21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sabotea todo tipo de rendimiento académico. Ciento veintiséis estudios diferentes

que implicaban a más de 36.000 personas han puesto de relieve que cuanto más

proclive a preocuparse es la persona, más pobre resulta su rendimiento

académico (sin importar que el tipo de medición utilizada fuera la clasificación

por tests, la puntuación media o los tests de rendimiento).

Cuando a las personas que tienden a preocuparse se les pide que lleven a cabo

una tarea cognitiva como, por ejemplo, clasificar objetos ambiguos en una o dos

categorías, y que describan lo que pasa por su mente mientras lo están haciendo,

suelen mencionar la presencia de pensamientos negativos —como « no seré

capaz de hacerlo» , « y o no soy bueno en este tipo de pruebas» , etcétera— que

obstaculizan directamente el proceso de toma de decisiones.

De hecho, cuando a un grupo de control de sujetos normalmente

despreocupados se les pidió que se preocupasen durante quince minutos, su

rendimiento disminuyó considerablemente. Y cuando, por el contrario, a quienes

suelen preocuparse se les ofreció una sesión de relajación —que reduce el nivel

de preocupación— de quince minutos antes de emprender la tarea, llegaron a

desempeñarla sin ningún tipo de problemas. Richard Alpert, que fue quien

primero estudió científicamente la ansiedad en la década de los sesenta, me

confesó que el motivo que despertó su interés en este tema radicaba en las malas

pasadas que le hicieron los nervios en los exámenes de su etapa de estudiante,

algo que a su compañero Ralph Haber, por el contrario, parecía estimularle. Esa

investigación, entre otras muchas, ha demostrado que existen dos tipos de

estudiantes ansiosos: aquellos a quienes la ansiedad menoscaba su rendimiento

académico y aquéllos otros que son capaces de trabajar bien a pesar de la

tensión o, tal vez, gracias a ella. La paradoja es que la misma excitación e interés

por hacerlo bien que motiva a los estudiantes como Haber a prepararse y

estudiar para la ocasión, puede sabotear, en cambio, los esfuerzos de otros. En las

personas que, como Alpert, muy ansiosas, la excitación previa al examen

interfiere con el pensamiento y el recuerdo claro necesarios para estudiar

eficazmente, enturbiando también durante el examen la claridad mental

requerida para el buen rendimiento.

La magnitud de las preocupaciones que tiene la gente mientras está haciendo

un examen es proporcional a la pobreza de su ejecución, porque los recursos

mentales invertidos en una determinada tarea cognitiva —la preocupación—

reducen los recursos disponibles para procesar otro tipo de información. En este

sentido, si estamos preocupados por suspender el examen dispondremos de

mucha menos atención para elaborar una respuesta adecuada. Es así como

nuestras preocupaciones terminan convirtiéndose en profecías autocumplidas que

conducen al fracaso.

En cambio, quienes controlan sus emociones pueden utilizar esa ansiedad

anticipatoria —por ejemplo, sobre un examen o una charla próxima— para

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!