As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Carlos Pereira Martínez y Ana Romero Masiá
Pero ¡qué contraste no forma con ese sapientísimo marino, esa multitud de dependientes
del Vaticano! ¡qué contraste, el desinterés de Colón por las riquezas, con la Monita
secreta del jesuitismo!... Colón, aquel hombre moderado, que sin medios aún para
vivir imploraba caridad; aquel hombre superior, que sin pensar ni temer a lo que
le pudo sobrevivir, dados los pocos conocimientos de aquellos tiempos, atravesó
fronteras para proponer a varios poderosos la práctica de su teoría, del ideal que
su mente acariciaba; aquel hombre que no desmayó ni un ápice, a pesar de recibir
infinidad de desengaños; aquel hombre que traía consigo su inmortalidad y que nos
abrió los límites de la Geografía para que reconociésemos una Historia nueva, que
abrió un vastísimo campo a los astrónomos, a las ciencias, a las artes, aquel hombre no
hay con quien compararlo, el mismo Jesucristo, este eminentísimo filósofo fundador
del Cristianismo, no es más que un átomo a lado de Colón, Jesucristo no hizo más que
predicar doctrinas impracticables para sus mismos discípulos pero Colón hizo algo
más, digo mal, hizo mucho más.
El gran Continente americano, la Oceanía y parte de las regiones polares nos son
conocidas debido a su inmortal iniciativa.
Un hombre como Colón no se encuentra en los palacios, y menos en medio de esa
haraganería, que llaman aristocracia, porque de ésta sólo salen déspotas y opresores,
mientras que del pueblo vil (1) sale un corazón rebosando nobleza, honrado, valiente
y arrojado: sale Colón, como salieron y saldrán otros sabios.
¿Cómo no hacerse acreedor a todas las alabanzas un hombre que cual él, escuchó
y recibió impasible y con resignación, como un bofetón, aquella burla con que le
correspondieron al dar a conocer su proyecto en Salamanca?
¿Cómo no merecerlo todo Colón, si a aquella burla imbécil, respondió poco tiempo
después asombrándolos con su descubrimiento?
Ahora bien: ¿qué fue útil el descubrimiento del Nuevo Mundo?... Solo para ensanchar
los límites de muchos conocimientos, pues abrió vasto campo a los estudios de la
Astronomía y de la Filosofía, y otros muchos, algunos de ellos de ciencias desconocidas.
Todo lo demás fue aumentar la opresión, el autoritarismo, la explotación de aquellas
riquezas innatas del suelo endémico de América.
Mas, ¿qué fue ese descubrimiento para el anarquismo?... Hoy nos lo explicamos como
un axioma: allí estaba la demostración práctica de parte de nuestro ideal; allí, en varias
regiones, se practicaba el cambio mutuo de lo que producían, desconociéndose por
completo la moneda, ese vil metal a que tanta afición muestra el polemista del colega
ovetense y a quien me honraría mucho en convencer de sus errores, si mis múltiples
ocupaciones no me lo impidiesen.
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NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010