As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

17. LIBERTICIDIO
Tres voces proletarias coruñesas
Insiste Lores neste traballo na crítica da moral e da actitude burguesa e no seu
concepto de liberdade, unha liberdade na que o autor ve a raíz das penurias que sofre
a clase traballadora.
¡Oh, la libertad! Es la razón suprema con que los falsos esconden su falacia; es la
palabra hermosa que ocupa el pináculo de toda idealidad pura, pero que también sirve
de manto, no ya a concupiscencias, sino a sus mismos detractores.
Hubo un tiempo en que una casta se cobijaba a su sombra entonándole el hosanna
porque en esa condición propia de todo ser habían encontrado ellos solos la égida que
amparaba sus abusos y protegía inmunidades a costa de sacrificios que la sangre de
múltiples mártires convertidos en inconsciente horda de bestiales y feroces guerreros
negaba con prodigalidad, de ahí que llamáranla emancipación divina, soplo que a Dios
placía conceder a cambio de una supeditación estúpida, de la que el sacerdocio del
dogma se valía consagrándose a formar criaturas sin voluntad propia, con desapego
a la vida, poniéndoles por Norte el temor, el pesimismo, el sometimiento humilde, la
incapacidad, el castramiento de las energías, la muerte de toda vitalidad física, de ese
[falta texto]
Para esto es la libertad que piden y proclaman políticos y sacerdotes. El “dejad
hacer, dejad pasar” de Rousseau, para los de arriba; para los demás, la obediencia
ciega, que hace resignados a los débiles, trocándoles en miserables, para quienes la
pobreza, el hambre, la desnudez, es algo imprescindible e innato; con ello logran su
objeto: alejan la dignidad, practican la denigrante limosna, inspirando lástima, que
es el compadecimiento del satisfecho hacia los desposeídos, sentimiento nacido a
impulsos de las injusticias reinantes que mantienen distanciados a los hombres por
divisiones hondas, traducidas en jerarquías sociales que tuvieron su origen en edades
de salvajismo religioso, que priva aún en la península ibérica, alimentado por poderes
que anatomizan con tesón los pueblos y el análisis científico pulveriza.
Estos son los grandes delincuentes, cuya misión no es otra que practicar el liberticidio,
echando mano del sofisma para declarar que si la libertad es necesaria debe extenderse
su amplitud a consentir que unos gocen mientras otros sufren, que éstos rían mientras
aquéllos lloran, que la abundancia nace entre los que no producen para que los
trabajadores entreguen su esfuerzo sin más satisfacción y estímulo que el que le ofrecen
ya el sacerdote con sus bendiciones, ya el militar con su disciplina, ya el político con
su palabra, ya el comerciante con sus robos.
Y para demostrar las razones que abonan tan liberticida sistema confabulan el fatalismo
con la libertad, y aunque el antagonismo está manifiesto y la contradicción palpable, el
desatino se mantiene porque para todo sobra palabrería en el mundo. ¿Qué les importa
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 231