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El pueblo mapuche - Folklore Tradiciones

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primero caía el castigo familiar y sobre el segundo y sus deudos, el malón o el arreglo porequivalencia al perjuicio.Así como los daños por brujería y el adulterio, el homicidio no era pesquisable sino por laparte perjudicada. Si algunos hubieran perseguido a un homicida sin ser parientes delmuerto, habrían contraído una responsabilidad que sólo saldaba un malón o una penapecuniaria.La conciencia araucana no se inmutaba por el asesinato de un extraño; solamente se temíala represalia. No siendo ésta realizable, el crimen pasaba por acto de valor y deconveniencia. Matar españoles se reputaba un hecho lícito y digno de alabanza.Los detrimentos corporales por heridas o golpes fueron extraordinariamente comunes entrenuestros aborígenes, debidos a sus frecuentes reuniones, en las cuales se hacía unabundante consumo de licor, se rememoraban pasadas ofensas y se producían riñasinesperadas, que solían tomar las proporciones de choques entre varios.Hasta muy avanzada la colonización española, se exteriorizaba todavía la reacciónvindicativa en la forma del talión físico, herida por herida. <strong>El</strong> desquite se considerabamenos rigurosamente obligatorio en las lesiones leves; mediante un pago de poca monta oalguna demostración de amistad, sobrevenía el olvido de la ofensa y la reconciliación. Setenían como simples incidencias personales que no comprometían a las familias. Las gravestraían aparejadas mayores consecuencias para el ofensor y sus parientes. Quedaba elprimero obligado a cancelar la deuda de venganza con objetos de plata y animales; si erainsolvente, se hacía solidarios a sus deudos. Hubo un tiempo en que esta insolvencia delindividuo y sus parientes lo obligaba a entregar algún niño para el servicio del ofendido.Cuando la parentela se obstinaba en no resarcir el daño, la del herido, si se creía fuerte,preparaba un malón.Quedaba libre de toda persecución por heridas unos individuos denominados lanemchefe,término equivalente a cuchillero, matador. Los temían mucho los indios porque los creíandotados de una virtud oculta y adquirida por misteriosa imposición mágica, que los volvíainvulnerables a las balas y los golpes, invencibles y ciegos en la pelea como animalesbravos. Esta virtud recóndita duraba un número determinado de años y se compraba con lavida de algún deudo inmediato, como hermana, madre, etc., que entregaba a cierto mitossanguinarios.Las heridas o la muerte que causaba un padre en un hijo o un marido en su mujer, nomerecían sanción alguna: eliminaban lo que les pertenecía por derecho de propiedadexclusiva; derramaba su propia sangre. Era una aplicación de la justicia íntima.Al presente quedan entre los <strong>mapuche</strong>s, designación moderna de los araucanos, vestigios delas costumbres antiguas, pues arreglan sus disputas por heridas mediante una pagaconvenida; si el que hiere se encierra en una negativa, se le acusa a la justicia ordinaria.Los daños contra las personas o delitos menores en el código consuetudinario de losaraucanos, tenían las sanciones que se expresan a continuación:

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