As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Carlos Pereira Martínez y Ana Romero Masiá
Tiranía, vejaciones, explotación, miseria, depravación; todo lo malo que puede
imaginarse, es lo que la organización social produce y que más intensamente sufrimos
los desheredados al patrimonio universal; es, pues, una imperiosa necesidad hacer guerra
sin cuartel a las instituciones que tales monstruosidades nos legan, hasta exterminarlas;
nuestros compañeros de Chicago nos han enseñado el camino. Sigámosles.
J. SANJURJO (El Corsario, 11-11-1892, nº 127).
2. LA CRISIS OBRERA EN LA CORUÑA. UNA OPINIÓN
Laméntase Sanjurjo neste artigo da crise xeral que padecen os obreiros coruñeses,
especialmente os da construción, pola escaseza de obras e pola avaricia dos patróns,
que non dubidan en despedir os traballadores xustamente cando máis necesitan do
salario: no inverno.
Todos los inviernos se observa carencia de trabajo. Es ya viejo el mal, que con mayor
o menor intensidad se padece periódicamente. Algunas industrias, sin duda, vense
forzadas a cesar o disminuir su movimiento cada invierno por su carácter especial, por
su propia condición de temporalidad; pero éstas son las menos, y casi no afectan de un
modo sensible a la normalidad; son sólo pequeños factores agregados a la suma total.
Lo que constituye el gran número, lo que aquí ocupa a la mayoría de los trabajadores es
el ramo de la construcción contados sus similares, y éste sí que no tiene cualidad alguna
que justifique la crisis de trabajo que cada invierno se produce –y el presente más que
ninguno desde hace nueve o diez años acá, que alcanzó iguales proporciones- y tan
solo en una excesiva avaricia tiene su origen, avaricia fundada en la menor duración de
la jornada, que obliga a disminuir los días cortos. Y cuando el frío, la lluvia y el viento
que azotan el rostro exigen mayor alimentación, más abrigo y confort, qué blasfemia!
es cuando el obrero, el productor de todas las riquezas y su único dueño –con perdón
sea dicho de los señores economistas- se ve privado del mísero jornal que escasamente
y solo haciendo verdaderas proezas de equilibrio las pobres mujeres, puede llegar para
ir tirando en el verano, cuando el sol, que a todos calienta, sustituye al abrigo y sirve
de medio alimento.
Es costumbre inveterada el despedir gran número de obreros de las obras en construcción
al llegar el invierno, y este año, si bien en pocas obras se hizo, porque pocas había en
disposición de hacerlo, no por eso se faltó a la consigna. En otras, en que por el estado
en que se hallan podría encontrar colocación regular número de obreros, sólo con una
poderosa recomendación o pertenecientes a determinado partido político se obtiene
trabajo, por ahora.
Las construcciones comiénzanse generalmente en la primavera, o por lo menos es
entonces cuando se admite a trabajar al mayor número, con objeto de coger el verano
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NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010