dedicatoria
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3.3.3. CASAS Y EDIFICACIONES ANTIGUAS<br />
Desde la época colonial, San Marcos fue un barrio residencial de casas de patios<br />
sencillos, un solo piso, techos de paja y paredes de adobe, habitadas por numerosas<br />
personas por casa, algunas más de 40, en promedio 17. El censo de 1797 revela que las<br />
casas albergaron en algunos casos hasta 23 personas, incluida la servidumbre.<br />
“Hubo hasta el siglo XVIII sólo unas pocas haciendas o tejares, estancos y alguna que<br />
otra chichería o gallera, a ésta se llegaba por la calle Jiménez o la calle que va a la<br />
gallera” 121 . El tipo arquitectónico de casa con patio y galerías fue el paradigma general,<br />
regía en la ciudad y en la periferia; las casas eran de estilo europeo con patios, y cada<br />
uno tenía un baño, más el baño general que había en la terraza. En este barrio, por su<br />
condición de parroquia de indios, las construcciones de una sola planta estaban provistas<br />
de corrales, caballerizas y huertos; y las casas que dan a la calle Junín tenían huertos que<br />
daban a la quebrada. A fines del siglo XVIII, las casas de este barrio estuvieron<br />
destinadas a vivienda, y en su mayor parte, tenían un solo piso, sus propietarios fueron<br />
de status secundario, destacando a artesanos, clérigos e indígenas, principalmente. De las<br />
casas coloniales de Quito que datan de los siglos: XVI, XVII, XVIII y comienzos del<br />
XIX, hay una infinidad, pero sólo pueden hallarse en los barrios antiguos como: Santa<br />
Bárbara, San Juan, San Blas, San Sebastián, Las Lomas Grande y Chiquita, San Marcos,<br />
San Roque y muy apenas en El Sagrario. “Encontrar casas del siglo XVII es bastante<br />
raro, aunque todavía las hay y muy características, distinguidas por no ser casas altas<br />
generalmente, y no tener balcones, sino por poseer ventanas y ventanillas” 122 .<br />
En la segunda mitad del siglo XIX, y durante las tres primeras décadas del XX, esta<br />
arquitectura (casa de patio) se reconstruye o amplía bajo repertorios neoclásicos,<br />
adaptándose a nuevos dictados culturales y nuevas condiciones sociales. Así, el perfil de<br />
las calles tanto del Centro Histórico de Quito como del barrio cambiaron, pues en la<br />
121<br />
PERALTA Evelia y MOYA Rolando, Quito Patrimonio Cultural de la Humanidad, 2ª Edición,<br />
Editorial Trama, Quito, 2003, Pág. 30<br />
122<br />
ANDRADE M, Luciano, La lagartija que abrió la calle Mejía. Historietas de Quito, Quito, 2003, Pág.<br />
146.<br />
167