As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

José María Manuel García-Osuna y Rodríguez
El 19 de enero del presente año 1062 donan al obispo Jimeno tierras en Villariezo,
el prelado da 180 sueldos de plata a los reyes leoneses. El 1 de febrero dan fueros a
Santa Cristina; el 20 de abril el abad García de Arlanza recibe la villa de Santa Inés;
presiden el pleito judicial entre el conde Ordoño Romániz, que se había apropiado de
forma indebida de hombres y tierras en las villas de Soutelo y de Fornadeiros, y el abad
Arias de Celanova, este último sería el vencedor, quien, no obstante, dejaría las villas
en usufructo al magnate hasta que muriese, pero sin estar incluidas las personas. «En
el 1 de septiembre va fechado el diploma en el que de orden de Fernando I, se nombran
investigadores y juez para resolver el pleito entre el obispo de Lugo, don Vistrario y
los habitantes de las villas bracarenses, Columnas, Gonderiz, Subcolina y Tornarios,
quienes declararon haber pertenecido siempre a la Iglesia de Braga» 53 .
37. Las guerras del año 1063-
En el principio el monarca de León aceptaba las parias como precio del vasallaje, la
conquista del territorio ya vendría a posteriori, además la existencia de reinos feudatarios
estaba concebida dentro de la idea política del Regnum Imperium Legionensis. En
esta tesitura el rey Al-Muqtadir de Zaragoza se vio en la obligación de pedir ayuda al
rey de León, para conseguir liberar a la población de Graus del acoso de las tropas del
rey Ramiro I el Monje de Aragón, las tropas enviadas fueron castellanas y a las órdenes
del infante Sancho, que iba acompañado por un joven Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid
Campeador, de veinte años de edad. «Sancho había desposado a una hija de la reina
Estefanía. Cuando le traían la novia, le tendió una emboscada el infante don Sancho,
hijo de García rey de Pamplona y de una concubina; ambos se amaban ardorosamente.
La raptó y huyó con ella al rey moro de Zaragoza y al reino de su tío el rey Ramiro
que, por sus prendas, lo quería como a un hijo. Bramando venganza, el infante burlado
marchó a Zaragoza al mando de su ejército. El rey Ramiro le salió al encuentro con
sus tropas y, trabada la batalla, fue muerto en la ciudad llamada Grado, en la era de
MCVIII» 54 . Aunque está claro que existen errores, por parte del cronista, en la datación
de los años, ya que el monarca aragonés citado moriría más tarde, concretamente el
8 de mayo del año 1063 en Graus.
Una vez solventado el compromiso con la taifa zaragozana, el propio monarca leonés
se dirigió hacia los predios del atrabiliario, trapacero, bellaco y cruel rey Al-Mu’tadid
de Sevilla, de la familia de los abbadíes. Su paso hacia la Bética fue demoledor, asolando
y devastando tierras llegó a Mérida en los albores del otoño. El régulo hispalense
citado se presentó en son de paz y humillándose sin ningún rubor, cargado de oro y
de lujosas manufacturas. La curia regia leonesa aconsejó al monarca que aceptase las
dádivas del rey andalusí, volviéndose luego hasta León, si además, condición sine qua
non, se añadían las reliquias de la mártir romana, Santa Justa. En este año de 1063 la
actividad diplomática de Fernando I y Sancha no va a cejar, donando al abad Íñigo de
53 Blanco Lozano, REG. ID., op. cit. ibíd., 120.
54 Crónica Najerense, L. III.
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NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010