As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

El emperador leonés Fernando I
fronteras cristianas y arrasó gran parte del territorio de sus reinos al filo de su espada».
Por todo ello se tenía la convicción de que todo lo que se lograba en La Reconquista se
producía, por la ayuda directa y la decisión de Dios Todopoderoso, del Cristo-Dios, de
la Santísima Virgen María y de Todos los Santos, por lo que las victorias se producían
por el derecho del monarca cristiano a recibir todo el auxilio divino pertinente. «Nos a
Dios Todopoderoso falesciendo, ha nos Él falescido; Lo que ganaron otros, hemos nosotros
perdido; Partiéndonos de Dios, hase de nos partido; El bien de los cristianos por
eso es confondido» 86 . Fernando I de León era el rey por la gracia de Dios y su misión
salvífica era aquella de defender al catolicismo y recuperar la tierra, que había sido
arrebatada por la morisma. Los altos clérigos intervenían en el palatium regis y aunque
la iglesia se imbricaba en el Estado del Alto Medioevo, era el propio monarca quien
dominaba a la iglesia católica, y nombraba y defendía a sus máximos pastores, que
eran los obispos y los abades; jerarquías que, a veces, eran nombradas desde dentro de
la propia familia regia. El clero, sobre todo el Alto Clero, poseía fuero e inmunidad.
«Los monasterios formaban una verdadera potencia política y económica, y eran los
poseedores de una buena parte de la tierra. Lo invadían todo, porque eran muchos y
gozaban de gran poder. Eran, al mismo tiempo, exponente de la religiosidad de aquella
sociedad» 87 .
«El reino entero semejaba a las veces un solo y gran cenobio… En ningún otro país
de Occidente se acumularon tantos monasterios y tantas iglesias en tan reducido
espacio geográfico» 88 . Los cenobios y la religiosidad, que emanaban hacia la sociedad
eran el resultado de una inextricable religiosidad popular. Las fundaciones podían
provenir del resultado de una victoria bélica frente a los mahometanos o para albergar
las reliquias de algún santo, pero casi siempre evocador del maremagnum bélico ismaelita.
El máximo exponente del aserto citado es el Panteón Regio de San Isidoro de
León. Los obispos y abades de la Corona de León, conformada por los reinos de León
y de Castilla, florecieron en número de santos y varones ejemplares; coincidentes en la
curia regia de Fernando I fueron los santos siguientes: Alvito de León; Ordoño de Astorga
como obispos, y Fagildo de Antealtares, García de Arlanza, Sisebuto de Cardeña,
Íñigo de Oña y Domingo de Silos, en el grupo de los abades.
60. El culto jacobeo de Compostela-
El Camino Compostelano o Camino Francés, se va a ir organizando ya desde el siglo
IX, con el descubrimiento de la posible tumba del apóstol Santiago el Mayor, y será
en la época del autoproclamado rey leonés, Sancho III el Mayor de Pamplona y de
Nájera, cuando el Camino Francés se va a acercar al territorio de la meseta leonesa,
aprovechando las calzadas y los puentes romanos, además esta nueva ruta riojana, que
substituyó a la alavesa, le iba a permitir al monarca de los vascones atacar al propio
86 Poema del conde Fernán González de Burgos, edición de 1943, apud P. Luciano Serrano.
87 A. Viñayo, op. cit.
88 A. Linage. Orígenes del Monacato, 1973.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010 131