CYTED (2008) Herramientas para pensar y crear en colectivo

.La concepción de planificación flexible con la discrecionalidad para cambiar.
.La planificación contextual, con la construcción de la planificación desde
diagnósticos débiles, construidos con visiones fragmentadas y externas de
la realidad compleja que intenta resolver.
Recordando la metáfora inicial del auto y el viaje (VER INTRODUCCIÓN),
tenemos el plano del camino, pero somos reacios a consultarlo y nos vamos
guiando por los carteles indicadores, por la intuición o por lo que
recordamos, y lo vamos resolviendo en el momento (reactivos), no prevemos
situaciones conflictivas ni estrategias para resolverlas (preactivos), nos
enfrentamos a ellas y tratamos de solucionarlas en base a nuestra
experiencia y recursos que tenemos en el auto (individual, sin alianzas con
otros).
La planificación estratégica y programática.
La planificación estratégica, es aquella que analiza distintas alternativas
para lograr objetivos. Es el “cerebro” que decide el cómo lograrlo.
La planificación operativa, los pasos que debe realizar en un determinado
tiempo para ejecutar la estrategia: “los pies y manos”.
Lo que se suele observar es que, se confunden estas dos instancias de
planificación y se suele limitar, en el mejor de los casos, al uso de
planificaciones operativas (pies y manos) pero sin tener en claro a dónde y
cómo puede alcanzarlo (cerebro). Son múltiples las causas que contribuyen
a esta situación pero una de ellas es esta percepción de la planificación como
un trámite administrativo molesto, como un formulario a llenar para obtener
recursos, pero no se la concibe como un soporte metodológico para
determinar estrategias, menos aún para pensar y crear colectivamente.
La planificación operativa es más fácil de trabajar porque requiere una
planificación mecánica para la que existen métodos como el Gantt o más
actual el Winproyect de Windows que permite programar operativamente
los pasos.
El riesgo de esta situación es caminar sin saber cómo y a dónde se
va. No se practica el ejercicio de repensar y crear distintas alternativas. Se
siguen caminos conocidos, repetidos, de otras situaciones y
contextos. Se evita la reflexión y la creación de innovaciones.
La planificación programática y de proyecto.
Lamentablemente en América Latina, no es común la concepción de
programas en el largo plazo para aspectos sociales. Generalmente
son proyectos u operatorias de corto y/o mediano plazo que intentan “salvar”
situaciones de “emergencia”, “desastres”, etc. Sumado a ello, el cambio
partidario en los gobiernos, es casi garantía de discontinuidad de las
acciones. Por tanto, no son muchos los casos donde se han podido planificar
y ejecutar programas integrales de hábitat. Estamos acostumbrados a
planificar proyectos cortos, manejables y específicos.
En los casos en que se trabaja en programas, lo que se suele observar es una
planificación programática formal, olvidada, y múltiples diseños de
proyectos que están amparados sobre el esquema de programa, que tienen
más o menos articulación según el criterio que primó en el planificador o la
particularidad del proyecto a resolver.
Esta situación se agrava y profundiza en los casos de integración
de programas, donde se promueven políticas sociales urbanas
integradas.
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