As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

El emperador leonés Fernando I
en el Fuero Juzgo o de los Jueces de León. En su diplomática casi siempre aparece
León por delante de Castilla y, en muchas ocasiones, sólo se define como rey de León.
En el territorio leonés celebraba sus concilios y sus curias regias, en la caput regni se
encontraba su iglesia predilecta y su panteón, y desde la ciudad imperial gobernaba sus
múltiples territorios. Era muy religioso y favorecía a iglesias y a clérigos. Vivió con el
remordimiento de las muertes causadas, por él, de su cuñado Vermudo III de León, y
de sus hermanos García de Pamplona y Ramiro de Aragón. Fue un gran cruzado contra
el Islam, y pensó en expulsarlos más allá de Gibraltar. «Surgió el déspota Fernando,
hijo de Sancho, rey de los Gallegos, por tierras de Al-Andalus con su ejército cristiano…
tratando de dominar a todos ellos [los emires] y se hartó de cobrar parias y no se
sació más que con ocupar los reinos y arrebatarlos del poder islamita» 83 .
55.La autoridad regia del emperador Fernando I-
El 28 de junio de 1046 afirmaba el monarca: «Bajo el imperio divino y el de su Madre,
santa María, siempre Virgen, yo Fernando, rey por la gracia de Dios… cuando nos, por
intervención de la divina clemencia y protegidos por la divina misericordia, escalamos
la suprema potestad del reino y recibimos el trono de gloria de la mano del Señor». La
concepción de la realeza es teocrática y así se había desarrollado en el reino de Oviedo
u Ovetao Regnum, heredero del nacido, en Cangas de Onís, Asturorum Regnum, luego
en el reino de León o Regnum Imperium Legionensis y en el condado de Castilla,
lugares todos ellos donde monarcas y condes se intitulaban “por la gracia de Dios”.
Durante el mandato de Fernando I va a aparecer la iussio regis o justicia del rey, que
va a subrayar el poder omnímodo del monarca, que es a la vez el padre del pueblo.
Olvidaría las leyes pamplonesas y reviviría las ancestrales leonesas. Las sanciones y
los castigos se hacían: «de acuerdo con lo que hallamos instituido en los sacratísimos
cánones y en la ley gótica sobre insurrecciones y contra los rebeldes a las disposiciones
del rey en el libro segundo y en su título, escrito por los antiguos santos padres» 84 .
El poder regio se extendía a todos los lugares e instituciones del reino, pero motu proprio
el monarca podía renunciar a ejercer su potestad en ciertos territorios, por medio
de los cotos, foros y señoríos, sin abandonar los puestos jerárquicos de prelación
personal como generalísimo del ejército o el de supremo juez en la tierra. Fernando I
debió concitar el incipiente feudalismo, que había mamado en la corte pamplonesa de
su padre Sancho III Garcés; gobernaría en una Castilla condal y concejil, que era la
tierra de su madre, la reina doña Mayor de Pamplona, y acabaría siendo rey-emperador
del León de los señoríos, todo parece indicar que en su forma de gobernar prevalecerán
las costumbres de la dinastía ástur en el Reino de León.
83 Ibn’ Idari, op. cit.
84 Blanco Lozano, op. cit. Diploma del 28 de junio del año 1046.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 127