As “Maletas” - Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia

Carlos Pereira Martínez y Ana Romero Masiá
al nacer tanto da bautizarla en la iglesia como en el río, o en una caldera de agua
hirviendo, que aunque se matase el cuerpo, se salvaba el alma.
Nosotros que comprendimos que lo dicho por aquel… Bocanegra no lo tolerarían las
autoridades, hemos hablado en voz baja unos con los otros, y esto fue lo bastante para
que Sor Antonia y su compinche, protegidos por los concejales monárquicos D. Fermín
Casares, D. Juan Antonio García Collazo, que entonces era Director del establecimiento,
y otros varios que no recuerdo, formasen un tribunal y a las veinticuatro horas, nos
expulsaron de la casa de los pobres a siete hombres inútiles, como lo podría demostrar
con algunos que todavía viven, y otros que a causa de no tener que comer ni familia
que les diese albergue, han fallecido.
Una vez expulsados, fuimos al Ayuntamiento y allí lo manifestamos al Alcalde
(monárquico por cierto) que no teníamos familia, ni donde dormir, ni comer, a lo que
el señor Casares nos contestó, si no tienen ustedes donde comer, ni dormir, a… (asusta,
señor Director decir el verbo que empleó).
Entonces nosotros, abandonados por completo, fuimos a producir nuestras quejas a
la prensa que había en aquel entonces, de la cual recuerdo El Telegrama, El Duende
y El Anunciador, periódicos que se hicieron eco de nuestras manifestaciones y que
dieron por resultado quitar el hábito a Sor Antonia y mandarla para su casa, la cual
tenía en San Sebastián, si no estoy equivocado, y en donde se casó al poco tiempo,
estableciéndose con una taberna según cartas que dicha Sor … escribió a la Coruña.
El Ayuntamiento monárquico de aquella época daba de comer a los asilados una
comida que ni los cerdos la querían, pues como entonces se criaban estos animales en
el Asilo, tenían que darle dicha comida con harina si no la dejaban.
El pan negro que aquel municipio daba a los asilados no se podía comer tampoco
y teníamos que venderlo a las mujeres que tenían cerdos, para luego con los cinco
céntimos que por él nos daban comprar un panecillo.
Hoy, que los republicanos están al frente del Municipio, todo ha cambiado, buenas
camas, buen pan, comidas variadas y la beneficencia domiciliaría que no había en
aquel entonces, se encuentra servida de los alimentos necesarios por iniciativa de los
republicanos.
No para aquí la cosa, sino que andando los años llegó a ser concejal (monárquico por
cierto) y por lo tanto Alcalde de R.O. el Sr. Fernández López (D. Antonio) cargo que
aceptó con gusto para hacer de las suyas tocándole al que escribe estas líneas ser blanco
de sus fechorías, por cuanto que sin mirar a nada, lo arrojó al arroyo en compañía de
su mujer y cuatro hijos, y así por el estilo con todos los trabajos de los concejales
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NALGURES · TOMO VI · AÑO 2010