As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

1556 a 1598: Felipe II y la reunificación de los reinos
Crónicas de las Guerras Galicia-Portugal
Protagonistas: Felipe II, D. Antonio-Prior de Crato, Fernando de Castro-Conde de
Lemos, García Sarmiento
La muerte de D. Sebastián, rey de Portugal, ocurrida en los campos de batalla de Africa
en 1578, dio lugar a que la corona recayese en su tío el cardenal Don Enrique, que
falleció al poco tiempo sin sucesión, por lo que fue el último de la dinastía de Avis.
Por línea dinástica llegó a Felipe II, título también pretendido por el duque de Saboya,
el de Parma y el de Branganza, lo mismo que don Antonio Prior de Crato (u Ocrato),
hijo bastardo del infante don Luis de Portugal.
En Lisboa logra D. Antonio Prior de Crato que lo proclamen rey en 1580. Felipe II
envía sus ejércitos al mando del Duque de Alba y toma los pueblos de la frontera portuguesa
con Badajoz. Reunidas en Thomar (cerca de Coimbra) las Cortes del Reino,
declararon a Felipe II Rey de Portugal y de los Algarves por legítimo sucesor, mientras
tanto el pueblo seguía mostrándose a favor del prior de Crato.
Los portugueses tomaron las armas pero el Duque de Alba derrotó en Cascais las tropas
que formaron los de Crato, y de allí entró en Lisboa al frente de 18000 hombres y
3000 caballos. Esta derrota, así como otra que siguió en el puente de Alcántara, obligó
a don Antonio dejar Lisboa y retirarse con los restos de su ejército a Coimbra, y de allí
a Oporto y a Viana do Castelo.
Tan pronto como el duque de Alba tuvo noticias de esa retirada de las tropas hacia la
frontera con Galicia, dio orden a don Sancho Dávila, maestre de campo, para que se
pusiese al frente de los tercios reunidos en Pontevedra a las órdenes de don Fernando
de Castro, Conde de Lemos, y de los que estaban en Verín a las de don Gaspar de Acebedo
y Zúñiga, Conde de Monterrey, -y entrase con ellas en Portugal por Tui y Chaves.
Los tercios que mandaban estos dos condes gallegos, cuando se reunieron con Sancho
Dávila, ascendían a 10.000 infantes y 1500 caballos. Pasó nuestro ejército primero el
Miño y luego hasta el Duero, derrotando a los del Prior de Crato, y quedó el reino de
Portugal unido al resto de la Península.
Don García Sarmiento Señor de Salvatierra, y don Pedro de Sotomaior, capitán y regidor
de Pontevedra, en nombre de su majestad, se apoderaron de las villas de Monzón,
Melgazo, Valença, Vilanova, Camiña, y otros pueblos de la ribera del Miño. Desde
esta época hasta el final reinado de Felipe IV, hubo plena armonía entre gallegos y
portugueses.
La unidad territorial galaico-portuguesa fue un hecho: ya no había ríos ni cordilleras
que separasen a los gallegos brácaros de los lucenses; ya no rivalizaban ambos pueblos;
ya no existía aquel reino de Portugal desprendido en el siglo XI de la corona de
Galicia.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 347