As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Carlos Pereira Martínez y Ana Romero Masiá
11. EL 1º DE MAYO
Valora Sanjurjo a celebración do Primeiro de Maio como conmemoración
revolucionaria e culpa aos conservadores e socialistas de modificar o seu sentido
orixinal.
Tuvo su origen en la reunión de delegados de la Federación de los Trabajadores de
los Estados Unidos y Canadá celebrada en octubre de 1884 en Chicago, y su primera
manifestación, grandiosa, formidable, en todas las ciudades y centros fabriles de
aquella República, el 1886, con la imponente huelga de cientos de miles de obreros,
aún hoy recordada con admiración por propios y extraños. Pero su mayor importancia
y extensión diósela la burguesía yanki condenando a cinco hombres a la horca y tres
a cadena perpetua, todos ellos inocentes del delito que se les imputó (como más tarde
hizo saber al mundo el gobernador del estado de Illinois, Sir Jhon P. Altegeld), pero
eso sí, propagandistas incansables de las ideas de redención y conocidos por su vasta
ilustración y elocuente oratoria.
Los horrores de aquel crimen que tuvo por escenario la ciudad de Chicago el 11 de
noviembre de 1887, y los nombres de los que pronto fueron apellidados mártires de
Chicago corrieron de uno a otro confín entusiasmando a las masas obreras la idea de
la huelga general en el 1º de mayo, por la que habían derramado su sangre generosa.
Augsto Spies, Alberto R. Parsons, Adolfo Fischer, Jorge Engel, Luis Ling, Miguel
Schwab, Samuel Fielden y Oscar W. Neele fueron y son todavía recordados con
veneración profunda y cariñosa por su heroísmo, por su valor y por tantas y tantas
cualidades, a cual más bellas, como han demostrado poseer en los incidentes del
proceso y durante la larga prisión.
La celebración del 1º de mayo, pues, arranca de un movimiento revolucionario en
pro de la jornada de ocho horas y que tuvo su bautismo de sangre que lo fecundó y
propagó de un modo asombroso. Los grandes acontecimientos y las inmortales huelgas
ocurridas en los años de 1890, 91 y 92 por el proletariado universal lo dicen bien
claro para que haya menester de aducir datos y fechas que lo demuestren. Y véase
cuan impropiamente se le llama “Fiesta del trabajo” y qué sarcástico resulta el que
muchos obreros celebren tan memorable día con músicas y banderolas y juergas de
toda especie. Yo no habré de sostener la idea de mantener en todo su rigor el espíritu
revolucionario que informa el 1º de mayo, yendo a la huelga general cada año, porque
la oportunidad de estos movimientos no es periódicamente regular como el mes de
las flores, muy al contrario, es variable como las circunstancias que la determinan;
con todo, lo menos que se puede hacer cuando no quepa otra cosa es dedicar el día
a la propaganda y difusión de las ideas de redención por que sucumbieron aquellos
luchadores, contenidas virtualmente en el programa societario que informa a las
sociedades de resistencia.
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NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010