No botar los cabellos sino echarlos al fuego u ocultarlos, a fin de que no los halle algúnenemigo y le sirvan para hacer maleficios.De esta moral coercible salía la enseñanza oral que daban los caciques viejos a los jóvenesque manifestaban alguna desenvoltura en su trato, «de buena conversación» (inteligentes).He aquí lo que uno encargaba a un retoño de la raza:«Si el padre es bueno y amable con su familia y sus amigos, no pierda el ejemplo; que loimite, se acordarán de sus padres, dirán que lleva su costumbre, y si no, rebaja el nombre desu padre. Hay que hacer siempre como los mayores; es cosa mala no hacer como ellos, noquerer a los parientes, no trabajar; tenga dinero para que pague perjuicios si se ofrece».<strong>El</strong> último principio de conducta aconsejado por el cacique está indicando que los indiostenían otro cuerpo de prescripciones que podrían llamarse moral ordinaria y psicológica,relacionada con el bien y el mal en sí.Era también negativa, porque la noción de la justicia aparecía confusa en la conciencia delindio, interesada, que se limitaba sólo a la comunidad de parientes en la aplicación del bien;desconocía todo valor altruista. Formaba así un sistema egoísta y utilitario, en el que el bienno se amaba por sí mismo sino por el interés común de los miembros de una familia,ligados por la sangre, en realidad o de un modo convencional.Se transmitía del tipo paternal y de los mayores a los descendientes; éstos aprendían a verejemplos y a repetir actos, que formaban una especie de atmósfera que mantenía lasmaneras morales de la raza. Fue necesario que los grupos familiares ascendieran en laescala del progreso para que semejante transmisión fuera modificándose, perdiendo muchasde sus prácticas abominables.Su carácter de moral especial, limitada al bloque de parientes, que no distinguía conclaridad la noción más elevada del bien general, la ponía en contradicción formal con lajusticia, como se graba en la conciencia del civilizado.En esta clase de moralidad, se aceptaba el homicidio por el hábito social siempre que seperpetuaba fuera del radio familiar y no comprometía a la comunidad; pasaba como actoindiferente, sin alcance moral para el autor.<strong>El</strong> robo se conceptuaba una habilidad cuando se ejecutaba entre los extraños y sin losperjuicios de la represalia para la familia.La violación no se reputaba como un atentado contra la moral, sino como la apropiación deun bien personal, resarcible proporcionalmente a la importancia de la persona violada. Nosiempre se le atribuía caracteres graves, dada la libertad sexual de las solteras; siendo tabúla mujer casada, era el adulterio un crimen atroz. Fuera de ser un robo, revestía la gravedad
de romper la participación mágica que había entre el hombre y la mujer, la cual quedaba encondiciones de dañar al marido por la posesión de sus secretos, de algo perteneciente a laesencia de su ser.<strong>El</strong> infanticidio se incluía también entre los actos indiferentes, sin ninguna sanción moral, nide simple reprobación siquiera, pues se reputaba destrucción de un bien propio, sobre todocuando el recién nacido no había lactado y, por lo tanto, no participaba aún de la vida delgrupo social. No se suprimía por completo; se mantenía como espíritu para entrar enocasión próxima a una vida nueva. En este aspecto y en otros, como en el de hacer unaoperación maleficiaria con el niño muerto contra su padre, el infanticidio comportabaelementos mágicos muy pronunciados.Según las prescripciones sobre herencia del derecho indígena, las mujeres del padrepasaban a ser propiedad del hijo mayor, a excepción de la madre, el cual entraba con ellasen relaciones conyugales. Formaban parte de la propiedad del muerto y, en consecuencia,debían quedar en la familia del primer marido que las había comprado. Estas uniones quechocan al sentido moral del civilizado, tenían entre los araucanos la fuerza de unaobligación imperiosa, rara vez desatendida