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Las Armas y las letras.pdf - Federación Libertaria Argentina

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Ficciones críticasLA BIBLIOTECAN° 4-5 | Verano 2006284El viaje circularPor Carlos BernatekLos universos vivenciales de Joseph Conrad yAntonio Dal Masetto padecen recíprocas usurpacionescuando se conforma un paralelismo otorgadopor la lectura de Carlos Bernatek, quien rastreacon una curiosidad minuciosa, los entornos de Elcorazón de <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong> y Fuego a discreción.La renuncia a la lengua dada es un litigio conel origen que no puede ser ignorado en ambosescritores. Instituye una intuición que posibilitaproyectar la idea de viaje. Experienciainiciática y destino forzoso, territorios reales eintangibles se confunden en una circularidadinmanente que recorre un itinerario que va deuna lengua a otra. Un tránsito –en la comparaciónamistosa que traza Bernatek– entre elCongo Belga (la selva conradiana profanadapor la civilización) y una Buenos Aires dictatorial(acechada por espectros insoportables sobreuna aparente superficie calma).Trayectos que modifican <strong>las</strong> perspectivas pretéritasen sus encuentros con el horror. Marcassobre el cuerpo que se verifican en un regresodespojado de todo aquello que quedó atrás peropersevera desarreglando <strong>las</strong> coordenadas que“nos mantenían a flote”.Si Conrad anduvo en barcos aventurerospor el mundo, donde aprendía elinglés, en tanto habitaba los horizontesliterarios de Kipling, de Stevenson,virando hacia mundos más oscuros,Antonio Dal Masetto, muchos añosmás tarde, se detuvo en esos mismospatrones textuales, y en Salgari, y enVerne, en una biblioteca de Salto, en laprovincia de Buenos Aires, para zarpardesde la lengua italiana hasta aprenderel idioma argentino. El idioma y todolo que connotaba ese aprendizaje.Pero, ¿qué pueden tener en comúnestos autores, aparentemente inconciliables,extemporáneos? En principio,no sólo la adopción literaria de unalengua distinta de la de origen. Se meocurren ciertas cuestiones vinculadasal itinerario, al tránsito, y en particularal rumbo, específicamente en Elcorazón de <strong>las</strong> tinieb<strong>las</strong> del polaco, y enFuego a discreción de Dal Masetto.No son muchos los casos de aprehensionesliterarias significativas, en eseaspecto fundante que convierte la lenguaen herramienta, en instrumentodúctil. Podríamos considerar, respectode ese viaje simbólico, a una etapa inicialdel periplo que va de una lengua aotra, a esa adquisición forzosa o deliberadaque no se limita en estos casosal habla, sino que traza un objetivomás ambicioso: el empleo literario deun código y una construcción culturalajenas. Los modelos prestigiosos –ademásde Conrad, Nabokov y Beckettpor caso, o el modo revertido enWilcock– dan cuenta de que el cambiode idioma acarrea, paralelamente, unamodificación de perspectivas referidasal pasado que señalan un contrabandeo,y quizás, una forzosa traición.El antiguo Congo Belga –actual Zaire–para Joseph Conrad o la Buenos Airesdilatada en el suburbio de la dictaduraen Dal Masetto, ofrecen a prioriuna vista escenográfica. Francis FordCoppola pudo trasladar en el filmApocalypse now el paisaje de Conrad aVietnam, sin alterar el sentido “odiseico”del viaje, porque el exotismo en eltexto no vertebra la historia de Marlowy Mr. Kurtz, sino que el ámbito dondese desarrolla la trama refiere a lo desconocidopara <strong>las</strong> culturas centrales, aese sector del mundo donde la norma“civilizada” pierde toda validez y sentidode referencia. Los horrores que elpropio Conrad presenció hacia 1890como oficial de marina mercante en laantigua Leopolville, constituyen unavisión cruda eimpiadosa sobrela deshumanizaciónen los bordesmismos enque lo real tiendeal derrame. Y lapalabra “horror”,tanto en el librocomo en la posteriorpelículam e n c i o n a d a ,no es un simpleadjetivo; en realidadconstituye elverbo que articulala acción.En Fuego a discreciónde Dal Masetto, el horror nose menciona con esas características,pero planea sobre la escena temporal–innominado como el protagonista–en un vagabundeo errático. Noes aquí el río Congo y su vegetaciónsalvaje, ni un barco remontando lacorriente hacia un destino inciertodonde se halla el protonazi Kurtz. Elhorror porteño y suburbano en estecaso toma la peculiaridad tácita dela escena de la dictadura: aquélla enDal Masetto, en pasajes precisosdel relato, instala alos personajes en la deriva.Puntualmente, la “nave” esaquí un Citröen destartalado,una amenaza en sí mismo porsu estado, en lo específico, porun particular agujero en elpiso –que se torna casi metafísico–amenazando “tragar” alpasajero hacia el asfalto. Esachapa podrida que permite verel camino desplazándose pordebajo, juega con el riesgo deperder pie, como una metáforade un río que traga cuerpos.28504. Ficciones críticas.indd 284-285 13/11/06 21:41:48

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