer, haypatógrafos quede tanto secárselesel sesose pusierona escribir. Yescriben justamentedesde eltrastorno verbalde sus sesosya secados.Es evidenteque una historialiterariano se escribedesde ahí, queningún canonliterariopuede estabilizarseporeste medio. Frente al desvarío de estoslenguajes, frente a <strong>las</strong> patologías de lospatógrafos, es el Sentido el que definelo que es la salud, y la salud no suponeotra cosa que represión (por eso Libertelladeja otra pregunta más, tambiénsin contestar: “¿El canon reprime?”(LLA, pág. 77). Ese sistema de SaludPública (que Libertella atribuye, porejemplo, al boom) fija y estabiliza yesclarece sanidades, allí reposa el buendecir, allí habita el buen sentido. Lapatografía no le opone otro canon niotra historia (por lo demás, no podría).No le opone rectitudes alternativas,sino desvíos, desvaríos, extrañezas,hermetismos, su propia alienación lingüística,su propia perdición.Para Libertella, así es como funcionaBorges respecto de Macedonio Fernández:“Literatura versus patografíaen la <strong>Argentina</strong>” (LSE, pág. 222). <strong>Las</strong>palabras locales, enfermas de incomunicación,se curan en Borges. Y entonces,ya curadas, transparentes, se hacencentro y se internacionalizan. Borgeses el síntoma de esa enfermedad, la dela oscuridad del idiolecto, y por esomismo permite la curación. Desdeesta perspectiva, la literatura argentinase sana en Borges, porque Borges es supadre sanador.IV.Una de <strong>las</strong> líneas de tensión más tirantesde los debates estéticos del siglo XX–el que ubica en un polo a <strong>las</strong> vanguardiasy en el otro polo al mercado– nopuede no verse alterada bajo los términoscríticos de <strong>las</strong> lecturas de Libertella.<strong>Las</strong> cosas se plantean en sus textosnecesariamente de otro modo, todavez que la idea misma de evolución escuestionada (entonces la vanguardia yano es, ya no puede ser, lo que está másadelante) y toda vez que el mercado regulaincluso sus desvíos radicales.Se percibe en Libertella un acento descreídorespecto de la potencia corrosivade <strong>las</strong> vanguardias que ya fueron(como si prefiriese seguir el consejoque registra en una de sus nove<strong>las</strong>: “Unpoco de atención a retaguardia” (PPC,pág. 87). Los límites de <strong>las</strong> antiguasvanguardias, y aun cierta esterilidaden la recurrencia del vanguardismo,promueven en Libertella un tono másbien reticente en la constatación de quehay también una vanguardia sociable,bien dispuesta a comunicar, que cuentacon un “rol oficial” (NEL, pág. 41)ya programado y para la que el mercadoreserva un determinado circuito.No por eso, sin embargo, se pliega sinmás a la conclusión resignada de quea toda vanguardia le espera un destinode museo o de mercantilización, y enel desplazamiento “de la vanguardia alcentro” (LLA, pág. 80), que señala enlo que va de Macedonio a Borges, nodetecta un trayecto inexorable.La alteración medular de <strong>las</strong> proporcionescronológicas altera necesariamentelos términos en los que puede darse unsostenimiento teórico del afán de <strong>las</strong>vanguardias. Para Libertella, la vanguardiaya no es “lo que está más adelante”,sino “lo que está más íntimo” (NEL,pág. 34); y ya no es la anticipación, sino“lo más ancestral” (EPRH, pág. 35) (elpictograma, la vuelta al grafismo rupestre;pero también por caso una vueltaal antiguo español, o al barroco, o a lagauchesca). Es una lectura activa de latradición, reconociendo allí los procedimientosque sobreviven como ruinas;es saber apoderarse de una tradición,como hace Lezama, pero sin renunciara la propia patología.La idea de que “el mercado explica a <strong>las</strong>vanguardias mejor que <strong>las</strong> ideologíasy creencias que el<strong>las</strong> simulen asumir”(NEL, pág. 38) expresa hasta qué punto,para Libertella, lo que tantas vecesse dispuso como un drástico antagonismoadmite ahora cierta c<strong>las</strong>e de reformulación.Por una parte, no deja deser cierto que el mercado es un espacioal que se combate, pero por otra partedebe notarse que el mercado es tambiénun espacio en el que se combate. Así,por un lado, el mercado es el ámbitode la comunicación generalizada, el quedesea ante todo una escritura limpia ytransparente, el que evidencia que “laletra del loco no genera dinero” (EAS,pág. 85). Por otro lado, no obstante,<strong>las</strong> vanguardias de los años veinte sereconocen en el mercado, y allí se prevéigualmente una circulación para <strong>las</strong>nuevas vanguardias, y aun para el escritorherméticoexiste un mercadoepigonal (el de sucofradía). EntoncesLibertella sedecide y enfatiza:el mercado –dice–determina el lugarque le convienea la literatura encada momento,en toda obra hayuna apuesta marcadaen la mesade intercambiosy toda escriturapuede ser vistacomo pura estrategiade mercado.Plegándose a esaresistencia a cualquierconciliaciónque de por sí presuponetoda escritura hermética en suproclividad a lo ilegible, y plegándoseincluso a ciertas resonancias de <strong>las</strong> vehemenciasde los vanguardistas (ya searetrospectivamente o ya sea en la contemporaneidaddel Di Tella), Libertellapodría haber despachado la cuestión delmercado en los términos más esperablesdel liso rechazo y la completa exterioridad.Pero hace otra cosa, más complejay más interesante: advierte que el mercadoes atacado idealmente pero actúaen lo más concreto. Y en consecuenciaatiende, escrupuloso, a <strong>las</strong> vicisitudes deesa concreción, porque también en esesentido un texto asume una presenciamaterial.No es el éxito lo que introduceel mercado, no son <strong>las</strong> ventascuantiosas, ni la figuración, nila masividad: es la supervivencia.El artista del hambre esaquí una referencia no dichapero perceptible. Lo que haceel escritor en el mercado no esni triunfar ni renunciar, sinosobrevivir. Y lo que Libertellaconsidera entonces son “<strong>las</strong>posibles estrategias literariaspara sobrevivir en el mercado”(un poco en él, un poco contraél, un poco gracias a él), laastucia para hacer el propionegocio en un campo de posiblesnegocios, la perspicaciapara detectar qué vías de escapeofrece el mercado para susescritores desviados.140 14102. Nombres, linajes y recorrido140-141 140-141 13/11/06 21:31:44

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!