As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

16. EL PAUPERISMO
Tres voces proletarias coruñesas
Comenta Lores a situación de penuria e fame xeneralizada que padece Andalucía,
así como as dificultades polas que atravesa a clase obreira catalá, responsabilizando
desta situación á clase política gobernante.
El hambre, silenciosa, pero asoladora, cruza la península española.
Es en la fértil Andalucía donde más se ceba, en aquella Andalucía de ricas vegas, país
de galas y primores, recreo de potentados, flor de un día para los trabajadores, tierra de
alegrías y dulzuras para los satisfechos e ingrata para los desheredados.
Pero no abusemos de las figuras de dicción, ¿es que la tierra andaluza puede ser objeto
de reproche? Nunca. Yo no la he pisado, pero mi imaginación la ha soñado; con un
cielo purísimo y un clima que convida, apenas ha visto cruzar en su atmósfera el ligero
copo de nieve; en sus aguas, en sus vergeles, en sus costumbres hay algo encantador
que fascina y atrae.
La abundancia en aquel país contrasta con la sobriedad de los productores, ¿quién
no sabe lo que es un gazpacho? Los hay de muchas clases, pero siempre es ligero,
frugal; y es que aquel ambiente embalsama la vida con más fuerza que el etéreo de las
regiones heladas.
Pero a pesar de esa sobriedad, de esa corta exigencia del estómago, poco costosa, no
pueden, no tienen que comer.
¿A qué es debido esto? Repitámoslo una vez más: a la propiedad, que es robo; al
acaparamiento, que usurpa; al capitalismo, que es monstruo insaciable, vampiro voraz.
¡Allí hay propiedades inmensas, cuyos dueños quizás no las conocen sino por sus
títulos; y la tierra, que como el aire y el agua es de todos y para todos, sirve de jugueteo
al hombre que manda llenarla de oxigenantes flores para que, recreándole, den
combustible a sus exhaustos o sanos pulmones, robustecidos por la quilificación de
alimentos nutritivos. Y todo a costa de la vida de multitud de semejantes, de familias
con angelicales criaturas, que sirven al potentado para formar el nimbo glorificador de
un dios tan criminal y zoquete como él.
Y el hambriento se subleva, exige, reclama, cansado ya de suplicar, y la guardia civil
acude, cual cosaco, hace muertes, da tajazos, atropella, destruye vidas que piden lo que
precisan, lo que les corresponde, lo que la decantada civilización niega al que no tiene
ni puede dar una moneda, ese signo afrentoso que como inri nos coloca el capitalista
en las manos cuando quiere.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 229