21.12.2022 Views

La Inteligencia Emocional - Daniel Goleman

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

a templar el alma.

La vida está sembrada de altibajos, pero nosotros debemos aprender a

mantener el equilibrio. En última instancia, en las cuestiones del corazón es la

adecuada proporción entre las emociones negativas y las positivas la que

determina nuestra sensación de bienestar. Esto es, al menos, lo que nos indican

ciertos estudios sobre el estado de ánimo en los que se distribuy eron

« avisadores» —aparatos que sonaban aleatoriamente— a cientos de mujeres y

de hombres, con la función de recordarles que debían registrar las emociones

que estaban experimentando en aquel mismo instante. No se trata, pues, de que,

para ser felices, debamos evitar los sentimientos angustiosos, sino tan sólo que no

nos pasen inadvertidos y terminen desplazando a los estados de ánimo más

positivos. Aun quienes atraviesan episodios de enojo o depresión aguda disponen,

a pesar de todo, de la posibilidad de disfrutar de cierta sensación de bienestar si

cuentan con el adecuado contrapunto que suponen las experiencias alegres y

felices. Estos estudios también confirman la escasa relación existente entre el

bienestar emocional de la persona y sus calificaciones académicas o su CI, lo

cual demuestra la independencia de las emociones con respecto a la inteligencia

académica.

De la misma forma que existe un murmullo continuo de pensamientos en el

fondo de la mente, también podemos constatar la existencia de un constante ruido

emocional. Despiértese a alguien, por ejemplo, a las seis de la mañana o a las

siete de la tarde y descubrirá que siempre se halla en un determinado estado de

ánimo. Por supuesto que, en dos mañanas diferentes, uno puede hallarse en dos

estados de ánimo muy distintos pero, cuando tratamos de determinar el estado de

ánimo general de una persona a lo largo de las semanas o los meses, los datos

obtenidos tienden a reflejar su sensación global de bienestar. Y también resulta

evidente que los sentimientos muy intensos son relativamente raros y que la

may or parte de las personas vivimos en una especie de término medio gris, en

una suave montaña rusa emocional apenas salpicada de ligeros sobresaltos.

Llegar a dominar las emociones constituy e una tarea tan ardua que requiere

una dedicación completa y es por ello por lo que la may or parte de nosotros sólo

podemos tratar de controlar —en nuestro tiempo libre— el estado de ánimo que

nos embarga. Todo lo que hacemos, desde leer una novela o ver la televisión,

hasta las actividades y los amigos que elegimos, no son más que intentos de llegar

a sentirnos mejor. El arte de calmarse a uno mismo constituy e una habilidad vital

fundamental, y algunos intérpretes del pensamiento psicoanalítico, como, por

ejemplo, John Bowlby y D. W. Winnicott consideran que se trata del más

fundamental de los recursos psicológicos. En teoría, los niños emocionalmente

sanos aprenden a calmarse tratándose a sí mismos del modo en que han sido

tratados por los demás, y es así como se vuelven menos vulnerables a las

erupciones del cerebro emocional.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!