As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Manuel-Gonzalo Prado González
gueses (Goián y La Guardia), eran frenados por las tropas gallegas, al mando del nuevo
Capitán General de Galicia, Íñigo Fernández de Velasco, Condestable de Castilla.
Se produjo entonces una especie de tregua tácita en la frontera gallega, ayudada por los
intentos de pacificación de Castelho Mellor y el embajador inglés en Madrid, aunque
las intrigas francesas paralizaron, de momento, el intento.
En la última fase (1667-1668), la paz ya reinaba prácticamente en la frontera gallega.
Inglaterra logró al fin la suspensión de las hostilidades en todas las fronteras, temerosa
de la influencia de Francia en Europa. Así el 18 de febrero de 1668, se firmó el tratado
de paz, reconociendo la independencia de Portugal y determinándose la restitución de
las conquistas hechas durante la guerra.
La repercusión de la guerra en Vigo y en Galicia
Para la ciudad de Vigo, entre las consecuencias más importantes, fue el hecho de que
iniciaran las obras de amurallamiento de la ciudad que la van a dotar de unos límites
y configuración concreta.
Vigo era una villa rica en pasado, pero no de muy grande tamaño, hasta entonces
apenas tuvo concesión de beneficios, y carecía de mayor interés estratégico. Como
consecuencia de tener una nación “enemiga” tan cerca, las autoridades decidieron que
había que dotarla de fortalezas para prevenir nuevos ataques de ejércitos enemigos y
de corsarios. Se acuerda reforzar las defensas de la ciudad con la construcción de una
gran muralla, y las fortalezas del Castro y castillo de San Sebastián. A partir de entonces,
Vigo no dejó de crecer.
Y desde el punto de vista social la guerra con Portugal supuso una enorme tragedia
para los naturales del sur de la provincia de Pontevedra, en especial Vigo y Tierras de
Fragoso, Valle Miñor, toda la línea del río Miño, y tierras de la Limia. Los hombres y
mujeres de la otra orilla del Miño no se distinguían de nosotros en el habla y costumbres.
Guerrear contra ellos era como hacer una guerra civil entre gallegos. El pueblo
se encontraba desorientado, desertaban unos, ayudaban otros a parientes y paisanos de
ambas orillas. Políticas ajenas al pueblo separaron de forma trágica a todo un pueblo.
Las personas y las herencias tuvieron que elegir a que parte querían pertenecer, o se
vieron arrastradas por las consecuencias arbitrarias de la guerra. El hermano se hizo
extranjero del otro hermano.
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Soldados fueron llevados en calidad de prisioneros a Galicia, donde jamás
debería entrar ningún portugués sino en calidad de hermano.
NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010