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cluso busca en la literatura las historias que quiere contar. El<br />

cine inventa así, paulatinamente, un lenguaje y una gramática<br />

que le permitan ampliar sus miras, definirse como arte, a pesar<br />

de tener la necesidad de organizarse como industria. 1 Este doble<br />

componente, arte e industria, que adquiere muy pronto, desde<br />

el primer decenio del siglo XX, lo convierte en blanco perpetuo<br />

de las críticas de quienes, a causa de esta misma dualidad, le niegan<br />

la categoría de arte. «Tenía unos modales populacheros que<br />

escandalizaban a las personas serias», 2 cuenta el Sartre de <strong>La</strong>s palabras.<br />

El cine tardará décadas en liberarse de esta etiqueta negativa,<br />

antes de imponerse como séptimo arte.<br />

UN ARTE DE CONSUMO DE MASAS<br />

Arte moderno, pues. Pero ¿qué arte? Y moderno ¿en qué<br />

sentido? Si se compara su historia con la de las demás artes, se<br />

verá que en aquel preciso momento estas últimas se comprometen<br />

con la revolución modernista de las vanguardias, que se caracteriza<br />

por una voluntad de ruptura total con la tradición y el<br />

patrimonio. «Quiero ser como un recién nacido, no saber nada,<br />

absolutamente nada de Europa..., ser casi un primitivo», dice<br />

Paul Klee. Y Metzinger, recordando la época, constata: «Yo sabía<br />

que había acabado toda clase de aprendizaje. <strong>La</strong> era de la expresión<br />

personal había llegado finalmente [...]. Los tiempos de<br />

los maestros habían desaparecido por fin.» 3 El cine no tuvo que<br />

revolverse contra los valores patrimoniales: no los tenía. Dedi-<br />

1. Patrice Flichy dice que «la fuerza de los cineastas narrativos, como<br />

William Paul en Inglaterra y Pathé en Francia, es que se integran en una economía<br />

industrial» (ibid., p. 85).<br />

2. Jean-Paul Sartre, LesMots, Gallimard, París, 1972, p. 110 [trad. esp.:<br />

<strong>La</strong>s palabras, Losada, Buenos Aires, 1975, p. 76].<br />

3. Jean Metzinger, Le Cubisme était né, Éditions Présence, París, 1972,<br />

p. 60.<br />

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