MANUAL-DOCENTE
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8<br />
Unidad Formativa<br />
198<br />
– La información grupal que nos suministre actividades de dinámica de<br />
grupo y del tutor o tutora de clase.<br />
Pasar de largo por esta etapa programática inicial supone un desliz que<br />
podría explicar las causas de los consecuentes tipos de errores del alumnado y,<br />
por tanto, del fracaso en el rendimiento escolar o tutorial.<br />
En cuanto a los contextos, aludir de forma especial a aquellos que aparecen<br />
en los Decretos 230/2007 y 231/2007 que tratan de asegurar el alcance de objetivos<br />
autóctonos para la comunidad andaluza y aportan mayor cercanía y perfección<br />
a la oferta estatal. Además, es importante que las tareas se diseñen presentando<br />
problemas de tipo cotidiano, es decir, que representen problemas de<br />
los entornos con los que normalmente se enfrentan o se enfrentará nuestro<br />
alumnado, evitando en lo posible la ficción y, con el mayor grado posible de<br />
transferibilidad a otros contextos que esté en nuestras manos.<br />
Nivel 2º<br />
Otro aspecto fundamental en la adquisición de los objetivos de área y de las<br />
CCBB, es recordar que la propuesta curricular estatal no ha de ser desarrollada<br />
forzosamente de forma completa y literal por todo el grupo de alumnado y con<br />
la misma temporalización de su propuesta. De ser así, además de que siempre<br />
nos faltaría tiempo para llevarla a cabo, suceso frecuente al que se ve abocado<br />
el docente que no realiza concreción curricular alguna, no se permitiría la existencia<br />
de los siguientes tres niveles de concreción. Toda programación didáctica<br />
que pretenda ser útil y realista, previamente ha modificado o completado las<br />
propuestas estatales mediante un ejercicio intenso y sistemático de reflexión,<br />
fruto del análisis y diagnóstico llevado a cabo en departamentos, ciclos, equipos<br />
educativos o por cada docente. Se trata de priorizar unos contenidos sobre<br />
otros en función de los contextos y niveles de partida. La idea de que esto puede<br />
parecer en un principio una pérdida de tiempo, es rápidamente rebatido ante la<br />
observación de ver cómo esta medida nos reporta eficiencia y ahorro energético<br />
en el posterior desarrollo del currículo.<br />
No necesariamente todo niño y toda niña ha de comer solomillo, hamburguesas,<br />
dulces o refrescos para obtener una correcta nutrición. Basta con que<br />
nos aseguremos de que los alimentos cocinados contengan los nutrientes básicos.<br />
Del mismo modo, podemos concretar los currículos atendiendo a los contextos,<br />
recursos, niveles y características psicopedagógicas de nuestro alumnado<br />
eliminando o modificando aquellos contenidos que pudieran entorpecer el<br />
desarrollo madurativo de nuestros aprendices y aprendizas. Todo ello, con la