As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

El emperador leonés Fernando I
de Astorga, hasta el punto de dar muerte al sayón regio, Berino, que había sido enviado
para investigar el asunto. Fernando I y Sancha encarcelarán a todos los villanos del
mencionado pueblo, para ejemplarizar la vida del reino, de acuerdo con los sagrados
cánones y el Fuero de los Jueces de León.
5. La Iglesia Católica y el rey Fernando I de León
Los obispos y abades tienen una gran autoridad en las cuestiones del espíritu y también
en la política, y daban consistencia y estabilidad al reino, los obispos eran nombrados
por el monarca de entre los notarios de la curia regia o entre los abades más prestigiosos,
solían acompañar al rey en sus desplazamientos, por lo que permanecían largas
temporadas fuera de su jurisdicción, actuaban como consejeros regios y jueces en los
pleitos reales. Cuando Fernando I de León está en el trono leonés los mismos son:
Sampiro de Astorga (1035-1042); Pedro de Lugo (1022-1058); Alvito de Mondoñedo
(¿-1042); Froilán de Oviedo (1034-?) y Cresconio de Compostela (1037-1066). El
obispo Sampiro tenía un enorme prestigio y había estado al servicio de la curia regia
leonesa con los reyes Vermudo II el Gotoso, Alfonso V el Noble, Vermudo III y Sancho
III Garcés el Mayor. Cresconio capitanearía tropas leonesas con el rey Vermudo III
contra Fernando I en la ya mencionada batalla de Tamarón, todos ellos confirmarán a
Fernando y a Sancha como reyes de León.
El obispo Julián de Burgos (1026-1043) va a ser el único prelado castellano en la
curia regia del nuevo rey leonés, Fernando I; la nueva diócesis de la leonesa Palencia
va a ser favorecida por los reyes Sancho III y Vermudo III; sus obispos son de origen
catalán, tales como: Poncio (1035) y Bernardo (1035-1040), que será el encargado de
recibir el fuero, el 19 de abril del año 1042. Fernando y Sancha aunque aceptaron la
colaboración de los obispos que habían sido fieles al fallecido Vermudo III, muy pronto
procuraron substituir a algunos de ellos. En un diploma del año 1046, Fernando I de
León recuerda como halló gran cantidad de iglesias saqueadas, “pero yo, el rey, con la
ayuda de la Divina Providencia y por ella protegido, cuando conseguí el reino y el trono
de gloria de la mano del Señor… hicimos ordenar obispos para aquellas sedes al fin
de restaurar las iglesias y reavivar la fe cristiana… Uno de ellos fue Pedro (Gundúlfiz),
al que hicimos consagrar obispo de la catedral de Santa María de la sede asturicense” 8 ;
el substituido era un valetudinario y achacoso Sampiro; también va a substituir a Servando
de León por San Cipriano de Sahagún, a pesar de que aquel le había consagrado
como rey de León, un 22 de junio de 1038 en Santa María de León. «Onde acaesçió
que estando un día en la iglesia de Sancta María de León, que auía venido a oyr misa,
y mirase a un subdiácono que ministraua con vna uestimenta rota de sirgo, y, después
desto, mirando a cada vno diligentemente, vio algunos moços clérigos de essa iglesia
estar en el coro con los pies descalços, dio a esa iglesia muchas vestiduras de sirgo para
el seruiçio diuinal, y otorgó que ouiesen para siempre en cada año quinientos sueldos e
8 Blanco Lozano. Diplomática de Fernando I de León, Doc. 31.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 81