CYTED (2008) Herramientas para pensar y crear en colectivo

Grafico IV
3a. DIAGNÓSTICO (VER GRÁFICO IV)
Ya no es posible el diagnóstico único y la verdad objetiva.
Solo es posible una explicación situacional donde cada sujeto explica la
realidad desde la posición particular que ocupa en el sistema.
Carlos Matus, p. 14,1998.
Diagnóstico participativo integral y georeferenciado.
El diagnóstico es una herramienta que suele utilizarse parcialmente y/o
puntualmente y/o en el momento inapropiado. ¿Por qué?
Parcialmente, porque generalmente, el diagnóstico es realizado desde la
visión parcial de los técnicos, alejados de la complejidad que tienen los
problemas en campo, y de la forma particular de apropiación del territorio
de los actores que actúan en forma directa e indirecta.
En particular, los diagnósticos sobre problemas del hábitat en sectores
pobres, se agravan por la inexistencia de información “formal”. Los
asentamientos precarios y áreas urbanizadas por los pobres en situaciones
fuera de las normas son considerados “informales”, “ilegales”, y por lo tanto
no son registrados desde la lógica gubernamental. Es común encontrar
que no se cuenta con información básica sobre estos asentamientos
y más aún, que no se ha tenido contacto con actores, redes, u
observación de campo.
Esta situación de partida, si no es superada por un diagnóstico
integral, georeferenciado e interactoral cruzado, no se contará con
un análisis adecuado del problema, y por tanto, la propuesta de
solución.
Una dificultad, no menor, es el escaso desarrollo de metodologías y
técnicas que permitan el trabajo interdisciplinario e intersectorial. Otro
factor que suele contribuir a esta situación es que no siempre los técnicos
que han realizado el diagnóstico son los mismos que los que realizan la
planificación y/o ejecución del proyecto. La complejidad y particularidad
del problema, requiere la necesidad de vivenciar y ampliar la visión que
suelen tener técnicos y políticos desde sus oficinas. Si este proceso no se
realiza, como ya expresáramos en el “mito 9” del capítulo I, la lectura de
indicadores de esta realidad no será suficiente.
Puntualmente, en los casos en que se cuenta con diagnósticos, lo que
suele observarse es que se ha realizado en un momento puntual (foto) y de
allí no se ha seguido el proceso evolutivo y la dinámica que presentan
los temas de hábitat de los sectores pobres. Sumado a esta situación,
el trabajo de campo, va produciendo efectos de transformación muy
sensibles en los actores y redes, que deberían ser sistematizados y
comprendidos para diseñar estrategias adecuadas de resolución en procesos
de planificación flexible y progresiva.
En otros casos, se realiza en el momento inapropiado, porque
lamentablemente, se suele observar el uso del diagnóstico, no como insumo
para un análisis que permita orientar cuáles son los temas críticos, su
relación y su priorización, para de allí, diseñar la planificación, sino como
un paso “administrativo” que debe ser presentado para la aprobación de un
proyecto.
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