As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Tres voces proletarias coruñesas
relativamente en los antiguos tiempos, no tuvo su pequeña civilización? ¿No se ha
muerto al fin? …
Toda revolución lleva en sí el germen de las injusticias, la indignación. Nace, cuando
rebosa la copa del sufrimiento, y cuando termina, deja en pos de sí un adelanto, una
mejora que directa o indirectamente siempre se reconoce.
Suele pasar que se la detiene, encauzando su curso, y al hacerlo, sus corrientes suelen
ser más fuertes, causando el natural desbordamiento.
Ahora bien, la evolución por sí sola es lo mismo que la máquina sin el elemento motriz;
permanecería cual está estacionada y marchando con una lentitud insensible y causaría
no sólo infinidad de víctimas, sino que también el progreso sufriría las consecuencias,
porque se adulteraría la verdad y todo iría caminando torcido; y aquí lo que se busca es
el recto, imposible, aun cuando haya que minar para destrozar obstáculos, a la cumbre
de cualquier aspiración.
Por la revolución se ha llegado a derribar todo el absolutismo; por la revolución
variamos la clase de régimen feudal (porque yo entiendo que el ejército es un resto
de ese odioso régimen); por las revoluciones religiosas, llegamos a desdeñar todos los
dogmas y de aquí el pensamiento libre; y por la revolución también las ideas aumentan
sus prosélitos; para pruebas, la Historia.
¿Hay acaso algún adelanto en el mundo que no se deba al impulso dado por una o
varias revoluciones?
Negar la Revolución es negar el Progreso; por todo lo expuesto y algo más que diremos,
confesamos que ese es nuestro procedimiento, procedimiento legal en todo tiempo y
en todas ocasiones, declarado potentemente por todos los que nos combaten.
La idea más revolucionaria es y será, mientras no triunfe, la Anarquía.
Cuando se siente el hambre, el frío y las enfermedades aumentan a causa de tanta
necesidad, cuando no se ama al prójimo sino al dinero y a la explotación; cuando se
esclaviza, compra y vende a la mujer y al hombre, al niño o al anciano, cuando se
escarnece, se martiriza, se amordaza, se mata y se cometen toda clase de iniquidades
con el hombre que da vida, confortación, bienestar, al hombre que tiene más derecho a
lo que produce Natura que nadie, porque después de ellas, él lo es todo; con el obrero
en fin, ¿qué corresponde hacer a éste? ¿Revolucionarse?… Es poco… Hacer como
Satanás: tener unas calderas grandísimas, no con agua hirviendo, sino con petróleo
para después inflamarlo y así no quedarían restos de explotación, y la burguesía no
sería entonces más que una palabra anticuada.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 205