por motivos extraordinarios, como el de serenferma la mujer o estar sindicada de bruja.La muerte por maleficio de una persona exigía de sus deudos una venganza inmediata,sangrienta y ciega, la desaparición del homicida y en defecto de éste, el castigo y el despojode sus parientes por medio de la agresión armada que la lengua llamaba malón, malocan.No sólo no se distinguía en todo este procedimiento un principio de injusticia, sino que suolvido o postergación producía un conflicto moral entre los llamados a ejecutarlo.Dentro del círculo de esta moral mecánica, los tipos homosexuales no significaban unaanormalidad genésica, reprobada por la opinión pública y merecedora de un castigopositivo, tal como se conceptúa en las sociedades adelantadas. Los pasivos, en particular losmachi (curanderos mágicos) se hacían cuando mucho el blanco de las bromas de losjóvenes, que les remedaban el tono y los modos mujeriles, lo que no causaba el menorenojo a esos anormales.La honradez en los cambios y la veracidad se observaban únicamente entre los individuosde la familia y a los más, entre los del grupo familiar; con los extraños no existía nadaobligatorio y nada reprobado a este respecto. Pero, en el adelanto moral que hanexperimentado las generaciones contemporáneas, la estricta probidad en el pago de lasdeudas y en la entrega de las cantidades de cereales vendidas ante de la cosecha (en yerba),se dejó sentir en todas las zonas agrícolas.Sería superfluo acumular hechos de este género, de los contrarios al bien en sí; para elobjeto de dar una idea de conjunto, basta con los ya citados.Había profunda diferencia entre el sistema indígena y la moral religiosa de los españoles.La de éstos era más completa, ideal y altruista, y la otra, rudimentaria e interesada. Laprimera se inspiraba en el aforismo evangélico «ama a tu prójimo como a ti mismo» y lasegunda en el pensamiento esencial de las familias comunistas de referirlo todo al interés de
- Page 1:
Tomás GuevaraEl pueblo mapuche2003
- Page 4 and 5:
la luna, llamada en el lenguaje fig
- Page 6 and 7:
El cuadro de mitos que aún circula
- Page 8 and 9:
simpática, produce en las personas
- Page 10 and 11:
Trentren o tenten, mito antiguo del
- Page 12 and 13:
Un HuitranalhueDe HuilinaoHabía un
- Page 14 and 15:
Con cuidado levantó la manta poco
- Page 16 and 17:
anunciaba cuando había alguna guer
- Page 18 and 19:
Namuncura, argentino, hijo de Calfu
- Page 20 and 21:
exequias.- Las materias pútridas.-
- Page 22 and 23:
Durante el siglo XIX se operaba de
- Page 24 and 25:
ecibir el cuerpo tiene el nombre de
- Page 26 and 27:
Abre la marcha el jefe del duelo, a
- Page 28 and 29:
«Los panteones araucanos se distin
- Page 30 and 31:
Lo que consignan determinadamente e
- Page 32 and 33:
llevar fuego para la cocción de su
- Page 34 and 35:
El cronista Núñez de Pineda y Bas
- Page 36 and 37:
uno de sus vecinos distante como ki
- Page 38 and 39:
este método de tanteos nunca llega
- Page 40 and 41:
Una vez que el mensajero ha conclui
- Page 42 and 43: El mismo informante de los párrafo
- Page 44 and 45: importantes de su vida o de la cole
- Page 46 and 47: Abundan en los discursos de estos i
- Page 48 and 49: Será necesario insistir aquí que
- Page 50 and 51: onita forma dijo, atendiendo antes
- Page 52 and 53: pues las ideas abstractas, las gene
- Page 54 and 55: En efecto, difieren en que uno es d
- Page 56 and 57: Con los movimientos de las manos, d
- Page 58 and 59: Esta fuerza recóndita, agente que
- Page 60 and 61: mística que el indígena se repres
- Page 62 and 63: No sólo en estos puntos esenciales
- Page 64 and 65: poder siempre malévolo e inclinado
- Page 66 and 67: Mientras que la gente de guerra exp
- Page 68 and 69: «principal sistema consiste en ase
- Page 70 and 71: era que el mismo mágico simulaba l
- Page 72 and 73: Los pronósticos del huitantufe se
- Page 74 and 75: puede decirse, canta para que el en
- Page 76 and 77: fugaría desatentada, enloquecida.
