As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

José María Manuel García-Osuna y Rodríguez
C) El Clero. Que eran los obispos y abades o alto clero y el bajo clero que se asimilaba
al campesinado.
D) El Campesinado. Vivían del trabajo de la tierra. Eran la clase social más numerosa,
porque la casi totalidad de la riqueza de la Corona procedía de los frutos de la agricultura.
Se dividían en varios grupos, según su independencia frente al magnate, su
grado de libertad y sus derechos de propiedad. Los hombres libres eran pequeños
propietarios y eran calificados como “hombres buenos”; otra clase de propietarios
libres eran llamados “hombres de behetría”, que limitaban su independencia
buscando la protección de nobles y magnates a los que elegían libremente, si la
adhesión era colectiva se hablaba de villas de behetría; además había una tercera
categoría de campesinos, que tenían una libertad mínima, condicionados a su sujeción
al terruño y eran incluidos en este cuando la tierra cambiaba de dueño.
E) Los Siervos. Se llegaba a este estatuto, tan bajo, por cuestión de nacimiento o por
cautividad en la guerra o por deudas impagadas o por propia elección, podían ser
manumitidos elevándolos a la categoría de libertos.
F) Los Merinos. Eran los administradores de pequeños territorios en nombre del noble
o del monarca de turno, eran recaudadores de impuestos y reclutaban soldados para
el monarca o el noble de que se tratase.
G) Los Sayones. Llamados también scurros, se encargaban de ejecutar las sentencias,
y perseguían y detenían a los delincuentes.
59. La Fe religiosa católica del rey Fernando I de León-
Fernando I y Sancha eran profunda y sinceramente católicos y favorecían a la iglesia
católica en sus instituciones y en sus clérigos. Los cristianos del Alto Medioevo atribuían
el cataclismo del triunfo sarraceno, en Guadalete, en el año 711, a los continuados
delitos de los monarcas godos de Toledo. Por lo tanto las derrotas frente al Islam
eran el castigo ineluctable por los pecados del pueblo y de sus gobernantes, mientras
que las victorias se producían por la ayuda de la Divina Providencia. «Este horrendo
crimen fue la causa de la pérdida de España. Reyes y sacerdotes abandonaron la ley del
Señor y la espada de los sarracenos acabo con los ejércitos godos» 85 .
En los tiempos del rey Fernando I el Magno de León y de Castilla, el obispo Sampiro
(344-345), cronista y notario regio, escribía: «… por los pecados del pueblo cristiano
creció la muchedumbre ingente de los sarracenos. Su rey, que había tomado el falso
nombre de Almanzor, que no tuvo par en el pasado, ni lo tendrá en el futuro, de acuerdo
con los sarracenos de ultramar y con toda la raza de los ismaelitas, invadió las
85 Crónica del rey Alfonso III el Magno de Oviedo y de León, 26.
130
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010