- Page 78 and 79: La medicina indígena cuenta, por
- Page 80 and 81: Transformado en algún animal míti
- Page 82 and 83: Una mujer que no cuenta con la fide
- Page 84 and 85: La magia primitiva que se mantuvo e
- Page 86 and 87: El tabú consistía en tocar a pers
- Page 88 and 89: actitudes lascivas. Semejante impie
- Page 90 and 91: igual condición de sitios vedados
- Page 94 and 95: los parientes. El precepto afirmati
- Page 96 and 97: Provenía del hábito o deber socia
- Page 98 and 99: Entre los actos que no ofendían el
- Page 100 and 101: La venganza de los araucanos se apa
- Page 102 and 103: En este modo de ser tan reconcentra
- Page 104 and 105: Boldo, Peumus boldus.Pinón, Arauca
- Page 106 and 107: En una palabra, el mundo de lo mist
- Page 108 and 109: Como en la generalidad de las colec
- Page 110 and 111: la defensa inmediata tuvo que manif
- Page 112 and 113: Los perjuicios se avaluaron despué
- Page 114 and 115: interpósita persona, su propósito
- Page 116 and 117: Algunos de estos jefes de tan dilat
- Page 118 and 119: Lo que los cronistas llamaron «tra
- Page 120 and 121: Los ladrones de animales ponían un
- Page 122 and 123: Para estos despojos no existían la
- Page 124 and 125: «Antes, las mujeres, cuando traici
- Page 126 and 127: incidentes fatales e imprevistos de
- Page 128 and 129: XVIII apuntan en sus libros noticia
- Page 130 and 131: El aborto y el infanticidio.- Se cl
- Page 132 and 133: antiguo y moderno. Los cronistas de
- Page 134 and 135: La coloración negra: con la tintur
- Page 136 and 137: El tráfico que existió entre las
- Page 138 and 139: En las exhumaciones de esta cerámi
- Page 140 and 141: En el borde interior de la boca se
- Page 142 and 143:
aparecen bandas de cruces escalonad
- Page 144 and 145:
Una prenda del aparejo de montar mu
- Page 146 and 147:
de hechura chilena, trabajan de var
- Page 148 and 149:
El platero es un sujeto muy solicit
- Page 150 and 151:
Siguen en números y en importancia
- Page 152 and 153:
tiempo los plateros las imitaron a
- Page 154 and 155:
Constituía un suplemento important
- Page 156 and 157:
Cazaban la perdiz, vudú, describie
- Page 158 and 159:
Un considerable número de familias
- Page 160 and 161:
había unos instrumentos muy genera
- Page 162 and 163:
A juzgar por la etimología de ese
- Page 164 and 165:
habituales. Para los que habitaban
- Page 166 and 167:
Las múltiples labores que exige la
- Page 168 and 169:
En esa misma época hasta la pacifi
- Page 170 and 171:
La túnica o chamal, que se alargó
- Page 172 and 173:
Los rasgos raciales de las agrupaci
- Page 174 and 175:
1 de Huequen, cerca de Angol, 80.00
- Page 176 and 177:
Se puede asegurar con entera certez
- Page 178 and 179:
La antigua comarca de Maquehua, col
- Page 180 and 181:
Huilliches del sur del río Toltén
- Page 182 and 183:
Otro era la edad de la mujer, avanz
- Page 184 and 185:
En otro tiempo en que la guerra era
- Page 186 and 187:
que fue quedando vacante y que ocup
- Page 188 and 189:
Imita el juego de la chueca con otr
- Page 190 and 191:
carretas y otros de menor importanc
- Page 192 and 193:
Limpia el servicio y lava alguna ro
- Page 194 and 195:
guerrero, etc. De carácter social:
- Page 196 and 197:
Otro de los juegos de azar y de agi
- Page 198 and 199:
En estas canciones no hay versos pr
- Page 200 and 201:
y te digo seas médica»;por eso co
- Page 202 and 203:
Pincuihue, colihue como de media va
- Page 204 and 205:
La superficie de las piedras se pre
- Page 206 and 207:
Su elaboración se remonta, a no du
- Page 208 and 209:
Las machis poseen también el troqu
- Page 210:
Necesario es advertir, para termina